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Reportaje:RUTAS URBANAS

Reverencia a su majestad C4

La ruta arquitectónica del rey Cristian IV en Copenhague

Cuentan que durante la inauguración de la torre Redonda el monarca subió a galope la singular rampa de caracol. El legado del rey en la capital danesa incluye también la antigua Bolsa y los jardines de Rosenborg.

C4 son las iniciales de Cristian IV de Dinamarca (1577-1648), un rey casi mítico para los daneses por sus amoríos -tuvo más de 50 hijos-, por ser un guerrero infatigable -aunque con fortuna desigual en las batallas- y por fundar ciudades hundiendo barcos. La leyenda sostiene que mandó zozobrar una nave para que a sus restos se unieran escombros y sobre ellos se levantase la isla de Cristianía, hoy famosa por la colonia hippy que se estableció allí en 1971.

A todo ello hay que añadir los magníficos edificios que legó a su amada ciudad, Copenhague. Tres de ellos invitan a seguirle la pista: Borsen (la Bolsa), Rundetaarn (el observatorio astronómico de la Universidad) y el palacio y jardín de Rosenborg. El viajero curioso, si las busca, encontrará en todos ellos las famosas C4 que el monarca mandó inscribir en sus fachadas.

Borsen

La antigua Bolsa de Copenhague, en el islote de Slotsholmen, donde también se encuentran el Parlamento y la Nueva Biblioteca de Dinamarca, se asienta sobre lo que fue en el siglo XII el núcleo original de la ciudad. En 1640, el rey, vista la prosperidad comercial de holandeses e ingleses, quiso emular sus empresas y decidió crear la Compañía Danesa de las Indias Orientales y erigir esta imponente sede para la Bolsa.

El edificio se encargó a Hans van Steenwinckel, un arquitecto de origen flamenco que proyectó una nave alargada con fachadas de piedra y ladrillo, abundante ornamentación clasicista y cubierta de cobre (verde, como tantas en la ciudad) a dos aguas y jalonada por gabletes. Para el centro de la nave dejó el estelar chapitel, rematado por una aguja de 54 metros de altura y formada por las colas entrelazadas de cuatro dragones. Las transacciones comerciales y financieras siguieron desarrollándose en la Bolsa hasta 1857, año en que se vendió a una agrupación de mercaderes daneses con el compromiso de que mantendrían inalteradas las fachadas y conservarían en perfecto estado el edificio.

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Rundetaarn

Basta con cruzar el canal por el puente de Hojbro y recorrer la peatonal Kobmagergade para llegar a la torre Redonda, parte del complejo llamado Trinitatis que el rey mandó construir para la Universidad de Copenhague. El complejo debía reunir biblioteca, iglesia y observatorio, tres instalaciones esenciales para una universidad de aquellos tiempos. El encargo, que recayó en el mismo arquitecto de la Bolsa, se terminó en 1642 y la torre no tardó en convertirse en uno de los edificios más señeros de la ciudad y del país, incorporándose rápidamente al imaginario danés. Por ejemplo, el perro de El yesquero -el cuento de Andersen- tiene los ojos "más grandes que la torre Redonda"; del mismo modo, para hablar de la altura de un edificio, todavía se compara con la de la Rundetaarn.

La torre es única en la arquitectura europea por la rampa de caracol que da siete vueltas y media alrededor de su eje. Con sus 209 metros, esta rampa sirve para conectar los tres centros, ya que da acceso a la iglesia de la Trinidad, a la biblioteca que se encuentra sobre sus bóvedas y, arriba del todo, al observatorio.

Por cierto, en esta biblioteca -hoy sala de exposiciones- leyeron y estudiaron Soren Kierkegaard y Hans Christian Andersen, entre otros. Desde lo alto del observatorio, a 35 metros sobre el nivel de la calle, se domina todo Copenhague y el estrecho de Oresund, con el larguísimo puente blanco que une las orillas de Suecia y Dinamarca.

Como todos los edificios míticos, la torre tiene sus leyendas. Durante la ceremonia de inauguración, Cristian IV subió toda la rampa al galope, y en 1716, el zar Pedro el Grande repitió la hazaña seguido muy dignamente por su esposa, Catalina II, que lo hizo en un gran coche tirado por seis caballos. En 1902 fue un coche automóvil de la marca Beaufort el primero en subirla, y hoy día se celebra anualmente una carrera ciclista en la que gana quien logra subir y bajar en el menor tiempo y sin desmontar de la bicicleta ni, claro está, caerse de ella.

Anécdotas aparte, la sencillez de líneas de la rampa, con el piso de ladrillos macizos dispuestos de canto, la luz de las paredes encaladas y la elegancia del conjunto, deja claro que el diseño danés nunca tuvo que irse muy lejos en busca de inspiración.

Rosenborg Slot

De nuevo en la Kobmagergade, si tomamos a la derecha en la calle Landemærket llegaremos al Jardín del Rey, que así se llaman los jardines que rodean el palacio Real de Rosenborg. Cristian IV encargó este Retiro, por entonces alejado de la ciudad, como residencia de verano, y una vez más, Steenwinckel hizo sus deseos realidad.

El Jardín del Rey, uno de los más antiguos de Dinamarca, conserva muchos rasgos clasicistas: calles simétricas, abundancia de parterres y setos, la costumbre de modelar árboles en espaldera haciendo de pantallas y, por supuesto, un pequeño jardín secreto frente a la fachada norte del palacio.

Ya en el edificio, lo más llamativo se encuentra enterrado y celosamente custodiado por la guardia real danesa, que tiene en Rosenborg su cuartel general. Las cámaras acorazadas del subsuelo albergan centenares de objetos suntuarios de distintos monarcas y los símbolos clásicos del poder real: coronas, cetros y espadas.

Si, como a las urracas, le gusta el oro, los diamantes, los rubíes y las perlas, y en general todo lo que brille, aquí encontrará su paraíso. El atracón visual de objetos hermosos y relucientes, caros y poco prácticos, incluye la corona de Cristian IV o, con todo el real respeto, su majestad C4.

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicos- Prefijo telefónico: 00 45.- Población: el gran Copenhague tiene 1,7 millones de habitantes (en toda Dinamarca viven 5,3 millones).- Moneda: corona danesa (un euro equivale a unas 7,50 coronas).Cómo ir- Spanair (www.spanair.es; 902 13 14 15) vuela desde Madrid y Barcelona. Ida y vuelta desde Barcelona, a partir de 154,58 euros, precio final.- SAS (www.flysas.es; 807 112 117). Ida y vuelta desde Madrid, a partir de 162,30 euros, tasas y gastos incluidos.- Iberia (www.iberia.com; 902 40 05 00). Ida y vuelta desde Madrid, a partir de 162,60 euros, todo incluido.Visitas- Rundetaarn (www.rundetaarn.dk). De lunes a sábado, de 10.00 a 17.00; domingos, de 12.00 a 17.00.- Palacio de Rosenborg (33 15 32 86; www.rosenborgslot.dk). Hasta finales de octubre, el horario de visitases de 10.00 a 16.00 todos los días. Precio de la entrada: 6,70 euros.- Borsen, la vieja Bolsa de Copenhague (www.borsbygningen.dk; 33 74 60 00).Información- Oficina de turismo de Copenhague (www.visitcopenhagen.com; 70 22 24 42). Realizan reservas hoteleras.- Turismo de Dinamarca (www.visitdenmark.com).

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