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Reportaje:CURIOSIDADES | TENDENCIAS

Brindis helado en Cabo Norte

El Artico Ice Bar de Honningsvag, en Noruega, abre la temporada

Belinda Saile

Un cubito de hielo del congelador de casa lo ha visto cualquiera. Pero ¿cómo es el hielo en la naturaleza? Bello y no del todo transparente. "Hasta los noruegos se asombraron cuando lo vieron por primera vez", recuerdan Gloria Pamplona y José Mijares mientras acercan un foco a una de las mesas de su bar de hielo en Honningsvag, cerca de Cabo Norte. El bloque helado, de metro veinte de altura, refracta caprichosamente la luz con sus vetas y rupturas internas. "Tiene vida y, claro, la gente pregunta por qué encierra burbujas, por qué hay hielo blanco y otro transparente". En Artico Ice Bar, casi todo es de hielo: la elegante barra del bar, las macizas paredes, los bancos, el iglú... Hasta el vaso de chupito para brindar. Sobre una pantalla de nieve se proyecta un documental del proceso de construcción del bar e imágenes del invierno noruego con mucha nieve y auroras boreales. En total, unas 180 toneladas de hielo extraído de un lago a 240 kilómetros se mantienen a cinco grados bajo cero en esta reconvertida nave del puerto pesquero. "Queremos que la gente toque y disfrute", insiste Gloria Pamplona. ¿Y los colores? ¿Las burbujas? "El hielo blanco estuvo cerca de la superficie y fue penetrado por nieve. Las burbujas atraparon alguna agitación del agua a la hora de congelarse".

Fue el segundo bar de hielo cuando abrió en junio de 2004 con un diseño de la artista noruega Laila Kolostiak. Este año fue rediseñado en parte por el finlandés Kimmo Frosti, ganador de numerosos premios de escultura de hielo. Sigue destacando de otros locales helados por su personalidad, su diseño original y por utilizar hielo natural. Así, los viajeros que se acerquen a Honningsvag por carretera, en el barco de línea Hurtigruten o en alguno de los 104 cruceros programados para este verano podrán presenciar el sol de medianoche (del 11 de mayo al 31 de julio, el sol no se pone), llevarse el certificado de haber pisado el mítico Cabo Norte y, gracias a dos aventureros españoles, ella de Zaragoza y él de Palencia, vivir una experiencia del invierno lapón: vestir ropa térmica y tocar el hielo.

Artico Ice Bar (www.articoicebar.com). De abril a septiembre. Precio de la entrada (incluye ropa térmica, chupito y bebida): 15 euros

El escultor finlandés Kimmo Frosti ha sido el encargado este año de poner a punto el Artico Ice Bar (abierto desde abril y hasta principios de septiembre).
El escultor finlandés Kimmo Frosti ha sido el encargado este año de poner a punto el Artico Ice Bar (abierto desde abril y hasta principios de septiembre).GONZALO AZUMENDI

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