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Crítica:DORMIR
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Huéspedes mimados y viejas tapicerías

PARADOR DE CALAHORRA, el arte de un equipo detallista en La Rioja

Por pudor, que no rigor histórico, el parador de Calahorra fue consagrado desde su inicio a la memoria de Marco Fabio Quintiliano, hijo de la ciudad y uno de los egregios retóricos que ha tenido el Imperio Romano. Nada de lo que publicó a lo largo de su vida, ni siquiera la enciclopédica Institutio oratoria, ha servido de inspiración a sus muros de ladrillo rojo o sus salones de gusto vagamente renacentista, herencia monumental de la antigua Calagurris, pero queda bien recordarlo cuando se hace publicidad del lugar.

El acondicionamiento reciente de sus exteriores, al final del paseo Mercadal, lo coloca de nuevo entre los paradores apetecibles por la consolidación económica de La Rioja, el auge del enoturismo en la región a través de una creciente red de bodegas, hoteles y restaurantes, y su emplazamiento estratégico entre las comunidades de la cornisa cantábrica y el arco mediterráneo.

PARADOR DE CALAHORRA

5,5. Categoría oficial: cuatro estrellas. Dirección: paseo Mercadal, s/n. Calahorra (La Rioja). Teléfono: 941 13 03 58. Fax: 941 13 51 39. Central de reservas: 915 16 66 66 (Paradores de Turismo). Internet: www.parador.es. Instalaciones: jardín, salón de estar, salas de convenciones para 100 personas, comedor. Habitaciones: 5 individuales, 53 dobles, 4 'suites'; todas con baño, calefacción, aire acondicionado, teléfono, TV interactiva, acceso ADSL a Internet, minibar, secador de pelo, carta de almohadas, habitaciones para no fumadores. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, no admite animales domésticos. Precios: temporada alta, 125 euros + 7% IVA; temporada baja, 115 euros + 7% IVA; desayuno, 13 euros + 7% IVA. Tarjetas de crédito: American Express, Diners Club, Eurocard, MasterCard, Visa, 6000.

Arquitectura ... 6

Decoración ... 3

Estado de conservación ... 5

Confortabilidad habitaciones ... 4

Aseos ... 6

Ambiente ... 4

Desayuno ... 8

Atención ... 10

Tranquilidad ... 6

Instalaciones ... 4

Tonos de otra época

Un jardín con arriates, palmeras y sauces llorones; una pasarela discreta de acero inoxidable y un estanque entre rocas enmarcan la entrada con apenas disimulada humildad gracias al porche de vidrio y metal. Grandes portalones, ventanales y persianas abatibles adornan la fachada, anticipo de una retahíla de alfombras viejas, tapicerías gastadas, cortinajes rancios en tonos verdes, calderos y ocres, o unos muebles falsamente barrocos, que conforman ese fervor quizá ya atrabiliario de la red de Paradores por la estética Artespaña.

Timorata y cicatera en presupuesto, la reforma obrada en 2002 apenas significó un lavado de cara y, eso sí, la eliminación de barreras arquitectónicas para la clientela discapacitada. Como antigüedad de cierto valor se exhibe un tríptico barroco en el salón de estar, junto a la salida de emergencia. Y como pieza decorativa contemporánea, la vasija de carrizo que preside los urinarios.

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El panorama estético no mejora en las 62 habitaciones, de traza cartesiana, con cabeceros castellanos de madera y cuadritos botánicos, cortinones de peso y una lámpara de pie a beneficio de inventario. Su funcionamiento, empero, es óptimo gracias al servicio de mantenimiento y al quehacer profesional de las camareras de piso.

En pocos hoteles de cinco estrellas se entrega la ropa limpia de la noche a la mañana. La asistencia al huésped es inmediata y responsable, como la solícita amabilidad de quienes tienen a su cargo el agradable comedor, tanto en las cenas como en los desayunos.

Una atención así merecería pronto un cambio de escenario.

Comedor de desayunos del parador de Calahorra (La Rioja).
Comedor de desayunos del parador de Calahorra (La Rioja).FERNANDO GALLARDO

ALREDEDORES

LA CATEDRAL de Calahorra, con sus grandes vidrieras, alberga valiosas obras de arte, al igual que la colección del Museo Municipal. Digna es también la visita de las iglesias de Santiago y San Andrés, el convento de las carmelitas y el palacio del Obispo.A lo largo del valle del Cidacos, hasta su desembocadura en el Ebro, los dinosaurios dejaron huellas en Valdecevillo, Los Cayos y Enciso, donde existe un centro paleontológico. En Igea se conserva un fósil de conífera de hace 120 millones de años. Existe una vía verde en el antiguo trayecto de ferrocarril por el parque del Cidacos. Estella y Nájera se encuentran a una hora en coche.

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