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Reportaje:

Diez playas para empezar el verano

De Sopelana a Famara, espacios irresistibles para disfrutar del sol y el mar

El verano ya está aquí. Oficialmente comenzó a las 8.46 del pasado martes, día 21 de junio. Y para celebrarlo, nada mejor que zambullirse en el mar, sentir la arena entre los dedos de los pies o refrescarse durante una noche de fiesta. Opciones hay muchas: arenales anchos, calas recónditas, playas familiares, tranquilas... España cuenta, a lo largo de sus 8.000 kilómetros de litoral, con más de 3.000 playas, y en 478 de ellas ondea este verano una bandera azul. El 90% de los veraneantes españoles elegirá el sol de alguno de estos enclaves costeros para sus vacaciones de julio y agosto, según la Federación Española de Asociaciones de Agencias de Viajes. Proponemos 10 playas muy especiales donde inaugurar la nueva estación.

Ambolo, en Alicante, es oficialmente naturista, repleta de rincones íntimos entre las rocas. Las aguas son limpias, aptas para el submarinismo. Profundas. Y la salida de la luna se hace cómplice para regalarnos momentos de magia al anochecer
La playa de Pals, de arena fina y dorada, tiene una longitud de 4,2 kilómetros y una anchura media de 60 metros. Es una de las playas más abiertas y extensas de la Costa Brava, en la comarca del Baix Empordà
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Sopelana (Arrietara y Atxabiribil)

(SOPELANA, VIZCAYA)

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Están esos días de playa en los que apetece el recogimiento zen de una calita perdida del mundo. Y luego están esos otros en los que se ansía el frenesí de un arenal non-stop. El de Sopelana, formado por Arrietara y Atxabiribil, y situado a unos 25 kilómetros de Bilbao y a una media hora desde el centro en el metro de Norman Foster, es para la segunda clase de días. Una playa con actividad inagotable las 24 horas. Surf o corcho al amanecer si el Cantábrico se digna despertarse bravo y las olas -izquierdas y derechas- hacen justicia a su fama; nudismo en la vecina playa de la Salvaje, hacia el oeste; cañas y zuritos (cortos) en las terrazas que se asoman al acantilado para mirar por encima del hombro a los bañistas, y copas hasta las tantas en bares como El Sitio o El Peñón. Por cierto, para una experiencia completa se recomienda el empleo del léxico local. De izquierda a derecha, las zonas del agua se dividen para surfistas experimentados o en ciernes (varias escuelas imparten surf en la playa) en: El Pasillo (las toallas más jóvenes), Sopeatrás, Enfrente y el Peñón. Además, la abreviatura, Sope, siempre suena mejor que el original, Sopelana.

IKER SEISDEDOS

- Oficina de turismo de Sopelana (944 06 55 19; www.sopelana.net).

Playa América

(NIGRÁN, PONTEVEDRA)

Uno de los arenales más espectaculares de las Rías Bajas. El acceso es desde hace pocos años más que sencillo por la autopista A-9. De ahí que los fines de semana de verano rebose de gente que va a pasar el día. Enfocada hacia el oeste, sus más de dos kilómetros de largo se pueblan de paseantes cuando con la marea baja multiplica su extensión hacia el mar. Lo más típico es caminar para "tocar muro": al sur, el del viejo muelle de monte Lourido, y al norte, el del puerto de pescadores de Panxón. Y, desde luego, observar cómo se pone el sol entre las dos islas Estelas, como lomos de dinosaurios sumergidos.

Playa América tiene bandera azul desde 1990, y cuenta con varios chiringuitos donde comer desde delicias propias de la zona, como pescado frito o sardinas asadas, hasta la más que típica tortilla de patata. Varias cafeterías, jamonerías y restaurantes aplacan el hambre que se adueña de los bañistas después de un día de playa. Porque aquí uno se puede bañar. Protegida por Monteferro de la corriente polar que emerge frente a la vecina Patos, sus aguas tienen una temperatura fresquita pero soportable.

LA PÉREZ GIL

- Oficina de turismo de Nigrán (986 36 87 34; www.nigran.org).

Cuevas del Mar

(LLANES, ASTURIAS)

Cerca de Llanes, justo por donde Asturias empieza a estrecharse hasta convertirse en una tirilla que linda con Cantabria, hay calas rocosas de mar tranquilo que si alrededor tuviesen pinos -en lugar de prados alpinos y vacas- recordarían a Mallorca o la Costa Brava. Una es Cuevas del Mar, a dos o tres kilómetros del pueblecito de Nueva. En su día fue nombrado pueblo más bonito de Asturias, y la verdad es que, a pesar de los adosados surgidos como setas al calor de la nueva autovía, conserva bonitas casas de indianos con su correspondiente palmera en el jardín, y la pequeña estación antigua de Feve parece recién salida de una película francesa de posguerra. Las cuevas del nombre se abren en los acantilados de caliza que rodean la playa, y merece la pena acertar con la marea baja. Es entonces cuando se ven mejor los puentes, túneles y bóvedas diseñados por las olas a fuerza de batir contra la piedra blanda. Dentro de las grutas, la oscuridad, la arena húmeda, el aire frío y el repiqueteo de las gotas de agua proporcionan un agradable escalofrío. Y si al salir hace sol se agradece el doble de lo normal en Asturias. La playa Cuevas del Mar se encuentra en el concejo de Llanes, a unos 20 kilómetros de Llanes y Ribadesella.

JAVIER MONTES

- Turismo de Llanes (www.ayuntamientodellanes.com, www.venallanes.com; 985 40 01 64).

Playa de los Locos

(SUANCES, CANTABRIA)

A unos 30 kilómetros de Santander, en la costa occidental de Cantabria, Suances es un pueblo eminentemente turístico, pero que aún no se ha visto desbordado por los visitantes. Entre los encantos de esta villa de origen romano están las playas que la circundan. Sobre todo la conocida como playa de los Locos, una de las mecas del surf en el norte de España. Para llegar hay que coger la carretera del faro. Una vez arriba se domina en toda su extensión esta cala de 780 metros rodeada por colinas verdes y acantilados, pero abierta al mar. Menos accesible que la Concha, la más grande de las playas del municipio y la más visitada por el turismo familiar, los Locos es todavía un reducto en el que tomar el sol sin ser rodeado por multitudes. Quizá porque para acceder hay que bajar un empinado tramo de escaleras y eso disuade a muchos. Pero merece la pena. Con marea baja es un lugar único, aunque conviene tener cuidado a la hora del baño. Las corrientes son fuertes en la zona.

IÑIGO LÓPEZ PALACIOS

- Turismo de Suances (funciona a partir del 1 de julio; 942

81 09 24; www.suancesweb.com).

Playa de Pals

(PALS, GIRONA)

Al norte, en las faldas del Montgrí, está el pueblo de L'Estartit con las islas Medas enfrente, reserva natural y paraíso del buceo. Y al sur, el cabo Bagur con sus cinco calas. En medio, la playa de Pals. De arena fina y dorada, tiene una longitud de 4,2 kilómetros y una anchura media de 60 metros. Es una de las playas más abiertas y extensas de esta zona de la Costa Brava, en la comarca del Baix Empordà. Una costa donde abundan las calas en las que la congestión estival puede ser insoportable. Por eso esta playa de Pals tiene algo de oasis. A ello contribuye el que la CIA la escogiera para instalar las monumentales antenas de Radio Liberty, desde las que, en la guerra fría, Estados Unidos emitía propaganda capitalista a los países del Este. Esto ha terminado por convertirse en una singular bendición: más de 34 hectáreas sin urbanizar en primera línea de playa en plena Costa Brava. Las antenas van a ser desmanteladas pronto, aunque dos de ellas permanecerán como muestra de la tecnología de la época. A lo largo de la playa hay zonas nudistas casi desiertas (frente a las antenas), zonas algo más concurridas y una cabaña de alquiler de material náutico. Cuando sopla la tramontana, la bahía de Pals es una referencia para buscadores de viento y olas. El espectáculo de windsurf y kite surf puede ser impresionante.

PABLO GUIMÓN

- Turismo de Pals (972 66 78 57 y 972 63 73 80; www.pals.es).

Cavalleria y Ferragut

(FORNELLS, MENORCA)

Aunque la mayoría opta por las playas del sur menorquín y sus estampas de postal, nadie debería obviar el litoral norte. Azotado gran parte del año por fuertes vientos de tramontana, su geografía accidentada esconde rincones de extraña belleza. Uno de éstos, el que convoca Cavalleria y Ferragut. Dos playas vírgenes unidas en una que suman unos 600 metros de longitud a la que se accede desde Mercadal. Desde ahí, una estrecha carretera cruza un solitario paisaje hasta llegar a un aparcamiento gratuito. Cinco minutos de paseo más tarde se accede a nuestro destino. Antes de pisar la arena, se desciende por un montículo de color rojizo cuya tierra mezclada con agua resulta en un fango con excelsas propiedades para la piel. Culmina la jornada con la puesta de sol que se ve desde el faro de Cavalleria, situado en un impresionante acantilado. Si al final de este espectáculo viene el hambre, conviene acercarse a Fornells. Un pequeño pueblo pesquero que sale en toda guía por la popular (pero nada económica) caldereta de langosta que ofrecen varios de sus restaurantes. Cuando el tiempo acompaña, un planazo.

JAUME RODRÍGUEZ

- Oficina de turismo de Fornells

(971 37 68 22; www.e-menorca.org).

Ambolo

(XÀBIA / JÁVEA, ALICANTE)

Las calas naturistas han gozado siempre de profuso crédito entre costas acantiladas. Las correspondientes a Jávea confirman el arquetipo. La perspectiva que se abre desde la cala de Ambolo, de cantos rodados, permite olvidarse del urbanismo, preponderante en el cabo de la Nao. A los pies de la torre de Ambolo -visible desde el mar- maravilla este espacio natural marcado por las moles del cabo y de la isla del Descubridor, rebosante de gaviotas. Sólo la alcanzan nadadores aguerridos, en tanto que la mayoría se conforma con aferrarse a las boyas de balizamiento o tenderse en los roquedos a pleno cuerpo. Ambolo es oficialmente naturista, repleta de rincones íntimos entre las rocas, lo que no excluye la presencia de textiles. Las aguas son limpias, aptas para el submarinismo. Profundas. Y la salida de la luna se hace cómplice para regalarnos momentos de magia al anochecer. El acceso a la playa se realiza desde la vertiente sur del cabo de la Nao, poco después del mirador de Ambolo aparece la cuesta pronunciada (hay una reducida zona de aparcamiento).

GUILLERMO ESAÍN

- Oficina de turismo de Jávea (965 79 07 36; www.xabia.org).

Percheles

(MAZARRÓN, MURCIA)

Un torrente de amargura se infiltra en el bañista cuando escucha que, a medio plazo, megaplanes urbanísticos podrían alterar la costa murciana. Pero también lo espolea a conocer glorias arenosas como la de Percheles. Este arenal mazarronero de 300 metros describe en uno de sus extremos una concha de arena fina. Pero lo más significativo es la alineación de palmeras en la orilla, que sirven de cobijo a barcas de pesca artesanal. De Percheles Grande se puede pasar caminando a la más íntima Percheles Chica, negruzca, pizarrosa, plenamente natural, como salida del catálogo de calas de Calnegre.

El relativo aislamiento de la zona permite una bulliciosa vida animal, entre gaviotas patiamarillas y cormoranes, garcillas bueyeras y palomas bravías. Hogueras, carpas y música se darán cita en la fiesta playera del 14 de agosto. A 3,2 kilómetros de Cañada de Gallego aparece la bajada de tierra que lleva a la playa, que cuenta con chiringuito, socorrista, lavapiés, aseos químicos (también para discapacitados), pasarelas y contenedor.

G. E.

- Turismo de Mazarrón (968 59 44 26; www.mazarron.es).

Las playas vizcaínas de Arrietara y Atxabiribil, que juntas son conocidas como Sopelana, invitan a una jornada junto al mar Cantábrico. A la izquierda se asoma el bar El Peñón, que abre de día y de noche.
Las playas vizcaínas de Arrietara y Atxabiribil, que juntas son conocidas como Sopelana, invitan a una jornada junto al mar Cantábrico. A la izquierda se asoma el bar El Peñón, que abre de día y de noche.TXETXU BERRUERZO

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