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Tú a Madrid y yo a Barcelona

Dos escapadas en AVE para pasear por ambas ciudades en un día o un fin de semana

El puente entre Barcelona y Madrid, ahora también por raíles, no sólo facilita los viajes de negocios entre el centro de las dos ciudades, sino que abre la puerta al turismo de escapadas exprés. Pasar el día a más de 650 kilómetros de distancia no cuesta tanto si sólo se tardan dos horas y 40 minutos en llegar.

El AVE prescinde de la incomodidad de tomar un taxi, el metro o el tren de cercanías para acceder desde el aeropuerto al centro y acerca a los visitantes directamente al corazón de Madrid y Barcelona. Más simple, cómodo y rápido.

EL VIAJERO sugiere dos rutas que parten de la estación barcelonesa de Sants y de la madrileña de Atocha, para llegar, descubrir la ciudad y volver a casa en un solo día. Aunque siempre es recomendable emplear un fin de semana, si el visitante cuenta con algo más de tiempo.

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Barcelona, de Sants al Castillo de Montjuïc

Todavía en construcción, el aspecto exterior de Sants no es el mejor. Pero su imagen de obra apresurada queda eclipsada rápidamente cuando el viajero abandona la estación para entrar en el parque de la España Industrial, que ocupa los terrenos de una antigua fábrica textil hoy convertida en lago y zona de ocio.

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Atravesando el parque y saliendo por su parte trasera, por la calle Muntadas, la ruta se dirige rumbo a otro parque. Por la calle Ermengarda y por San Nicolau, el trayecto alcanza la calle Tarragona, donde se encuentra el parque Joan Miró. Imprescindible una foto junto a la famosa escultura del artista catalán Dona i Ocell, antes de proseguir el paseo hacia la plaza de España.

La espectacular vista de la montaña de Montjuïc al fondo atrae la atención del visitante. Ya sólo queda cruzar entre las dos torres de la Fira de Barcelona para alcanzar, a través de la avenida de la Reina María Cristina, nuestro primer objetivo: el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

El histórico edificio queda ya al alcance del turista. En el medio, la fuente de Monjuïc y sus famosas escaleras mecánicas que hacen la pendiente un poco más llevadera. Al llegar, el premio de una completa vista de la ciudad.

Muy recomendable es la visita al museo aunque, como alternativa, cabe un paseo por la zona olímpica hacia el estadio Lluís Companys, que albergó los juegos de Barcelona, o el Palau Sant Jordi.

Cerca del estadio olímpico y del museo, la Fundación Joan Miró acoge la principal exposición del artista catalán que da personalidad propia a Barcelona. Junto a la Fundación, los jardines del Laribal y los del Teatre Grec, que dan nombre al maravilloso auditorio de piedra.

Y a dos pasos de allí, el funicular lleva al visitante hasta el castillo-museo de Montjuïc, que pone el broche a nuestra visita de un día. Pero Barcelona es mucho más que el barrio de Sants y Montjuïc y, si el viajero dispone de tiempo, es aconsejable que se deje caer hacia la avenida del Paral.lel, el mirador de Colón, la zona del puerto y la playa de la Barceloneta.

Además, si se quiere ampliar la visita a un fin de semana hay otros enclaves imprescindibles como la Sagrada Familia, las ramblas, el barrio gótico o el parque de la Ciutadella, que acoge el parque zoológico.

Madrid, de Atocha al Palacio Real

La ventaja turística de Madrid frente a Barcelona reside en que el bulevar de los museos está a dos pasos de la estación de Atocha. Por tanto, la opción de llegar en AVE, ver la ciudad en un día y partir de nuevo cobra fuerza.

Nuestra ruta comienza en la glorieta del emperador Carlos V, para emprender la marcha por el paseo del Prado. Los puestos de los libreros de la cuesta de Moyano, el jardín botánico y el recién inaugurado centro cultural Caixa Forum son algunos de los aperitivos con los que el viajero se topará antes de afrontar el imprescindible Museo del Prado, la pinacoteca española más importante.

La plaza de Neptuno da el testigo al siguiente museo del eje Prado-Recoletos, el Museo de Arte Thyssen-Bornemisza. Bajo la sombra de los árboles de los bulevares madrileños, el paseo conduce al visitante hasta la plaza de Cibeles, sede del nuevo Ayuntamiento, la puerta al Madrid más céntrico y bullicioso.

El recorrido prosigue por la calle Alcalá hasta la puerta del Sol, la plaza más emblemática de la ciudad, ahora patas arriba como consecuencia de las obras de remodelación.

Desde Sol, nuestro paseo penetra en el Madrid de los Austrias. Es una buena idea acercarse hasta la espectacular plaza Mayor y caminar por la peatonal y comercial calle Arenal hasta el Teatro Real, justo antes de disfrutar de los cuidados jardines de la plaza de Oriente.

Una vez allí, es fácil cruzar la zona verde para llegar al majestuoso Palacio Real, escoltado por la catedral de la Almudena y los jardines de Sabatini. Si tiene la suerte de visitar Madrid un miércoles (a las 12 horas), asistirá al cambio de guardia a las puertas del palacio. Otro atractivo que añadir a la lista de los principales encantos de un Madrid en ebullición, que puede descubrirse en un solo día o un fin de semana.

AITOR ORDAX
AITOR ORDAX
La alta velocidad facilita las escapadas exprés entre las dos ciudadesVídeo: AITOR ORDAX / DAVID JORGE

Guía práctica

Dónde comer en Barcelona

Restaurante panorámico: Torre d'Alta Mar. En lo alto de la torre Sant Sebastià del teleférico, a 75 metros sobre el mar. Passeig Joan de Borbó, 88. Tel: 93 221 00 07.

A un paso de la estación de Sants: Restaurante Xacobeo. Comida casera. Avinguda Joseph Tarradellas, 11. Tel: 93 410 63 89.

Dónde comer en Madrid

Restaurante con vistas: La Bilbaína. Un quinto piso en uno de los edificios más emblemáticos de Madrid, en pleno centro. Virgen de los peligros, 2. Tel: 91 542 51 15.

En la misma estación de Atocha: Samarkanda. Sobre el jardín tropical de la estación. Glorieta del Emperador Carlos V, s/n. Restaurante exótico sin definición pero con mucha personalidad. Tel: 91 530 97 46.

Precios del billete de AVE

Los precios de los billetes varían de acuerdo al número de paradas, el tiempo de antelación con el que se realice la compra y si ésta se hace a través de la web de Renfe.

El precio del billete sencillo en clase turista es de 102,1 euros (162,1 euros ida y vuelta) en el caso de un AVE con paradas intermedias -que puede tardar hasta tres horas y 24 minutos- y de 120,4 euros (191,2 euros ida y vuelta) en el de uno sin paradas -en torno a las dos horas y 38 minutos-, aunque con la tarifa web es posible viajar por sólo 40,8 euros -siempre que se adquiera el billete sencillo con 15 días de antelación-.

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