Que te pilla el tiranosaurio

Las vacaciones en la Comunidad Valenciana han estado, como concepto, relacionadas con el hedonismo costero juvenil o adulto. Pero la voluntad de afianzar un turismo familiar en tiempo de crisis ha hecho que broten múltiples ofertas pensadas para agradar a los niños, pero también a sus padres. Sin perder la economía de vista.

VALENCIA De África al océano, a través de Gulliver

El gran zoológico de espacio abierto Bioparc (www.bioparcvalencia.es; entrada, 21,50 los adultos y 16 los niños), situado en la zona de Campanar, se ha convertido en uno de los imanes más evidentes de la ciudad para quienes viajan con niños. Además, ha eliminado en los valencianos el recuerdo de las pavorosas instalaciones del vetusto zoo que había en los jardines de Viveros. Bioparc ofrece una serie de actividades para chavales que denomina Expedición África, una escuela de inmersión en el continente durante una semana por 200 euros.

El Bioparc forma parte del espectacular Parque de Cabecera (www.valencia.es, Antiguo Cauce del Turia, acceso por Avenida Pío Baroja), un espacio forestal magnífico con lago artificial incluido que se puede navegar en patines con forma de cisne descomunal. Los hijos difícilmente se resisten a montar en ellos, pero hay que tener cuidado: no son tan fáciles de manejar como parece.

Ese parque se une al llamado Jardín del Turia, en el inacabable cauce seco de este río que atraviesa la ciudad como un gusano a la manzana. Hace tiempo que los niños tienen aquí diferentes atracciones salteadas. Especialmente si el día es domingo, en los tramos IV y V del cauce, frente a la estación de autobuses. Durante todo julio, de 19.00 a 21.00, cuando el calor cede su ahogo, se celebra la actividad municipal

Un riu de festa

(Un río de fiesta), y la zona se llena de piscinas de bolas, cuentacuentos y castillos hinchables (www.juventud-valencia.es). Durante lo que queda de mes, puede ser un prefacio para llegar caminando hasta el parque móvil de atracciones que cada año por estas fechas se monta -como parte de la variopinta Feria de Julio (www.feriadejulio.com)- a la altura del paseo de la Alameda.

Siguiendo el cauce, en el tramo XII, encontramos el muy veterano, pero aún muy singular, Parque Gulliver (http://www.webvalencia.com). Se trata de una escultura gigantesca desparramada en el suelo que representa, tendido, a este personaje de Jonathan Swift. Rampas y toboganes permiten a los niños acceder -gratuitamente- al coloso entero como liliputienses (www.web-valencia.com).

En el desarrollo final del Jardín del Turia, desembocamos en un gigante mucho mayor. Se trata del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (www.cac.es; hay entradas conjuntas de hasta tres días consecutivos para los diferentes espacios del complejo desde 31,50 los adultos y 24 los niños) y su tremendista arquitectura de Santiago Calatrava (excepto la del Oceanogràfic, mucho más liviana, obra de Félix Candela). En verano, todo él se vuelve hacia los más menudos. Para empezar, la exposición Entre dinosaurios toma l'Umbracle (el espacio que hace las veces de mirador en este complejo). Está compuesta de 26 robots rugientes que recrean el hábitat y la presencia de los grandes lagartos. Hay un diplodocus de 27 metros de largo y un tiranosaurio de 14 metros. En su vecino Museo de las Ciencias Príncipe Felipe (7,50 euros los adultos y 5,80 los niños; www.cac.es/museo), desde el 22 de julio refulge la muestra Star Trek, que reproduce hasta el puente de mando de la nave Enterprise. Seguro que no dejará indiferente a ninguno de los hijos que guste de naves espaciales, trajes siderales y padres (tele)transportados a otros tiempos.

Y por fin, el inabarcable acuario l'Oceanogràfic (23,90 euros los adultos y 18 los niños; www.cac.es/oceanografic). Brinda exhibiciones nocturnas de su delfinario. Además, hijos y padres pueden pasar en el recinto una noche entre tiburones durmiendo en saco de campaña, en una actividad que resulta especialmente impactante a ciertas edades, y más bien alucinante a todas (desde 75 euros para familias, con cena, desayuno y esterillas para los sacos).

Saltamos ahora a otra remodelación fuera de lo común, la de la dársena del puerto, que ha derivado en la llamada Marina Real Juan Carlos I. Se llevó a cabo para la Copa del América de vela, junto a la playa de la Malvarrosa, y se ha convertido en una zona de ocio. Los padres tienen todo tipo de locales para trasegar, y la visión del sutil edificio Veles i Vents, del arquitecto británico David Chipperfield, para disfrutar; para los hijos, hay zona de juegos y talleres diversos.

Una última recomendación urbana, esta vez centrada en el casco antiguo: el museo de soldaditos de plomo L'Íber, en la Casa-Palacio de Malferit de la esencial calle Caballeros del barrio del Carmen. Ofrece la exposición de miniaturas La India de los maharajás, que recrea, a nivel micro, toda el color de aquella época (de miércoles a domingo, www.museoliber.org; 4 euros).

Para experiencias complementarias, desplacémonos -en coche, si podemos- hasta el complejo Devesa Gardens, en el Saler, en medio de arrozales, en el parque natural de la Albufera y a unos 15 minutos de la ciudad, en dirección sur. Allí navegaremos en barca familiar por el gran humedal -admirándonos de su fauna y lamentándonos por su contaminación- y veremos cómo nuestros pequeños montan en ponis (15 minutos, 6 euros, www.devesagardens.com).

En dirección norte, la espléndida sierra Calderona (www.cma.gva.es; 961 68 19 93), situada entre las provincias de Valencia y Castellón, a unos 20 kilómetros de la primera. Uno de sus miradores más apasionantes es el Garbí, que ofrece un recorrido de poca dificultad para transitarlo. Pero si deseamos exploraciones fluviales en grupo, conduzcamos hasta Cofrentes -a unos cien kilómetros de la capital- y realicemos una ruta a través del río Júcar (www.rutafluvial.es) entre unos cañones naturales difíciles de olvidar.

CASTELLÓN Cuevas y dinosaurios

La provincia de Castellón ofrece posibilidades distintivas a los niños ya desde sus localidades más cercanas a Valencia, como Segorbe (www.segorbe.org). En ella, en el monte de San Blas, hay que destacar Segóbriga Park (entre 0,60 y 4 euros según edad y día), uno de los exiguos parques acuáticos especializado realmente en público infantil, donde los toboganes adrenalínicos se sustituyen por tematización medieval, que recuerda a la misma arquitectura de la ciudad. Las piscinas y jacuzzi no cubren ni a los más pequeños, hay duchas de cascadas con forma de setas que evocan bosques de gnomos, y la entrada es muy barata (a partir de 0,60 euros).

Si deseamos experimentar misterio y relax, naveguemos a través de las grutas de San José, en el término de Vall d'Uixó (www.riosubterraneo.com, 4,5 euros entrada infantil). Es un paseo subterráneo de 40 minutos en barca, en el que nos impresionaremos con las tortuosas y oníricas formas que el agua ha dado a las rocas. La actividad quizás traslade a los retoños a evocaciones de la famosa cueva sin fin de Gotham City en la que Batman tiene su hogar, mientras, afuera, les espera un complejo con parque infantil y bocatería.

Seguimos explorando la provincia y encontramos que la agencia Geo Extrem (www.geoextrem.com) aprovecha los parajes de la comarca interior del Alto Mijares para brindar espeología a los menores. Una jornada subterránea de iniciación: 45 euros (a partir de 6 años). También podemos emprender rutas por el parque natural del Desierto de las Palmas (www.cma.gva.es/web) en la Plana Alta, a nada de Benicàssim. Hay itinerarios para niños, que se asombrarán ante las más de 120 especies de aves que allí se prodigan.

Más al norte, tenemos Peñíscola (www.peniscola.es), donde se han rodado películas como El Cid de Anthonny Mann y el Calabuch de Berlanga. Subir al castillo del Papa Luna -que comenzó a construirse en el siglo XIV- es una experiencia histórica fascinante. De hecho, hasta el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter pasó por ella hace poco. El castillo de Peñíscola (3,50 los adultos, niños hasta nueve años gratis) se encuentra en lo alto de un promontorio rocoso desde donde contempla la playa y la propia ciudad. Se empezó a construir a finales del siglo XIII, y es una fortaleza muy bien conservada, famosa por haber albergado al legendario papa Benedicto XIII (el papa Luna o antipapa hereje) en los convulsos principios del siglo XV. Su robustez, su patio de armas, la muralla y los torreones apabullarán hasta el límite a los más jóvenes, trasladados al escenario de una adictiva película real.

Si deseamos algo distinto, entre Peñíscola y Benicarló tenemos el zoo de aves Jardín del Papagayo (www.jardindelpapagayo.com; entrada pareja con hijo: 27,50 euros), donde más de 50 especies interactúan con los niños. Y ya en el interior, en la comarca de Els Ports, luce la ciudad medieval de Morella (www.morella.net), también con castillo, paseos asombrosos y un museo municipal llamado Temps de dinosaures (Tiempo de dinosaurios; www.museusdemorella.net; adultos, 2 euros; niños hasta 9, gratis; entre diez y 16 años, 1,50) dedicado a los lagartos que un día ignoto poblaron la comarca (es un verdadero yacimiento paleontológico). En la capilla de la Comunión de la Iglesia de San Miguel (plaza de San Miguel, 1) veremos fósiles marinos y botánicos y hasta la reproducción del iguanodon. Pero si queremos un ocio más enérgico, tenemos el circuito de aventura Saltapins (www.saltapins.com; precios entre 10 y 20 euros según edad y recorrido), ubicado en el complejo de la Fábrica Giner de Morella. Está centrado en pruebas aéreas -tuteladas por monitores- que los participantes deben superar a través de plataformas situadas en árboles que llegan a medir 17 metros de alto. Es por eso que la edad mínima para formar parte del juego es de 6 años.

ALICANTE Piratas y momias

En la ciudad de Alicante, la capital veraniega por excelencia de la Comunidad Valenciana (y la más ideal para ser recorrida a pie) tenemos el parque público El Palmeral, situado en la salida sur. En él podemos montar un pic-nic entre palmeras, senderos, lago, zona de juegos (www.alicante-ayto.es). O el castillo de Santa Bárbara (2,40 euros), que se asienta sobre el monte Benacantil -de 166 metros de altitud al lado del mar- y que trasladará a los niños su añejo valor estratégico al comprobar cómo desde él se domina la bahía entera de Alicante y su tierra alrededor.

Para seguir con el salto mental histórico, nada mejor que un paseo hacia el MARQ (Plaza Dr Gómez Ulla, s/n; www.marqalicante.com; 3 euros los adultos y los menores de siete años, gratis ), museo arqueológico de referencia que este verano plantea -para quienes tienen entre 8 y 14 años- la actividad ¡Viajamos a Egipto! El viaje transcurre por las salas de su última exposición, El enigma de la momia, e incluye juegos y talleres sobre la antigua cultura egipcia. Osiris, Anubis, embalsamamientos y jeroglíficos para aspirantes a Indiana Jones.

Y a un suspiro de la ciudad, una maravilla: la isla de Tabarca, única isla habitada de la región, que fue usada en tiempos como base de piratas. Está frente a la ciudad de Alicante, a 11 millas náuticas. Para los más jóvenes, nada mejor que sumarse a una actividad organizada: la búsqueda de un tesoro pirata a través de la isla. Tras una travesía en barco, empieza la búsqueda con la interpretación de mapas y pistas, para acabar degustando al final un buen plato de caldero tabarquí, comida típica de la isla (85 euros; se realiza a partir de 12 personas mínimo, www.lavidaesbella.es).

Nos trasladamos ahora a Benidorm, un parque de atracciones urbano donde vamos a encontrar una sucesión de parques temáticos para los niños de lo más variopinto (sólo pagan si tienen más de 3 años). Terra Mítica es el parque de montañas rusas ambientado en la historia y mitología del Mediterráneo (entrada de un día, 35 los adultos y 26,50 los niños, www.terramiticapark.com); gran parte de la zona dedicada a Roma -entre otras- está pensada para los más pequeños. Terra Natura es un gran zoológico abierto (entrada niños 20 euros, www.terranatura.com). Mundomar es un conocido enclave de animales marinos (www.mundomar.es, entrada infantil 18 euros). Y Aqualandia es el parque acuático por excelencia, que este verano cumple su 25 aniversario (www.aqualandia.net, 20 euros). Para dorar la píldora temática, entre Benidorm y Alfaz del Pí se puede pernoctar en cabañas de madera en el complejo Magic Excalibur (www.magicexcalibur.com), ambientado en el mundo del rey Arturo, con foso y justas medievales incluidas.

Para la despedida, la naturaleza: una excursión al parque natural Penyal de Ifac (www.cma.gva.es), en el término de Calpe, donde se preparan actividades especiales para que los pequeños conozcan los valores de este hermoso enclave. O una travesía en grupo en un barco de visión panorámica submarina (www.mundomarino.es; entre 6 y 35 euros según edad y recorrido; menos de cuatro años, gratis) por la costa de la Marina Alta y Baja, desde Dénia y Jávea hasta Calpe. La belleza acuática más evocadora, al alcance aventurero de nuestros hijos.

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Ruta por las Artes y las Ciencias