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Reportaje:24 HORAS EN... ALMERÍA

Un día perfecto bajo el sol

Cielo azul y mucha playa. Pero también un museo arqueológico de nuevo cuño y dulces de almendras y pasas. De la alcazaba a las tapas de El Quinto Toro, un concentrado almeriense

En Almería hay playas a patás -La Almadrabilla, San Miguel, El Zapillo, Costa Cabana, El Perdigal, El Toyo, Torregarcía, Las Amoladeras...- y monumentos como la alcazaba. Sin embargo, lo que hace tan grata la existencia en esta ciudad es la vida cotidiana, y también esos momentos que dejan un sabor muy dulce o muy salado, a té moro o a copa de madrugada.

08.00 Unos hoyos en El Toyo

En el páramo de pitas y ramblas resecas que se extiende al levante de la capital aparecen como un espejismo los verdores nada recatados de la urbanización El Toyo, que fue construida para albergar la villa olímpica durante los Juegos Mediterráneos de 2005. Con agua reciclada, porque de la otra no sobra, se riega el Alborán Golf

(1) (950 20 85 83; www.alborangolf.com; abierto desde las 8.00; green-fee de 9 hoyos, 30 euros; 18 hoyos, 55 euros), un campo con perspectivas al mar y a la sierra de Alhamilla en el que no se exige ser socio para jugar. Si después de mucho probar (alquilar un palo cuesta dos euros), uno constata que el golf le deja tibio, puede visitar las cercanas salinas del Cabo de Gata -

(2), donde observar flamencos con unos prismáticos sale gratis; o quedarse en el spa del vecino Almería Plaza Suites

(3) (950 00 12 00; www.suitesplaza.com/almeria).

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10.00 Rumbas y cordiales

Un desayuno especial entre lámparas de araña en La Dulce Alianza (4) (paseo de Almería, 8), pastelería y salón de té fundado en 1888, cuyos pequeños-grandes reclamos son los glaseados y las medias lunas, merengues montados sobre una base de bizcocho y barnizados con una ligera capa de yema de huevo. También tienen su miga, y bien energética, los cordiales (masas de almendras con pasas y cabello de ángel), las rumbas (como unas magdalenas con pasas y gelatina) y los tocinitos de cielo. Tras la refacción, garbeo obligado por el paseo de Almería

(5), aorta comercial, rebosante de escaparates y terrazas, como la del elegante pub irlandés Molly Malone, en el número 56. Aquí vivía la burguesía decimonónica, la que mandaba a sus criadas a comprar al flamante mercado central (6)

(estilo Eiffel), y a sus obreros a descargar mineral al Cable Inglés.

11.30 Dos visitas orginales

Cuando a uno lo invitan a conocer un museo arqueológico, se teme un lóbrego caserón isabelino lleno de platos rotos y hebillas roñosas. Nada que ver con el Museo de Almería

(7) (carretera de Ronda, 91; 950 17 55 10; www.museosdeandalucia.es/cultura/museoalmeria; abierto de 9.00 a 20.30; cierra lunes, martes por la mañana y domingos por la tarde; entrada gratuita), que desde 2006 ocupa un deslumbrante edificio blanco obra de los arquitectos Pedrosa y Paredes. Modernas instalaciones artísticas, pantallas gigantes de plasma y columnas estratigráficas de 13 metros de altura descubren las diversas edades de los almerienses, desde los millares (3.200 antes de Cristo) al ocaso de Al-Mariyya (año 1489). Otra original propuesta museística es la de los Refugios de Almería

(8) (plaza de Manuel Pérez García s/n; 950 26 86 96; www.refugiosdealmeria.com; visitas con reserva de martes a domingo; 2 euros), que permite asomarse a las kilométricas galerías subterráneas que cobijaron a casi 40.000 almerienses durante los bombardeos de la Guerra Civil.

14.00 40 tapas a elegir en Casa Puga

Desde 1870, en el casco histórico se respiran los efluvios nutricios de Casa Puga

(9) (Jovellanos, 7). Es el aroma de 40 tapas distintas y del vino de la Contraviesa. Para lamerse las falanges, los boquerones en adobo y las gambas con gabardina. A dos pasos queda La Encina (10) (Marín, 16), posiblemente el único lugar de la ciudad donde se sirven tigres, es decir, mejillones rellenos. Más elaborados son los platillos de la taberna Torreluz

(11) (plaza de las Flores, 3): la crema de foie-gras con manzana glaseada, el ajoblanco con atún, el salmorejo andaluz servido en vaso tipo zurito... También de una calidad superior es lo que sirven en Baviera (12) (Tenor Iribarne, 10), cuyas especialidades, nada bávaras, son las tapas de quisquillas y de hueva. Pero el mejor bar de tapas, por cantidad, calidad y precio, es El Quinto Toro

(13) (Juan Leal, 6): por dos euros te ponen una caña y unas papas a lo pobre con huevo frito que no se las salta un torero.

17.00 Un baño de herencia árabe

Fue en el siglo XI, reinando Jayrán o su hijo Zuhayr, cuando se construyeron los monumentales aljibes árabes (14) que aún pueden admirarse en la calle de Tenor Iribarne (de lunes a viernes, de 9.00 a 14.00; sábados, de 10.00 a 14.00; entrada gratuita). A pocos metros de allí abren sus puertas los Baños Árabes Alhammam Almeraya (15)

(Perea, 9; 950 23 10 10; www.alhammamalmeraya.com; horario de reservas, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 22.00; entre 16 y 24 euros, según el servicio elegido). Sus coquetas instalaciones, llenas de arcos de herradura, farolillos y azulejos artesanales, se reservan para sesiones privadas de una hora y media que incluyen baño árabe y turco, aromaterapia y, opcionalmente, masaje. También dispone de una tetería en la que, además de lo obvio, se sirven esencias, zumos y batidos, acompañados de repostería morisca. Para redondear la tarde hay que subir a la alcazaba (16) (de martes a domingo, de 9.00 a 20.30; entrada libre), desde cuyos adarves se contemplan unos atardeceres memorables, el sol ocultándose tras el castillo de San Telmo (17).

20.30 Cuatro Calles y la noche

La céntrica plaza del Marqués de Heredia

(18), más conocida como plaza de los Burros por haber sido en tiempos parada de carruajes tirados por cuadrúpedos orejudos, alberga hoy, ¡cabriolas de la moda!, el lugar más cool de la ciudad, Amargo Sound Café, un local que sorprende por su cuidado diseño y su vocación de no parar un minuto. En la planta superior hay una barra que ofrece desayunos a partir de las 12.00; poco después empiezan a servirse cañas y aperitivos, y al ponerse el sol, copas. Pero ahí no acaba la cosa: escaleras abajo se esconde una discoteca de música house, a la que van a dar todos los ríos de la noche almeriense cuando el resto de los bares de las llamadas Cuatro Calles (19) echan el cierre. Otro céntrico lugar para música house, electrónica y funky es el Teatro Dolce Vita (20)

(Marqués de Comillas, 16); pachangueo, en Geographic Café

- 21 (Marqués de Comillas, 12), y de todo un poco (dance, pop, latina, salsa, reaguetón), en Mae West

- 22 (parque de Nicolás Salmerón, 10).

Consulta dónde comer y dónde dormir en Almería.

De izquierda a derecha: la tetería de los Baños Árabes Alhammam Almeraya; la instalación <i>La nube de Siret</i>, de Luis Siret, en el Museo de Almería, y los jardines de la alcazaba.
De izquierda a derecha: la tetería de los Baños Árabes Alhammam Almeraya; la instalación La nube de Siret, de Luis Siret, en el Museo de Almería, y los jardines de la alcazaba.ANDRÉS CAMPOS / ALBERTO PAREDES

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