San Sebastián, el libro perfecto para Loquillo

Hace ya muchos años que José María Sanz se cambió el nombre por Loquillo, también ha llovido desde que el Loco trasladó su residencia cerca de San Sebastián, así que no tenía muchas dudas cuando le tocó elegir una ciudad. "San Sebastián me gusta porque es una ciudad que bien recuerda a un libro, una película o una canción. Me ha costado mucho vivir en un sitio así y es que San Sebastián es una ciudad encantadora".

Loquillo se confiesa enamorado de Donostia, una ciudad que levanta pasiones y que el cantante define como un lugar que aúna todo; playa, buena comida, lindas vistas, tapeo, encanto. "San Sebastián es una ciudad evocadora que lo tiene todo".

Las recomendaciones se las piensa un poco, frunce el ceño y enseguida dispara. Lo primero, buscar sitio para dormir. "Hay muchos sitios donde hospedarse, pero si tienes dinero la mejor opción es el María Cristina (Sede del Festival de cine de San Sebastián), un lujoso hotel de principios de siglo a cien metros de la playa". Otras alternativas que ofrece a los viajeros para disfrutar la estancia en una de las ciudades más bonitas de España es el Hotel Londres, enfrente de la famosa bahía de la Concha, en un edificio del siglo XIX.

Resuelto el alojamiento, Loquillo empieza a desgranar las muchas alternativas que ofrece la ciudad a sus visitantes, comenzando, como no, por las gastronómicas. El cantante recomienda del tirón el restaurante A fuego negro, "para salirse de lo habitual, porque es gente con una gran idea de cocina. Para ir un poco a lo más clásico recomiendo Casa Nicolasa". Además, no se olvida, está la popular opción de irse de pinchos por la calle 31 de agosto o en la Plaza de la Constitución.

La ciudad se descubre

Pero Loquillo tiene claro que lo mejor que se puede hacer en San Sebastián es pasear y dejar que la ciudad se te vaya descubriendo. "Me encanta pasear por el casco viejo, puedes ir andando a todas partes y ves la ciudad... y la ciudad te ve a ti, se descubre". Sin duda, resalta el lado romántico de Donostia, una perla en el Cantábrico que este barcelonés define como un sitio para ir, también, en pareja. Pasear sin prisas por sus tres playas urbanas, La Concha, Ondarreta y Zurriola, y cerca de las dos primeras, colarse en el Palacio de Mirarmar, un elegante edifico de estilo inglés, construido en 1893.

San Sebastián acoge también dos prestigiosos eventos, dignos de ser vividos, al menos una vez en la vida. Por un lado, su ya citado y prestigioso certamen de cine, y por otro el Jazzaldia, el festival de jazz de la ciudad que se celebra desde 1966 y por el que han pasado más de mil artistas, entre ellos, los más prestigiosos del mundo. Vuelta a los bares para degustar otro de las grandes atractivos de la ciudad, especialmente en época de sidra. Hay que patear las sidrerías una a una.

Al final, el rockero vuelve a fruncir el ceño, y duda. En realidad es difícil destacar algo único de Donostia. "Yo me quedo con el pack completo, lo grande de la ciudad son todos esos pequeños detalles que le dan forma". Porque como dice Loquillo, "San Sebastián no es una ciudad para recordar...hay que vivirla".