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VIAJEROS URBANOS

Verano en las pistas de esquí de Oslo

Oslo Sommerpark abre por primera vez las infraestructuras invernales como circuito de bicis y de tirolinas

Han tenido que llegar a la cuarta edición de la película Ice Age, para que Oslo se diera cuenta de que, debajo del hielo, había vida. Hay negocio. Tryvann, el parque de invierno de la capital noruega es, desde este año, también parque de verano: Oslo Sommerpark. Aprovecha las infraestructuras de la estación de esquí, y las posibilidades de los frondosos bosques noruegos para crear uno de los parques de bicicletas y escalada más grandes de Europa. Se presenta como una de las atracciones turísticas de la temporada.

Noruega es un país amante del campo y del deporte. Además, el hecho de que cierren los bares a las tres y te cobren hasta diez euros por una cerveza, no anima a alargar demasiado la noche de fiesta, por lo que a la mañana siguiente aún tienes fuerzas para hacer ejercicio.

El alquiler de esquís ha pasado a arrendamiento de bicicletas. En lo alto de la montaña, a más de 500 metros sobre el nivel del mar, y con unas vistas espectaculares de la ciudad de Oslo, uno deja caer su bicicleta por las mismas rampas que en invierno recorren las tablas de snowboard. La pista está arreglada para conseguir saltos que hagan más espectacular el recorrido. Al llegar abajo, se engancha la bici al telesilla y a poner de nuevo en juego todos los huesos.

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Todos hemos soñado alguna vez con ser Tarzán saltando de liana en liana entre los árboles. O Indiana Jones saltando obstáculos con su látigo. La zona de escalada del Oslo Sommerpark es lo más cerca que podremos estar de sentirnos como estos héroes. A simple vista, no parece más que un parque infantil a gran escala, pero cuando uno empieza a recorrer sus aparatos, compruebas que no es ningún juego de niños. Hay que estar en buena forma para poder salvar las zonas de escalada o incorporarse después de haber superado una tirolina. Además, en el recorrido marcado en rojo, el más complicado (los niveles de dificultad siguen los mismos patrones que las pistas de esquí), no está permitido a las personas que superen los cien kilos. No porque se vaya a romper la cuerda, dado que cuenta con las máximas medidas de seguridad, sino porque la tirolina más larga, que supera los 200 metros, transcurre tan cerca del suelo en algunas zonas, que el sobrepeso podría hacer que el trasero probara la dureza de las rocas noruegas.

El precio, de 32 euros para los niños y 39 para los adultos, podría parecer en principio algo caro, pero hay pocas atracciones en Noruega que ofrezcan tantas horas de entretenimiento por ese precio. El mal tiempo tampoco es problema. Hay un dicho en Noruega que reza así: “No existe el mal tiempo, sino la ropa inadecuada”. Y así es, el día que probamos Oslo Sommerpark fue lo más parecido al diluvio universal, pero eso no puede detenerte. Gore-tex en las botas, ropa impermeable y a disfrutar. Este verano está siendo de los más lluviosos y en Noruega no te puedes quedar en casa porque llueva “siete de cada seis días” o porque la temperatura congele el sudor. Oslo Sommerpark es sin duda una estupenda recomendación para aquellos que quieran visitar la capital noruega y disfrutar no sólo del centro, sino de las múltiples posibilidades que la naturaleza ofrece en los alrededores de esta ciudad.

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