Pocoyó también está en el museo
A los tres años, un niño se empeñará en defender su color favorito, así que ante un cuadro de Mark Rothko hay que preguntarle cuál cree que es el color favorito del pintor. Es un consejo de Noelia Antúnez, coordinadora de talleres en el Museo Pedagógico de Arte Infantil (MUPAI; www.ucm.es/info/mupai), un proyecto del departamento de didáctica de la Facultad de Bellas Artes.
"El mediador entre el cuadro y el niño tiene que conectar lo que se va a ver con la realidad del pequeño", dice. "Por ejemplo, en un cuadro con elefantes de Dalí se puede hablar de Eli, la elefanta de Pocoyó, lo cual atrapará su atención de inmediato". Para mantenerla, conviene "contar historias, narraciones a las que el niño está acostumbrado, como un cuento de princesas frente a Las meninas", dice Antúnez. "A esa edad, no es tan importante que las historias tengan relación con el cuadro como que consigan mantener al niño interesado más de cinco minutos".
