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Un Londres de neón y diversión

De la casa donde vivió exiliado Freud, padre del psicoanálisis, a una réplica de la bomba atómica, una ruta repleta de curiosidades

La tienda God’s Own Junkyard (la chatarrería del mismísimo Dios), especializada en neones, se encuentra en el barrio londinense de Walthamstow.
La tienda God’s Own Junkyard (la chatarrería del mismísimo Dios), especializada en neones, se encuentra en el barrio londinense de Walthamstow. carmen valiño

Londres no tiene límites. Sus límites los marca la imaginación de quien quiera descubrirla. Se podría decir que Londres es la Babilonia de hoy, una factoría de ideas que no tiene fin: la ciudad alberga alrededor de 900 galerías de arte, más de 17.000 conciertos al año, 170 museos, 9 estadios de fútbol de primer nivel, centenares de eventos culturales al día e infinidad de obras con una trascendente relevancia. Los eventos deportivos y los espectáculos más globales buscan su lugar en la agenda anual de la capital británica. La ciudad muta sin cesar, pero no pierde ni su refinada soberbia ni su espíritu contracultural. Es difícil encontrar una urbe más ecléctica y creativa, más vanguardista y tradicional, casa de todos, hogar de ninguno. Londres mezcla lo improbable y lo convencional, lo underground y lo comercial, lo histórico y lo visionario. Hay demasiadas cosas para hacer y descubrir. Lástima que la vida dure tan poco.

El teatro Wilton’s, del siglo XVIII, en Londres.
El teatro Wilton’s, del siglo XVIII, en Londres.carmen valiño

1 Wilton’s, el ‘music hall’ por excelencia  

Escondido en el East End se encuentra uno de los escenarios más desconocidos y deliciosos de la ciudad de los teatros. Wilton’s está considerado como el music hall activo más antiguo del mundo. A escasos minutos de la Torre de Londres, bordeando los límites de la City, este teatro construido en el siglo XVIII sigue reforzando su variada programación con notas vanguardistas. Wilton’s, en sí, representa el espíritu polifacético de la capital británica: ha sido teatro, almacén, casa comunal, iglesia metodista. Presenciar un espectáculo desde su patio de 300 butacas, ya sea una ópera o un duelo de marionetas, es algo más que una experiencia cultural: es un viaje en el tiempo.

Burlington Arcade, en Londres.
Burlington Arcade, en Londres.carmen valiño

2 Mayfair, el West End más exclusivo

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Hay pocos espectáculos tan tradicionales en Londres como asistir a una de las subastas públicas de Sotheby’s en su icónica sede de New Bond Street. Sotheby’s nació en Londres en el siglo XVIII y se ha convertido en una de las marcas más reconocidas del lujo y del poderío económico. Ese mismo talante, marca de la casa de Mayfair, también se percibe en Burlington Arcade, una de las galerías más exclusivas de Londres. Para terminar esta ruta por los confines del dinero, no está de más tomarse un cóctel en Artesian, considerado el mejor bar del mundo en los pasados tres años por la publicación Drinks International. Se ubica en un ala del exclusivo hotel Langham, muy cerca de la redacción central de la BBC en Portland Place. Los recipientes de sus bebidas son tan especiales como el sabor de las mismas. Así te puedes ver tomando una mezcla de lo más original en la trompa de un elefante surrealista creado con piezas de Lego.

Pagando cinco libras, cualquiera puede nadar en la misma calle en la que Phelps ganó alguna medalla olímpica

3 First Thursday en el barrio de los artistas

El primer jueves de cada mes, la Whitechapel Gallery organiza el First Thursday, un tour (a pie o en autobús) por algunas de las galerías que se ubican en el este de la ciudad. Los galeristas, curadores y bohemios incansables gustan de decir que solo en el East London viven más artistas que en el resto de Europa. La propia definición de artista hace difícil corroborar dicha apreciación, pero lo que sí es irrefutable es que en el este londinense es una colmena de galerías. Hay más de 150, y no dejan de aparecer y desaparecer espacios. Los artistas aprovechan el First Thursday para relacionarse entre ellos y para presentar su obra a un público más amplio. Las galerías invitan a un vino o a una pinta para amenizar el descubrimiento de nuevos lienzos o esculturas. Así, la llamada cultural deviene en un imprescindible evento social que agita, más si cabe, el distrito más vibrante de la ciudad.

El diván de Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, en su casa museo en Londres.
El diván de Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, en su casa museo en Londres.carmen valiño

4 El Museo Freud y un paseo por Hampstead

Una paciente agradecida, Madame Benvenisti, regaló a Sigmund Freud un diván robusto, de aire victoriano, cubierto con una alfombra multicolor iraní. A partir de ahí, Freud lo utilizaría para tratar a sus pacientes y para cambiar la historia del pensamiento. El célebre diván es la atracción principal del Museo Freud, ubicado en la casa londinense donde el psicoanalista vivió desde su exilio a Londres, en 1938, hasta su muerte un año después. Sus pertenencias fueron enviadas desde su casa de Berggasse, 19, en Viena, hasta la que sería “su última dirección en este planeta”: Maresfield Gardens, 20, en el acomodado barrio de Hampstead. El más precioso tesoro de Freud, sin embargo, era su colección de estatuillas y pequeñas esculturas. Muchas de ellas están encima de su mesa de trabajo: dispuestas como si fueran las piezas de un ajedrez histórico que narran, a su manera, los secretos de nuestro inconsciente colectivo.

javier belloso

5 Una piscina legendaria en el London Aquatics Center

Londres es una ciudad de epopeyas. Y una de las más recientes la protagonizó Michael Phelps en los Juegos Olímpicos de 2012. En la piscina del Aquatics Center, al lado del Estadio Olímpico (nuevo hogar del West Ham), el nadador estadounidense consiguió colgarse seis medallas, convirtiéndose en el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos. Zaha Hadid concibió la construcción, que parece un platillo volante a punto de despegar. En su interior, la piscina de la gesta evoca la visión de un estanque solemne. Pagando cinco libras, cualquiera que lo desee puede hacerse unos largos en la misma calle donde Phelps entró en la historia del deporte.

Paseo junto al río Támesis frente a Tower Bridge, en Londres.
Paseo junto al río Támesis frente a Tower Bridge, en Londres.carmen valiño

6 Thames Path, la arteria de Londres

Son exactamente 29 millas (45 kilómetros) las que hay recorrer para cubrir el curso del Támesis en su periplo londinense. La ruta tiene algo de épico, ya que las postales más representativas de Londres quedan cosidas por el cauce del río. Kew Gardens, la ­Battersea Power Station, Westminster, la Tate Modern, el Globe Theatre, la Torre de Londres o la zona financiera de Canary Wharf son algunos de los lugares que decoran este paseo, considerado por Lonely Planet la segunda ruta urbana más atractiva del mundo, solo por detrás del Great Coastal Walk, en Sídney. Tampoco desmerecen los 296 kilómetros de la ruta original del Thames Path, desde Cotswold Hills hasta la barrera de Woolwich, en las estribaciones de la desembocadura del Támesis.

Artesian, considerado uno de los mejores bares del mundo, está muy cerca de la redacción central de la BBC

7 La despensa global, a la sombra del Shard

A la sombra de The Shard, el rascacielos más alto de la ciudad y de toda Europa, y al lado de la catedral de Southwark, la más antigua de la ciudad, se encuentra el célebre Borough Market, el mercado de comida más famoso de la ciudad. En sus pasajes, atestados de turistas y londinenses ociosos, tienen cabida tanto los quioscos de comida callejera de todas las gastronomías imaginables como los puestos tradicionales donde se pueden encontrar productos de cualquier geografía. Borough Market se convierte en algo así como un restaurante a medida, donde uno puede comenzar tomando unas ostras en el puesto de Richard Haward, comer un plato exótico y vegetariano en Ethiopian Flavours y terminar con un dulce en Maria’s Market Cafe.

El santuario hindú Swaminarayan Mandir, conocido como el Taj Mahal londinense.
El santuario hindú Swaminarayan Mandir, conocido como el Taj Mahal londinense.carmen valiño

8 Swaminarayan Mandir, el Taj Mahal londinense

El templo Swaminarayan Mandir se encuentra en el norte de Londres, muy cerca del estadio de Wembley. Es la construcción hindú más grande del mundo fuera de India. Más de 1.500 escultores trabajaron incansablemente para encajar todas las piezas y esculturas venidas de India y levantar el santuario en solo dos años. La construcción, de 1995, está compuesta por 2.800 toneladas de granito búlgaro y 2.000 toneladas de mármol italiano. El también conocido como templo de Naesden es un referente para la extensa comunidad india de la ciudad británica. En el interior se puede visitar el punto de rezo, el lugar más sagrado del templo.

Bancos en la iglesia de St. Dunstan in the East, en Londres.
Bancos en la iglesia de St. Dunstan in the East, en Londres.carmen valiño

9 Iglesia de St. Dunstan, el secreto de la City

En la City de Londres (el centro financiero más poderoso del mundo) trabajan diariamente más de 400.000 personas. La hora punta es una danza frenética de brókeres que entran en los edificios acristalados mirando el móvil. Pero la City también tiene sus puntos de fuga. Uno de los más conmovedores es la iglesia de St. Dunstan in the East, escondida cerca de la Cheapside Road. Data del siglo XII, pero ha sido restaurada en diversas ocasiones. El creador de la catedral de Saint Paul, Christopher Wren, construyó la torre principal anexa al complejo arquitectónico. Durante la II Guerra Mundial, la iglesia fue seriamente dañada. Estuvo en ruinas hasta que en los setenta se abrió un jardín público en el antiguo patio interior. En 2015 hubo una última mejora y se instaló una fuente de piedra rodeada por bancos donde se sientan a tomar el almuerzo los agentes financieros más bucólicos o los visitantes más avezados.

Uno de los luminosos de la tienda Gods Own Junkyard, en Londres.
Uno de los luminosos de la tienda Gods Own Junkyard, en Londres.carmen valiño

10 Los neones inauditos de Gods Own Junkyard

Más que una galería de arte, parece una secuencia de David Lynch o una escena decadente de Blade Runner. Gods Own Junkyard se sitúa en el pujante y tranquilo barrio de Walthamstow y se ha convertido en una de las salas artísticas más originales de la ciudad. Cientos de neones y obras diseñadas a través de filamentos luminosos se acumulan en un almacén inverosímil generando un flas psicodélico en el visitante. El creador del espacio, el fallecido Chris Bracey, colaboró durante su carrera con David la Chapelle, Martin Creed o Stanley Kubrick. El lugar se ha convertido, de alguna manera, en un punto de reciclaje, ya que muchas de las obras exhibidas parten de un viejo mueble o electrodoméstico desechado en algún contenedor del norte de Londres.

11 Imperial War Museum, el aviso de ‘Little Boy’

Presenciar la bomba atómica en el Imperial War Museum inducirá en el visitante la misma sensación atónita que puede provocar la visión de la piedra Rosetta en el British Museum. No importa que sea una réplica: el perfil chato de Little Boy, parecido a una nave nodriza perezosa, contrasta con la escultura de un cuerpo humano hecho jirones por sus efectos en Hiroshima. Más que un aviso, Little Boy es una revelación. Según uno de los paneles informativos, J. Robert Oppenheimer, uno de los padres de la bomba atómica, puso palabras a esa revelación a través de unas líneas del Bhagavad-Gita (texto sagrado hinduista) después del último ensayo: “Ahora me he convertido en Muerte, la destructora de los mundos”.

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