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MI AVENTURA | EL VIAJERO HABIRUAL
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Camiseta a rayas y bicicletas en La Rochelle

UN VERANO en Francia para mí era Jean Seberg con su camiseta a rayas en el filme Bonjour tristesse. La Rochelle sonaba a crêpes y bicicletas, una ciudad a orillas del Atlántico con un puerto comercial y una zona chic, el Puerto Viejo, lleno de brasseries y de muchas, muchas bicicletas. El servicio de alquiler de bicis es de lo más tentador: las dos primeras horas, gratis, y después, un euro por hora. Eso permite llegar a la playa Des Minimes bordeando el mar. El regreso al Puerto Viejo es inolvidable, con sus torreones al fondo.

El día de viento y nubes es perfecto para ir a la Île de Rè, una isla de 85 kilómetros cuadrados a la que se llega por un puente moteado de peatones y bicis. Estuvimos en el faro de las Ballenas esperando en su ensenada la llegada de algún corsario. En barco se puede ir a la fortaleza de Fort Boyard, una mole ovalada en el mar, sin tierra que la circunde. Un antiguo penal digno del Conde de Montecristo. En la isla proliferan las pescaderías que alargan sus tentáculos hasta tierra firme con pasarelas de madera. En los días de impermeables amarillos quedan los moules avec frites (mejillones con patatas fitas) al resguardo del Puerto Viejo. Una copa de burdeos y la certidumbre de que el sol brilla en algún sitio, camiseta de rayas incluida.

La autora de la carta, con una bicicleta alquilada en La Rochelle (Francia).
La autora de la carta, con una bicicleta alquilada en La Rochelle (Francia).

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