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Reportaje:

Un secreto en el corazón de la Toscana

Desde Siena, en busca de las corrientes termales al aire libre

Cuna del genio de Leonardo y de Dante, meta de millones de turistas que se concentran en la capital del Renacimiento arquitectónico, Florencia, y en otras ciudades que han permanecido inalterables al paso de los siglos, como Siena, Pisa o Lucca, la Toscana es también una tierra legendaria por su paisaje. Entre las colinas redondeadas y exactas, tan humanas que parecen concebidas como un descanso para los ojos, donde se alzan nobles caseríos de piedra, viñas de Chianti, huertos de olivos, bosques de encinas y castaños, y grupos de cipreses que se suceden simétricamente, esta tierra esconde una treintena de termas naturales para que el viajero pueda vivir en su propia piel la máxima romana de "Otium et serenitas".

Al sur de Toscana, el llamado Val d'Orcia (valle de Orcia), en la provincia de Siena, ofrece un recorrido de termas públicas de acceso gratuito, donde hoy es posible sumergirse en aguas reparadoras y constantes, tal y como hicieron los antiguos, empezando por los etruscos, primeros pobladores de Tuscania, a quienes siguieron los romanos, tan amantes de los baños, y más tarde los peregrinos de la Europa medieval que viajaban hacia Roma. Para ello se debe prescindir de los establecimientos balnearios y de los modernos y lujosos spas, que albergan al turismo de lujo, y adentrarse en plena naturaleza a la búsqueda de estas aguas relajantes, cuyas temperaturas superan los 35 grados durante los 12 meses del año. Es imprescindible un buen mapa de carreteras, que nos permita perdernos por la Toscana a nuestro antojo.

1 Termas de Saturnia

La más meridional de las termas debe su nombre a los romanos y a una antigua leyenda del dios Saturno, quien en un enfado con los hombres lanzó un rayo, haciendo brotar del cráter de un volcán un agua sulfúrea y caliente que hoy alcanza los 37 grados de temperatura. El volcán existe realmente y está a las espaldas de Saturnia. Es el extinto Amiata, nombre de la montaña que domina el valle de Orcia y fuente de calor de las aguas de toda la zona. En Saturnia, una corriente de agua termal de aproximadamente un kilómetro de longitud corre entre el bosque, cubriendo numerosas pozas, escalonadas a lo largo del curso, que rompe en un salto de cuatro metros. Bajo esta cascada, la corriente continúa su recorrido hasta perderse de vista en un típico paisaje toscano. El largo río vaporoso, la cascada y la velocidad del agua hacen de Saturnia la terma más espectacular y visitada de la zona. La belleza de este lugar es particularmente notable al alba y al atardecer. Merece verdaderamente la pena, después de la puesta de sol, esperar la llegada de la noche para contemplar el espectáculo de la cúpula celeste dentro de las termas.

Dos consejos prácticos: el azufre de las aguas termales ensucia las joyas, sobre todo si son de plata, dejándolas negras; aunque se pueden limpiar con productos especiales, siempre es mejor prevenir que curar. Y es aconsejable viajar con una buena linterna, ya que una experiencia altamente recomendable consiste en esperar al anochecer dentro de las termas, pero para ello es necesario algo de luz a la hora de salir, porque se encuentran en absoluta oscuridad.

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Además de la propia Saturnia, un pueblo coqueto y pequeño que conserva restos romanos, merece una visita la ciudad de Pitigliano, a 30 kilómetros, encaramada sobre una roca volcánica, rodeada de murallas y dominada por un acueducto construido sobre dos arcos gigantes sujetos por una enorme pilastra. La vista del centro histórico de esta ciudad de origen etrusco es especialmente sugestiva con la iluminación nocturna. Junto al acueducto se encuentra el castillo de Orsini, que acoge un museo arqueológico con restos de la época etrusca. Pitigliano es un lugar ideal para probar los vinos de la zona, en las numerosas cantinas subterráneas de su centro histórico medieval.

Desde allí se puede hacer una excursión al lago de Bolsena, formado dentro de un cráter, y continuar hasta la provincia colindante de Umbría para visitar la ciudad de Orvieto, a unos 30 kilómetros. Enemiga del ruido, de la globalización y de las asperezas de la vida actual, Orvieto y su alcalde, Stefano Cimicchi, han sido impulsores del movimiento de las ciudades lentas, que agrupa ya a una veintena de poblaciones italianas en torno a los 30.000 habitantes y que se basa en la defensa de los productos naturales, las recetas locales, el regreso a la naturaleza y a los placeres profundos y elementales de la vida. Es decir, la calidad de vida mediterránea, pero con el desarrollo de la sociedad tecnológica.

Unos kilómetros antes de entrar en la ciudad, en la misma carretera general, se puede hacer una parada en el restaurante Girarrosto del Buongustaio (teléfono 07 63 34 19 35), cuya terraza ofrece una vista privilegiada de Orvieto. Para conocer esta ciudad umbra de pasado etrusco y lombardo, que se alza sobre una meseta volcánica de 350 metros dominada por la catedral, se aconseja un paseo por la Via del Duomo. Tiendas de artesanía (fundamentalmente de cerámica) y de productos de la gastronomía local flanquean el paseo. La catedral, cuya portada es una de las obras mayores del gótico italiano, busca la horizontalidad a través de hileras de travertino blanco y basalto gris oscuro. Es también interesante una visita al Parco delle Grotte (Parque de las Grutas), donde se encuentra la antigua ciudad subterránea, hoy accesible sólo en su parte inferior.

2Termas de Petriolo

Son las más cercanas a Siena; se encuentran a sólo 25 kilómetros. Estas termas fueron una de las más importantes estaciones termales del medioevo, y de hecho aún se conservan restos de la antigua muralla, construida en el siglo XIV. Las ruinas de piedra y la nube de vapor que flota en el aire le dan un aspecto especialmente sugestivo y onírico, pero también infernal, dantesco, por el intenso olor a azufre de sus aguas. La conforman varias pozas pequeñas de la profundidad de una bañera, de agua muy caliente -la temperatura llega a los 43 grados-, y una poza más grande a menor temperatura, separada por una pequeña barrera de piedras de un río de agua fría. A través de una tubería, a decir verdad no muy estética, el agua cae con fuerza directamente de la tierra en la poza central. Es especialmente placentero dejar que este chorro de agua nos dé un masaje en todo el cuerpo y también, para los más osados, probar el contraste de temperatura entre las distintas pozas y el agua del río. ¡Está helada!

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En 1880, Richard Wagner pasa dos meses cerca de Siena, en la villa de Torre Fiorentina. Trabaja en su ópera Parsifal, y se inspira en el interior gótico de la catedral para su Montsalvat, el templo del Grial. Un ejemplo de la fascinación profunda que Siena ha producido a lo largo de los siglos. Novelistas como Gabriel García Márquez han encontrado en la plaza del Campo, con su original estructura en forma de concha inclinada, un ejemplo insuperable de armonía. Según el escritor francés Dominique Fernández, "probablemente no exista ningún conjunto en la península que dé una idea tan clara del genio urbanístico italiano". En el sobrio Palazzo Publico, en una de cuyas salas se contempla el maravilloso fresco de Simone Martini que retrata al caballero Guidoriccio da Fogliano cabalgando en un paisaje de resonancias bizantinas, se alza la Torre Mangia, de casi 90 metros de altura. Previo pago, se puede subir a pie; un ejercicio que agota, pues son más de 300 escalones; pero arriba espera una panorámica que hace olvidar el esfuerzo: el vívido paisaje toscano, acariciador y corporal. Una altura desde donde se percibe un equilibrio que parecía imposible entre la naturaleza circundante y la ciudad ("Siena es una de las raras municipalidades en el mundo que han llevado a lo largo de los siglos una política, consciente y obstinada, de belleza", escribe Dominique Fernández). Actualmente es una de las ciudades universitarias más prestigiosas de Italia. Su patrimonio artístico, la gran altura de sus casas de piedra, el silencio y la estructura laberíntica de las calles, la convierten en paradigma de la hermosura de las ciudades italianas. Junto a la catedral y la plaza y su entorno, el hospital de Santa Maria della Scala es el tercer polo artístico de la ciudad, interesante sobre todo por sus frescos. Palacios nobiliarios como el Buonsignori -que acoge la pinacoteca nacional-, el palacio Chigi-Saracini o el palacio del Popolo, actual sede de la Universidad de Económicas, completan una visita que en su variado rango de satisfacciones también incluye la gastronómica. En los restaurantes se aconseja probar la especialidad de la zona: el chuletón a la florentina; además abundan las tiendas de vinos, dulces típicos y hasta souvenirs, que, contra lo que suele ser común, aquí tienen a veces toques refinados.

3Bagni San Filippo

A los pies de la Amiata se encuentran las termas llamadas baños de San Filippo, que dan nombre al pueblo, una pequeña localidad de no más de 50 habitantes. Nada más entrar, una señal dice: "Fosso bianco". Siguiendo la indicación, nos adentramos en un bosque de castaños, encinas y helechos, hasta llegar a un pequeño puente de madera que indica "Balena Blanca" (Ballena Blanca), el nombre de una imponente roca de piedra blanca calcárea de una decena de metros, desde donde cae el agua. A los pies de la roca, escalonadamente, se suceden distintas pozas termales de bastante profundidad, que paradójicamente alcanzan su temperatura más alta en invierno, cuando llegan a los 48 grados. El mejor lugar donde sumergirse en estas termas y relajarse contemplando el paisaje boscoso, con la montaña Amiata al fondo, es una pequeña poza, donde no caben más de tres personas, que encontramos subiendo la ladera de la Ballena Blanca. Su posición, a una altura de unos diez metros, ofrece un panorama espléndido, haciéndonos sentir depositarios de una intensa fortuna.

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Castiglione d'Orcia es un representativo burgo medieval de la Toscana, con una original plaza de piedra de forma triangular en pendiente, que se conoce con el nombre de Il Vecchietta, en honor al pintor, escultor y arquitecto toscano Lorenzo di Pietro. La ciudad está dominada por un torreón, típico de estos burgos del valle de Orcia, la Rocca Aldobrandesca, al que se puede acceder fácilmente a pie. Desde allí se obtiene una vista panorámica de todo el pueblo, con la montaña Amiata y otro torreón, llamado la Rocca a Tintinnano, mejor conservado que el de Castiglione, al fondo.

4Bagno Vignoni

A una decena de kilómetros de San Filippo, en dirección norte, hacia Castiglione d'Orcia y Siena, se encuentra el antiquísimo burgo de Bagno Vignoni, de origen romano. Aunque sus termas abiertas al público -dos pozas que se encuentran en la parte izquierda de la entrada al pueblo- no son gran cosa, es ésta una parada obligada. La plaza de Bagno Vignoni es una poza de agua termal de 49 metros de largo, lo que hace de éste un lugar único en el mundo al tener por plaza una terma. Además, el pueblo es una delicia. En el mes de agosto, el hotel balneario Posta Marcucci (teléfono 05 77 88 71 12; www.hotelpostamarcucci.it) abre su piscina termal durante la noche, desde las 21.00 hasta las 24.00.

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Pienza se encuentra en el corazón del valle de Orcia y es la localidad principal de la zona. Esta pequeña ciudad, declarada por la Unesco patrimonio de la humanidad, es una verdadera joya arquitectónica. De hecho, fue la "ciudad de la utopía" porque el papa Pío II, a quien Pienza debe su nombre, quiso hacer de su ciudad natal el modelo urbanístico de ciudad renacentista ideal. Los tres monumentos que ocupan el centro de la ciudad -la catedral, el palacio Piccolomini y el palacio comunal- fueron construidos por el arquitecto Bernardo Rossellino en el tiempo récord de tres años (1459-1462). En el jardín del palacio Piccolomini, antigua residencia de Pío II, se domina una vista espectacular del valle de Orcia.

A pocos kilómetros de Bagno Vignoni se encuentran otras localidades termales como San Chianciano Terme. Es conocida porque sus aguas combaten las enfermedades hepáticas, pero no se puede acceder a termas públicas. Otra ciudad termal importante de la zona es San Casciano, donde las pozas de acceso gratuito se encuentran a la entrada del pueblo. El valle de Orcia ofrece una buena y abundante oferta de restaurantes y hoteles rurales. Para más información: www.agriturismi-toscana.com / www.turismo.toscana.it.

GUÍA PRÁCTICA

Datos básicos

- Prefijo telefónico: 00 390.

- Información sobre rutas y horarios de trenes en Italia: www.trenitalia.com. - Información sobre autocares interurbanos: www.autostrade.it.

- Oficina de turismo de Italia en Madrid (915 67 06 70; www.enit.it ): paseo de la Castellana, 149, 7º izquierda.

- Toscana en la 'web': www.turismo.toscana.it.

Cómo ir

- Iberia (902 400 500; www.iberia.com). Oferta por compra anticipada (30 días). Vuelos (ida y vuelta) desde Barcelona o Bilbao a Milán, Roma y Venecia, por 73 euros, más tasas a partir de 99 euros, desde Madrid. A Pisa desde Barcelona y Madrid, por 80 euros. Por compra inmediata, vuelos de ida y vuelta a Milán, Roma y Venecia, a partir de 149 euros desde Barcelona, y de 179 euros desde Madrid.

- Alitalia (902 100 323; www.alitalia.es). Oferta para reservas con un mes de antelación: ida y vuelta entre Barcelona o Bilbao y Milán, desde 73 euros más tasas. Entre Barcelona y Venecia o Roma, desde 73. Entre Madrid o Barcelona y Pisa, a partir de 80. Entre Barcelona y Turín, desde 84. Vuelos directos entre Madrid o Barcelona y Florencia, capital de la Toscana, en septiembre, a partir de 149 euros.

Termas de Saturnia

- Cómo llegar. Desde Siena, coger la autopista que lleva a Grosseto y dejarla en la salida a Roselle. Tras seguir las indicaciones a Roselle, continu

ar hacia Saturnia. Un kilómetro y medio antes de llegar, una señal indica el establecimiento balneario. Justo donde está la señal, en lugar de ir hacia el balneario, hay que girar a la izquierda. Hay sitio para aparcar el coche. A unos cien metros se encuentran las termas.

www.saturniaonline.it.

Petriolo

- Cómo llegar. Salir de Siena y tomar la carretera SS-223 en dirección a Grosseto. Pasado un viaducto, a unos veinte kilómetros, una señal indica la desviación hacia las termas. Seguir hasta encontrar una nueva señal hacia las termas, a cinco kilómetros de la carretera general. No tiene pérdida.

Bagni San Filippo

- Cómo llegar: Bagni San Filippo se encuentra a 65 kilómetros al sur de Siena cogiendo la autopista Autostrada del Sole (A-1) hasta la salida de Chiusi-Chi Anciano Terme. Después, proseguir en dirección Cassia hasta encontrar las indicaciones para Bagni San Filippo. Existe una carretera alternativa, dirección Cassia y Castiglione d'Orcia.

Dormir

- Hotel Duomo (577 28 90 88; www.hotelduomo.it ). Via Stalloreggi, 38. Siena. En un palacio del centro histórico de Siena. Entre 100 y 130 euros la doble.

- Palazzo Ravizza (577 28 04 62; www.palazzoravizza.it). Piano dei Mantelini, 34. Siena. Ocupa un antiguo palacio renacentista con jardín. Habitaciones dobles desde 100 euros.

- Centrales de reservas de casas rurales en la Toscana (www.agriturismo.regione.toscana.it y www.toscana.agriturismo.net).

COMER

- Trattoria Papei (577 28 08 94). Piazza del Mercato, 6. Siena. Local histórico con sugestiva vista de la Torre del Mangia. Unos 25 euros.

- La Taverna de San Giuseppe (577 42 286). Giovanni Duprè, 132. Siena. Restaurante rústico en el corazón de Siena. Unos 30 euros.

- Il Tufo Alegro (564 61 61 92). Vicolo della Costituzione, 5. Pitigliano. Cocina toscana en el casco antiguo de Pitigliano. Unos 35 euros.

- Da Caino (564 60 28 17). Via della Chiesa, 4. Montemerano. Dos estrellas Michelin. Cocina tradicional con toques de creatividad. Unos 85 euros.

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