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Almería en 22 pistas

El festival de música electrónica Dreambeach Villaricos y otras propuestas para un verano de diversión en la desértica y luminosa costa de Almería

Playa del Arco, en el cabo de Gata, en Almería.
Playa del Arco, en el cabo de Gata, en Almería.Gonzalo Azumendi

Cuando emprendas tu viaje al cabo de Gata, pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias. Nada como recordar el comienzo del famoso poema de Cavafis Ítaca en el Lejano Este andaluz, a lo largo de su centenar de kilómetros costeros. Tan cinematográficos. Quien dice Levante almeriense, dice fascinación por los paisajes desérticos, una geoda ciclópea, el brillo artístico de Mojácar, las torres-almenara. Y para combatir las mayores arideces de Europa, calas nudistas y chiringuitos que dirigen al cabo de Gata, enclave hegemónico del Mediterráneo.

La frontera de Andalucía

Playa de los Cocedores, Pulpí

Caleta fotogénica y semicircular en la que la naturaleza ha excavado a capricho un paisaje de arenisca. Las cuevas artificiales aparecen protegidas con rejería para evitar usos insalubres. Si no resulta amplia y su grado de ocupación es muy alto, los Cocedores, por otro nombre cala Cerrada, siempre resulta de aguas cristalinas. Los niños chapotean en la poza donde se cocía (remojaba) el esparto. Al otro lado de los mojones, Murcia.

La geoda, en 3D

Batería de San Juan de los Terreros, Pulpí

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Las aspilleras y los garitones hablan de la importancia que tuvo en tiempos de Carlos III este castillo que se puede rodear a pie, delante de cuya puerta levadiza se celebran eventos culturales. Cualquiera de sus perspectivas inspira entusiasmo, en especial la volcánica isla Negra con los acantilados de Honduras. Dentro se interpretan los ecosistemas litorales, pero la atención se ve reclamada por la recreación virtual de la segunda geoda más grande del mundo, situada a cinco kilómetros, en Pilar de Jaravía, y no abierta al público por el momento.

javier belloso

En un jardín tropical

Abanicos Bar, Pulpí

El decorador Manuel Vico ha consagrado 27 años a crear en el Abanicos Bar una microselva inspirada en sus viajes por el mundo. Flamboyanes, tulipanes de Gabón y una barca de época cargada con frutas evocando un mercado flotante. Obras de arte exóticas. Sonido de agua. El papagayo Poti. Piñas coladas y mojitos. Estos se sirven en cañas de bambú indonesias, de cuyo país proceden también los cocos en los que llegan los cócteles frutales. Hasta los aseos merecen que se eche un vistazo. Dan masajes.

Todavía incógnitas

Calas Cristal y Peñón Cortado, Cuevas del Almanzora

La sierra Almagrera cobija una de las carreteras costeras secretas de España. Tras El Calón, aparcamos a mano izquierda para bajar a pie a cala Cristal, reducto ajeno a la masificación y con ese seguro bioindicador que es la posidonia. Tras la playa de las Conchas vemos la cuesta que desciende al preciosista peñón Cortado. La caleta toma el nombre de la quebrada formación rocosa que la sobrevuela y que se ve perforada en su costado por un arco.

Goya y Picasso

Castillo del Marqués de Vélez, Cuevas del Almanzora

La fortaleza custodia un tesoro: el Museo Antonio Manuel Campoy (de martes a sábado, entre 9.00 y 14.00). Obras de Picasso, Miró, Gutiérrez Solana y Pablo Serrano se despliegan por salas de excelente cantería. Además, una joya, la colección goyesca de la Tauromaquia y los Disparates. La cultura argárica se explica en las salas arqueológicas.

Asistentes al festival Dreambeach Villaricos, en Almería.
Asistentes al festival Dreambeach Villaricos, en Almería.J.M.Grimaldi

Electrónica con mayúsculas

Dreambeach Villaricos, Cuevas del Almanzora

Del 11 al 14 de agosto se esperan 50.000 visitantes diarios al DreamBeach Villaricos (abono 74,50 euros). Y es que la calidad de este festival asombra a cualquier aficionado a la música electrónica. En el capítulo de guiños hiphoperos destaca la presencia de 50 Cent, al que seguirá el electrohouse de Deadmaus5 y las gemelas Nervo. El cartel se completa con Carl Cox, Oscar Mulero, Richie Hawtin y Jeff Mills. La zona de acampada disfruta del bosque de la playa de Palomares.

Sabores veratenses

Terraza Carmona, Vera

Qué mejor embajada culinaria que el restaurante Terraza Carmona, abierto en 1947 y que funde en un crisol reminiscencias morunas e innovación. Los siete hermanos Carmona están involucrados: Antonio a los pucheros, Beatriz en los postres, Ginés gobernando la sala. Lo singular del menú Portalón (59,80 euros; sin bebida) son los gurullos (fideos de harina de trigo) con jibia y el ajo colorao, o la tortica de avío, minipizza de harina de maíz. No falta el gallo pedro y la tarta borracha de los padres mínimos. Dispone de hotel.

Moreno a cuerpo

Playazo (sector naturista), Vera

El hecho naturista no solo está presente en 1,5 kilómetros del Playazo, sino que registra incluso mayor afluencia que la zona textil. A los centroeuropeos —mayoritarios salvo en agosto— debemos urbanizaciones naturistas como Vera Natura o Natsun, así como el respeto y la limpieza que distingue a esta anchurosa playa de gravilla expuesta a los vientos. Primero pasaremos por el hotel Vera Playa Club, que con solo la vista de la piscina crea dependencia, para girar después en la rotonda de Ciudad de Castellón. Reservar la paella —con o sin bogavante— en el Paso Doble (671 42 64 60), local escondido y con buganvilla.

Gamba con pedigrí

Lonja de Garrucha

Tras la visita al centro de interpretación de la pesca Nautarum y de degustar las gambas en el Almejero o en el moderno Rincón del Puerto, esperamos en la lonja el arribo de los 13 arrastreros contemplando fotos históricas. A eso de las cinco de la tarde empieza el acarreo de las gambas y el espectáculo de la subasta. Al lado aguarda el carrito vintage de helados y granizados La Rosa.

Laberinto moruno

Mojácar pueblo
Vista del casco histórico de Mojácar, en Almería.
Vista del casco histórico de Mojácar, en Almería.Lucas Vallecillos/agefotostock

Nos sumergimos entre armónicas combinaciones de volúmenes cúbicos, bien con la ruta sugerida por la oficina de turismo, bien descubriendo uno mismo, gracias al ascensor, los dos centros de arte —Mojácar siempre fue morada de artistas—, la fuente, el mirador del castillo, el ficus podado, tiendas de indalos, la buganvilla de la farmacia, la puerta en cuyo torreón se satisfacían los derechos de portazgo. Desde la plaza Nueva se observa la montaña cónica donde se asentó Mojácar la Vieja. Luego bajaremos al mar tras lo gastronómico sin excentricidades que dispensa la apasionada cocinera María Moreno en Cabo Norte.

Costa salvaje

El Sombrerico, Mojácar

En la playa naturista de El Sombrerico sorprende el farallón El Cigarrico, que adopta la forma de un pulgar gigante. Y en el chiringuito Manacá, levantado con los restos de una cabaña construida para el rodaje de La isla del tesoro (John Hough, 1972), protagonizada por Orson Welles, hay que reservar la paella (693 61 86 71) antes de las diez de la mañana, y conviene no perderse las noches de luna llena. De regreso, paladearemos los tallarines de calamar con dashi y el bacalao quemado que Pedro Ortega, excolaborador de Quique Dacosta, diseña en el Gastro Malabar.

Noche a la mojaquera

Mojácar

En el Aku Aku, de la amabilísima María Flores, la paella de puerros o rape con gambas se complementa con actuaciones de postín, como las de Jorge Pardo, Carles Benavent y Tino Di Geraldo del 10 de julio. En agosto: Pepe Habichuela (día 6) y Jorge Pardo (14 y 15), tan asiduo al Aku Aku que le dedicó una tema. Para ver y ser visto, el club de playa Lua aporta un escenario glamuroso con coctelería y zona vip; restaurante y columnas forradas de cedro. En Mojácar pueblo, donde se agradece la brisa nocturna, el floreado Time & Place es pura historia bohemia. La roca viva y la figura del boxeador Mike Tyson significan la cueva del Jazz Life, local de actuaciones. Es tentador subir a las casas antiguas que cumplen la función de pubs, como el Budu y su aireadísima azotea-bar. En el Loro Azul, mojitos, jazz, blues y, este verano, también sesiones de cine mudo.

Coloso con pies de arena

Hotel El Algarrobico, Carboneras

Condenado en febrero a la demolición por el Tribunal Supremo, esta metáfora de la era del ladrillo ejerce como reclamo turístico. Nadie quiere perderse un selfie con ese monstruo de antenas (que son grúas) junto al que solo se escuchan las olas y los pájaros del cabo de Gata.

La playa de los Muertos, en el parque nacional Cabo de Gata-Níjar.
La playa de los Muertos, en el parque nacional Cabo de Gata-Níjar.G. Azumendi

Preferida del público

Playa de los Muertos, Carboneras

Se accede por el sendero acondicionado desde el aparcamiento de las adelfas, pasando por el mirador Punta de los Muertos, desde donde se aprecia la fascinadora playa trazada con tiralíneas y el despampanante islote. La mayoría de los bañistas prefieren tomar la senda que parte del punto de información (unos 15 minutos). En la caravana venden bocadillos y parafernalia playera. Hay que desconfiar del viento de Levante.

Lancha al paraíso

Playa de San Pedro, Níjar

En Las Negras se abordan las lanchas de Los Barqueros (697 37 32 83 y 667 65 31 33), que en 15 minutos y sin temporal nos transportan a uno de los edenes de la costa peninsular española. Hay que mojarse las pantorrillas y aceptan neveras y sombrillas; zarpan en cuanto se llenan. El puerto natural de San Pedro se eleva a rango de arte tanto por su circo montañoso como por sus aguas translúcidas (llevar gafas y tubo). Un castillo deteriorado. Una fuente responsable del vergel en que se han afincado gentes de vida alternativa; se venden refrescos, pan y hasta pizzas. Y hay campistas en la arena. Es buena idea ir en lancha y regresar a pie (5,3 kilómetros, una hora) para degustar la cocina creativa de mercado de La Sal (lasaldelasnegras.com).

Rodalquilarte

Rodalquilar, Níjar

Rodalquilar es un pueblo-oasis en el que la Casa de los Volcanes (abre de jueves a sábado; gratuita) nos habla de geología y de la fundición de oro, y el Jardín Botánico, de endemismos. El 22 de agosto se celebra la Noche de las Velas. La Tasquilla (950 38 98 16) es un must, como preludia la viñeta de Forges en la fachada: por su ambiente, por la decoración del factótum Javier Zurutuza y las recetas del chef Ferran Polls, con los boquerones Wells como argumento principal. El hotel Rodalquilar dispone de spa.

Vista de la Isleta del Moro, en la costa almeriense.
Vista de la Isleta del Moro, en la costa almeriense.G. Azumendi

A la luna de la isleta

La Isleta del Moro, Níjar

Es la última barriada nijareña en la que el pescado es de autoconsumo (reservar en La Ola). Subir al mirador y bajar después a la terraza del hostal, literalmente tocando el mar. El momentazo llega con las actuaciones del Cortijo de La Loma, cuya altura permite regalarse con el reflejo de la luna en el mar. El flamenco está bien representado, en especial el 4 de agosto con José Manuel León, de la escuela de Paco de Lucía, acompañando a la bailaora Anabel Alonso.

Cabo de Gata alternativo

Níjar

Si antaño era el horario de misas el primer cartel visible en los pueblos, hoy lo es la programación del Chamán, que une restaurante, bar, discoteca, salida a la playa de dunas fósiles de Los Escullos y espacio cultural. Hoy, viernes, actúa Canteca de Macao, y el día 15, La Señora Tomasa; el 12 de agosto, la banda nazarí Eskorzo. Una corriente de simpatía une el Chamán con el Bar de Jo, a cielo abierto, cuya parroquia alternativa sorprende. ¿Más? Tomar un mojito viendo la salida de la luna desde el Refugio Cala Higuera, de un mágico y decadente jipiflower.

El encanto interior lo descubrimos en Fernán Pérez. A partir del 14 de julio, su molino exhibe litografías de maestros del siglo XX, y el día 17, un festival circense. La jaima marroquí la ocupa Casa RaRo (645 34 69 11), con exquisiteces peruanas, thai y mexicanas.

Higos chumbos en el mercado de San José, en Almería.
Higos chumbos en el mercado de San José, en Almería.G. Azumendi

Turismo cinematográfico

Los Albaricoques, Níjar

La imagen de Los Albaricoques está condicionada por su aparición —¡la friolera de 20 minutos!— en la pelícu­la de Sergio Leone La muerte tenía un precio. Pero hay más. Para conmemorar el medio siglo de El bueno, el feo y el malo, del mismo director, se va a recrear el 30 de julio el duelo final, así como la secuencia de la noria (cuyo niño, hoy en edad de jubilación, será homenajeado) situada junto al cortijo ecológico El Campillo. La cinta de Leone se proyectará en el Cortijo del Fraile, que en el filme evoca un hospital. Sus muros fueron testigos, en 1928, del crimen que inspiró a Lorca Bodas de sangre. El hostal Alba siempre es lugar para el menú de 10 euros (13 euros los domingos).

Quedan artesanos

Villa de Níjar

En la medida en que el centro de Níjar se halla a 10 minutos de la autovía, su inclusión es obligada. La Tienda de los Milagros es el taller de la encantadora Isabel Soler, a quien veremos en su telar tejiendo alfombras, cojines y mantas a modo de tapiz. La acompaña el alfarero Matthew Weir, quien aprendió el oficio del padre de Baldomero García, a quien veremos después, muy cerca, modelado sobre el torno. La tienda de Baldomero, El Oficio, está en la calle principal. Si se trata de algo tan almeriense como comer de tapas, hay que pararse en el bar Pata Negra.

Arrecife de Las Sirenas, en el parque nacional Cabo de Gata-Níjar.
Arrecife de Las Sirenas, en el parque nacional Cabo de Gata-Níjar.Ventura Carmona/getty

Geoparque por la Unesco

Genoveses y Mónsul, Níjar

El vulcanismo del geoparque del Cabo de Gata se pone de manifiesto en el morrón de los Genoveses —un antiguo volcán explosivo— y después en la playa de Mónsul, enlutada por minerales volcánicos. Las cavidades usadas por los bañistas son restos de erupciones submarinas moldeadas por la erosión. Para ir a estas playas hay restricciones veraniegas. Resultan muy interesantes las excursiones de Geogata.

Surcando sirenas

Arrecife de las Sirenas, Níjar

Juntos, el cerro de la Vela Blanca y el arrecife de las Sirenas, elevan las cotas estéticas del cabo de Gata. Happy Kayak programa salidas en piragua por el arrecife: chimenea por donde surgió la lava resistiendo después la erosión marina.

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