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Reportaje:ESCAPADAS

Lech, una pasión alpina

El Vorarlberg austriaco atrae a senderistas y amantes del esquí

Paco Nadal

Es pequeña, coqueta y ecológica. Y además no quiere crecer. Lech, la localidad más famosa y chic de la región austriaca de Vorarlberg, tiene im

portantes planes de expansión urbanística para el futuro, que básicamente consisten en que no haya ninguna expansión, que se construya lo mínimo y que lo que se haga respete escrupulosamente el estilo constructivo de esta remota región alpina para mantener el mismo encanto con el que ha conseguido cautivar a los amantes de la montaña invernal o veraniega en los últimos 75 años.

Las curiosidades endogámicas de Lech y de la vecina Zurs, con la que forma un condominio para el desarrollo turístico, no son propias, sino una condición peculiar de toda la región de Vorarlbeg, la zona montañosa que ocupa la porción más occidental de Austria. Vorarlberg drena hacia el lago Constanza, hacia el Rin en vez de hacia el Danubio, y está más cerca física y comercialmente de Alemania y Suiza que de la lejana Viena.

Eclipsada por la fama del Tirol e Innsbruck, la región de Vorarlberg se recrea en su singularidad y su aislamiento; no en vano desde Lech hay la misma distancia a París que a Viena, y para entrar y salir se utiliza el aeropuerto de Zúrich, en Suiza, a poco más de dos horas en coche, y no el de la capital austriaca, que dista unas siete horas de compleja conducción.

En invierno, Lech se transforma en una estación de esquí exclusiva. Es fácil tropezarse con algún miembro de la familia real española cuando te deslizas por las cuidadas pistas de Schlegelkopf, la zona intermedia de la estación, o ver caras conocidas del famoseo europeo mientras tomas un glühwein (vino caliente) en el bar acristalado y con estufas del restaurante Burg, o del hotel Petersboden, en la zona de Oberlech, a la hora del après-ski, que en las estaciones austriacas se practica al terminar la jornada, a pie de pistas, con las botas de esquí aún puestas y abundantes dosis de alcohol de todo tipo y graduación.

Paisajes virginales

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En verano, los principales remontes de Lech siguen abiertos, entre ellos la telecabina del Rufikopf, que sube hasta 2.300 metros y ofrece una de las panorámicas más espectaculares de la región. Es el momento del senderismo y de las rutas en bicicleta por paisajes de montañas virginales en los que los neveros de las cumbres y las manchas grises de los afloramientos rocosos son las únicas notas cromáticas discordantes en el verde casi infinito que cubre el resto de los valles.

Lech está situada a orillas del río del mismo nombre. La construcción más antigua es la iglesia, pero todas las edificaciones responden a un patrón estilístico alpino integrado en el escenario natural. Hay que dar un paseo por la orilla del río, atravesarlo por el puente de madera de un par de siglos de antigüedad, tomar un coche de caballos para recorrer en silencio los bosques cercanos, entrar en los almacenes Strolz -un clásico en equipamiento de montaña donde dicen que hacen a medida las botas de esquí más cómodas del mundo-, y terminar la ruta urbana por esta aldea de no más de 1.300 habitantes tomando una cerveza a presión en el bar del hotel Tannbergerhof, un histórico de la localidad inaugurado en 1924.

Entre las maderas que forran el Tannbergerhof se respira solemnidad y tradición, aunque sus dueños no olvidaron instalar en la planta baja una sauna y un caldarium para hacerle un guiño al estrés y las preocupaciones tras una jornada de esquí o de senderismo.

En el centro de la aldea se acaba de inaugurar una casa-museo en una antigua mansión tradicional de madera. Fue construida hace más de un siglo, completamente en madera, por descendientes de los primeros pobladores del valle, gentes llegadas de los cantones suizos que rodean Lech, y representa un estilo constructivo y de vida perfectamente adaptado a las condiciones extremas que impone el invierno en estos valles en el corazón de los Alpes.

Desde estas viviendas tradicionales hechas con madera, varios arquitectos austriacos fueron evolucionando hasta crear un estilo singular muy asociado a esta región bautizado como Vorarlberger Baukünstler (literalmente, artistas de la construcción de Vorarlberg). Esta nueva arquitectura, que empezó a fraguarse a partir de la década de los sesenta y ha convertido Vorarlberg en una excepción cultural dentro del clasicismo costumbrista de los valles alpinos, se ha revelado como una de las vanguardias estilísticas austriacas. Recoge el pragmatismo centroeuropeo y lo mezcla con la tradición local para lograr edificios de estructuras ligeras, formas puras y limpias, y una sofisticada simplicidad de interiores en los que abundan la madera, el cristal y, en menor medida, el hormigón.

Una tendencia que liga muy bien con la arquitectura tradicional de este paraíso alpino, en el que los amantes del esquí encontrarán 110 kilómetros de descensos (de ellos, 88 en pistas fáciles o muy fáciles), además de un pase de remontes especial para usar también los cercanos dominios de Sant Anton y Sant Christoph, y los excursionistas de verano, un buen número de sendas balizadas, cañones, gargantas y cimas accesibles donde dar rienda suelta a la pasión por la naturaleza.

Excursionistas paseando junto a un lago en el pico Karhorn, en Lech (Austria).
Excursionistas paseando junto a un lago en el pico Karhorn, en Lech (Austria).

GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar- El aeropuerto más cercano es el de Zúrich. Desde allí hay unas dos horas de coche, la mayoría por autopista, hasta el valle. Casi todos los hoteles y agencias de viajes ofrecen un sistema de transporte colectivo o individual a sus clientes al hacer la reserva.

Viajes organizados- Lo mejor, sobre todo en temporada invernal, es adquirir un paquete organizado. Suelen ser de semana completa y los venden, entre otros, Viajes Campulié(www.campulie.com), Master (www.master.as) y Touralp (www.touralp.com). Una semana con alojamiento y traslados cuesta desde 955 euros por persona en apartamento hasta 1.300 en hotel.Dormir- Hotel Burg (00 43 5583 22 91), en Oberlech, un núcleo por encima del casco urbano de Lech al que en verano se accede en coche, pero que en invierno sólo es accesible mediante un pequeño telecabina gratuito. Desde 334 euros por doble en invierno; en verano, desde 182.- Hotel Lech (00 43 5583 22 89). Un clásico en el centro del pueblo; en invierno, entre 79 y 149 euros por persona; en verano, 57 por persona.Información- Oficina de turismo austriaco en Madrid (902 999 432; www.austria.info/es).- Oficina de turismo de Lech (00 43 5583 21 61; www.lech.at).

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