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ES EL MOMENTO DE... | PROPUESTAS

El salto del Colacho

Se cubre el rostro con una máscara, que se quita para saltar; lleva en la mano izquierda un enorme castañuelón, y en la derecha, un palo rematado con una cola de caballo, y viste de vivos colores, con una chaquetilla con capucha. Los bebés que le miran desde los colchones -normalmente, cuatro- colocados a lo largo del recorrido procesional de la custodia, el domingo del Corpus (mañana, 2 de junio), no las tienen todas consigo: algunos hacen pucheros, otros lloran y los hay que permanecen tranquilos, contemplando curiosos cuanto acontece a su alrededor.

Porque lo que acontece en Castrillo de Murcia (Burgos), pequeña localidad de apenas 275 habitantes, es ciertamente singular. Lo organiza la cofradía del Santísimo Sacramento, también llamada archicofradía de Minerva, constituida en 1621. Uno de sus miembros, necesariamente joven, ágil y resistente para poder desempeñar el honorífico papel, es elegido Colacho. Para algunos es la personificación del mismísimo diablo, de ahí que huya ante la presencia de Jesús en la eucaristía; sin embargo, la acción que ejerce sobre los niños que han nacido de fiesta a fiesta es benéfica, ya que, según la creencia extendida, al saltar sobre los colchones en los que están colocados los libera de los malos espíritus, y más concretamente del mal de hernia, que en la Edad Media se atribuía al demonio.

El día comienza con el aviso por parte del atabalero que, vestido con levita negra, hace sonar incesantemente un enorme atabal. Después, y a lo largo de toda la mañana, se llevan a cabo tres corridas: recorridos por las calles de Castrillo de Murcia en los que toman parte el atabalero, el Colacho (que persigue a los críos, que le provocan en medio de una algarabía) y los cofrades, elegantemente ataviados con capa y sombrero. La cofradía está constituida por dos amos, dos mayordomos (el Colacho y el atabalero), un secretario y un abad. Por la tarde tiene lugar la procesión, con altares callejeros adornados en los que descansa la custodia, que desfila bajo palio. Tras el salto del Colacho, niños y niñas de primera comunión lanzan pétalos de rosa, mientras los bebés reciben la bendición con el Santísimo. Sus madres, entonces, respiran tranquilas.

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