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Crítica:DORMIR
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Tecnología y doseles

Meliá Recoletos, un hotel 'boutique' de cadena en Valladolid

Si usted ve un dosel en su habitación, las paredes de colorines, unos cuadritos de época (anterior, claro), herrajes aparentes, plafones de abuela, sillas de la Ilustración y moqueta con lunares, es que ha ido a parar a un hotel boutique. Así entiende el grupo Sol Meliá su pequeña división Boutique Hotel, con presencia en Burgos, Zamora, Salamanca, Orihuela, Mallorca, Coimbra y París, aunque ninguno con una presencia tan superlativa como el que posee en el Campo Grande vallisoletano, a 300 escasos metros de la estación del AVE, un lujazo a menos de una hora de Madrid. Entre la arboleda que configura el paseo de Recoletos se percibe la renovada fachada de un edificio residencial del siglo XIX al que los arquitectos del estudio Paredes y Ribas, autores del futuro Centro Cívico Arturo Eyries, han devuelto su lustre burgués sin ningún rubor por las fruslerías que adornan sus interiores.

Meliá Recoletos

PUNTUACIÓN: 7

Categoría: cuatro estrellas.

Dirección: Acera de Recoletos, 13. Valladolid.

Teléfono: 983 21 62 00.

Fax: 983 21 62 10.

Central de reservas: 902 14 44 40.

Internet: es.solmelia.com

Instalaciones: jardín, salas de convenciones (para 80 personas), cafetería, bar, restaurante.

Habitaciones: 76 dobles, 4 junior suites; baño, calefacción, aire acondicionado, teléfono, TV satélite, minibar, secador; habitaciones para no fumadores, carta de almohadas.

Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, animales domésticos prohibidos.

Precios: desde 79,92 euros + 8% IVA la habitación doble (Laterooms.com). Desayuno, 12,50 euros + 8% IVA.

La antigua entrada de carruajes vertebra ahora un espacio atunelado a través del cual van apareciendo la recepción, el vestíbulo, la escalinata que sube a los cuartos, el bar inglés y un vasto patio trasero donde caben eventos de todo tipo dada la profusión de salones y auditorios. Saludan los recepcionistas y el viajero se interna libremente por el hotel: a la postre siempre llegará a algún punto de consumición, que es lo que interesa, y para eso nadie escatima la debida amabilidad. Enfrente del paseo se encuentra la oficina de turismo de Castilla y León, uno de sus mejores clientes.

Solo o acompañado, el desayuno ofrece una ocasión de hacer amigos. El ambiente es cordial más que distendido: la decoración, cursi, impide toda naturalidad. Pero se come mejor que en muchos hoteles Meliá, y con el tiempo puede llegar a ser un referente en la ciudad. Especialmente si se sigue prestando atención a la ecoterraza, un módulo independiente del hotel situado junto a la entrada, en el paseo forestal.

Arriba, las habitaciones atemperan el exceso ornamental de las zonas comunes. Nada que objetar a su carta de comodidades: pantalla plana de televisión, camas amplias, cartapacio y mesa de trabajo, óptima insonorización... No menos confortables son los cuartos de baño, equipados con todo lo necesario, incluido un buen chorro en la ducha.

Si la clientela corporativa pide acceso a Internet (de pago, mientras que la oferta multicanal de tele es gratuita), las parejas se desviven por una habitación de la última planta, en gran parte abuhardilladas, igual de clásicas que el resto pero más coquetas y con vistas a los parterres, las fuentes y el bosquete del Campo Grande.

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El bar del Hotel Sol Meliá Recoletos de Valladolid.
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Terraza del Hotel Sol Meliá Recoletos (Valladolid)
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