Aroma fragante

Contino vuelve a justificar la posición vanguardista que ostenta desde los años ochenta, cuando supuso un revulsivo en las amodorradas campiñas de la Rioja Alavesa introduciendo el concepto de châteaux. Y lo hace con un blanco soberbio, fruto de cuatro años de experiencias y muchas dudas.

En una visita a la bodega pude comprobar cómo Jesús Madrazo no solo domina el arte del tinto, sino que es capaz de sacar a la vieja viura, adecuadamente emparejada con malvasía y garnacha blanca, un paisaje aromático de notable complejidad. Extrañaba que un blanco de tanta personalidad permaneciera oculto, cuando es el nuevo territorio de conquista para Rioja.

Pero en Contino las cosas maduran despacio. Disipadas las dudas, resueltas las vacilaciones, podemos por fin degustar esta logradísima elaboración. Jesús Madrazo ha diseñado su vino sin recurrir a la manida fermentación en roble, no siempre oportuna con este tipo de uva, ni a la clásica crianza en barrica. Parte de la oportuna maceración pelicular en frío, previa a la fermentación alcohólica, que se realiza en pequeños depósitos de acero inoxidable. Luego, el blanco termina su fermentación en barricas nuevas de roble francés de 500 litros, donde permanece unos seis meses.

Y ahí está: aroma fragante, a fruta carnosa y flores secas, dibujado elegantemente sobre cedro y especias. De refinada textura, con un penetrante sabor jugosamente acídulo y un excelente porvenir.