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Reportaje:FIN DE SEMANA

Una torre con argamasa de vino

Los caldos de Toro, afamados en la Edad Media y relanzados en los últimos años

Saqueó Aníbal Toro? Se sabe que penetró en Castilla, tierra de vacceos, y sitió la ciudad llamada Arbocola por unos, Sabaria por otros y, definitivamente, Taurum, siglos después, por los romanos. Si el general cartaginés saqueó el asentamiento, desde luego no se ensañó con las cepas, pues resistieron su paso y también el de los pretores de Roma. Los vinos ya eran afamados en la Edad Media, fueron los primeros en llegar a América y se dice que forman la argamasa de la Torre del Reloj porque resultaba muy caro subir el agua del Duero.

Torre del Reloj, Corredera, plaza Mayor, Ayuntamiento, Colegiata, paseo del Espolón, barranco sobre el río... Toro reúne un atrezo becqueriano y emboscado labrado a base de estilos y civilizaciones. Cuando se rehabilita un edificio, y se corta como una tarta, aparece en el subsuelo una pila de estratos, como testigos silenciosos del pasado. En el siglo X apareció un verraco de piedra que confirmó el nombre de la ciudad y la ligó para siempre a la cultura celtibérica de los toros de Guisando, símbolo de fuerza, fertilidad y buena simiente.

Algunas de estas características bien podrían ser atribuidas a la uva tinta de Toro, base de la actual denominación de origen. Alfonso IV, Pedro el Cruel y Juan II eran adictos a ella y promocionaban los vinos en las ferias internacionales de Medina y Sevilla. Éste era el caldo que bebían en pintas y frascas los peregrinos de Compostela, el brebaje energético recomendado por los galenos judíos, el mosto encerrado en las barricas de Colón y la musa líquida de los versos de Góngora y Quevedo.

En el siglo XIX, cepas de Toro repoblaron los viñedos franceses mordidos por la filoxera, y a finales del XX, viticultores del lugar -junto a inversionistas extranjeros, desde el actor Gérard Depardieu hasta algunos ex jugadores del Real Madrid- se decidieron por un cuidado artesanal del vino junto a las últimas tecnologías de elaboración.

6.000 hectáreas cultivadas

El consejo regulador avala la calidad de unas 40 bodegas que juegan con cuatro variedades de uva: dos blancas (malvasía y verdejo) y dos tintas (la de Toro y garnacha) en combinaciones que incluyen blancos, rosados, tintos, jóvenes, crianzas, reservas y grandes reservas. Las 6.000 hectáreas cultivadas se extienden hacia el sur de la urbe, en una campiña de lomas, iglesias mudéjares y buenos mesones. El recorrido hacia San Román de Hornija, ya en la provincia de Valladolid, corre paralelo al canal del Duero, y al final espera una potente cocina familiar y tres bodegas: Moya, Pintia y Dos Victorias, dirigida y trabajada casi exclusivamente por mujeres. Morales de Toro, el Camino del Palo y la carretera de Salamanca, en cuyo flanco izquierdo se abre la finca Estancia Piedra, son otros buenos lugares de cata, cerca de la villa.

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Desde el paseo del Espolón de Toro, el atardecer pinta dorados en los arcos del puente romano, en uno de los meandros del río, y las cigüeñas van y vienen entre los chopos del lecho y las atalayas de los tejados. Imaginada desde el aire, esta ciudad forma un doble abanico reticular, con la colegiata de Santa María como vértice. En el primer anillo hay que perderse entre el palacio de las Bolas y la iglesia de San Salvador, en plena judería. En el segundo, conventos, hospitales, nunciaturas y palacios encogen el ánimo en las horas de la anochecida. Detrás de una esquina aparece un cine Imperio que habría que recuperar para la memoria sentimental de los vecinos. Cerca corre el rumor de los soportales, con los toneles de vino a modo de mesas-camilla, donde unos y otras degustan, charlan y se dejan penetrar por la savia fermentada.

La colegiata de Santa María la Mayor de Toro se construyó desde el último tercio del siglo XII hasta entrado el XIII. Destaca el cimborrio, de gusto bizantino.
La colegiata de Santa María la Mayor de Toro se construyó desde el último tercio del siglo XII hasta entrado el XIII. Destaca el cimborrio, de gusto bizantino.RAFAEL DELGADO HIDALGO

GUÍA PRÁCTICA

Información

- Oficina de turismo de Toro (980 69 47 47). Plaza Mayor, 6.- www.toroayto.es.- Turismo de Castilla y León (www.turismocastillayleon.com; 902 20 30 30).

Algunas bodegas

- Consejo regulador de la Denominación de Toro (www.dotoro.es).- Bodegas Fariña (980 57 76 73; www.bodegasfarina.com). Camino del Palo, s/n.- Bodega Estancia Piedra (980 69 39 00; www.estanciapiedra.com). Carretera de Toro-Salamanca, kilómetro 5.- Bodega Viña Bajoz (980 69 80 23; www.vinabajoz.com). Avenida de los Comuneros, 90. Morales de Toro.- Bodega Dos Victorias (983 78 40 29; www.dosvictorias.com). Camino de Villaester, s/n. San Román de Hornija.- Bodega Pintia (983 68 01 47). Carretera de Morales, s/n. San Román de Hornija.- Bodega Serafín Moya (983 78 40 92). Carretera de la Estación, 6. San Román de Hornija.

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