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Reportaje:

El Albaicín, corazón renovado de Granada

Un estimulante paseo por un barrio repleto de vida, arte, tiendas y restaurantes

Ha recuperado su lozanía. Fue el origen, el corazón de Granada; allí estuvieron los alcázares reales, antes de que se construyese la Alhambra en la colina de enfrente. El traslado de la corte y, sobre todo, la expulsión de los moriscos sumieron el cerro en una cierta postración. Bien es cierto que, gracias a eso, ha conservado mejor que otros barrios granadinos un ambiente único, un sabor morisco y seductor en sus placetas aderezadas con aljibes y antiguos alminares, en sus cármenes y jardines colgantes, miradores, cuestas, murallas y puertas moras. Su tipismo sirvió de inspiración a músicos y pintores, que empezaron a descubrirlo al calor de un romanticismo tardío y costumbrista. Pero ha sido hace relativamente poco cuando algunos extranjeros y famosos comenzaron a transmutarlo; si hace décadas Max Moreau establecía su estudio en un carmen del Camino Nuevo de San Nicolás (actualmente museo), artistas como Enrique Morente y su hija Estrella, Víctor Ullate y otros muchos celosos de su anonimato han transformado lo que eran discretas viviendas en lujosos escondrijos. También los turistas han descubierto el Albaicín, que se ha convertido de repente en un torbellino de zocos y tiendas, talleres y salas de exposiciones, restaurantes, teterías; hasta la movida más jaranera se ha trasladado a sus orillas. He aquí algunas claves para entender y disfrutar el viejo/nuevo Albaicín.

1 Vivir en cármenes y palacios

En menos de 200 metros se apiñan, en la falda del Albaicín, media docena larga de pequeños hoteles. El primero en abrir, hace casi una década, fue el Palacio de Santa Inés, edificio mudéjar que con sus frescos renacentistas, telas y estucados de tonos cálidos marcaba una pauta. Tres años después, la misma empresa abría, prácticamente a sus espaldas, el Carmen de Santa Inés -el carmen granadino se distingue por contar con un pequeño jardín o huerto urbano. Luego abrió la Casa Morisca, en la cuesta del Chapiz, justa y repetidamente premiada por su ambiente señorial, que tiene algo de riad marroquí y mucho de mansión noble granadina. Después fue la Casa del Capitel Nazarí, recuperada con mimo, durante dos años, del deterioro en que se hallaba al convertirse esta mansión del siglo XVI en vivienda vecinal. Esquina con esquina, abrió más tarde La Casa de los Migueletes, antiguo cuartel, cuya suite Alhambra tal vez sea la mejor habitación del Albaicín. El último en abrir, hace apenas tres meses, ha sido El Ladrón de Agua. El nombre lo debe a un verso del libro Olvidos de Granada, de Juan Ramón Jiménez, y todas las habitaciones ostentan títulos de Lorca, Juan Ramón o Falla. El edificio, un palacio del siglo XVI con frescos barrocos en la fachada, es en su interior pura luminosidad, puro diseño.

- Los datos de los citados establecimientos se encuentran en la guía práctica. Éstos y otros hoteles se pueden reservar además a través de la central de reservas Vive Granada (958 20 55 80 y 626 43 47 90; www.vivegranada.com).

2 El Ojo de Granada

El voyeurismo es arte en el Albaicín. Hay profundas disputas sobre qué mirador, de los muchos que hay, es el mejor. Bill Clinton dijo que el de San Nicolás, y desde entonces, aquella terraza se ha convertido en un lugar de encuentro con músicos, vendedores, rastas y un público juvenil. Pero otros mantienen que las mejores puestas de sol hay que cazarlas desde el mirador de San Cristóbal. En el mirador de la Cruz de Quirós vigila, desde hace apenas un año, El Ojo de Granada: cuatro artistas, granadinos y amigos, que vivían en Londres, vieron la cámara oscura de Edimburgo (la más antigua del mundo, de 1850) y decidieron hacer algo similar en su tierra. Compraron el cristal en Estados Unidos, lo hicieron tallar en el Reino Unido y les da pudor reconocer que ésta quizá sea la mejor lente de cámara oscura en todo el mundo. Cada media hora entran pequeños grupos que, durante una hora, pueden visitar toda Granada y contemplar, en tiempo real, lo que está ocurriendo en sus calles. La precisión es tal que se pueden leer las matrículas de los coches: todavía recuerdan la cara de estupor de un visitante al comprobar que la grúa estaba retirando su coche mal aparcado, delante de sus narices, ¡pero a medio kilómetro de distancia!

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- El Ojo de Granada (958 20 24 73; www.elojodegranada.com)

. Cruz de Quirós, 12. Abre de martes a domingo, de 10.30 a 18.30 (hasta las 20.30 en verano), y cuesta 5 euros (4 euros para grupos, estudiantes y usuarios del bono turístico).

3 Aljibes y baños árabes

Si se trata sólo de mirar, habrá que dirigirse al Bañuelo, en la carrera del Darro: unos baños anteriores en varios siglos a los de la Alhambra. Si lo que se quiere es repetir la experiencia única del hammam, habrá que cruzar al otro lado del Darro: allí funciona un baño árabe que copia al de la Alhambra y que ha tenido tal éxito que la empresa ya ha abierto establecimientos similares en Córdoba y Madrid. Las sesiones duran una hora y media, e incluyen 15 minutos de masaje. En un ambiente relajado, casi a la luz de velas, con música especialmente sensual y aromas de canela y perfumes orientales, los clientes comprueban cómo un hábito de higiene corporal puede convertirse en un acto altamente espiritual. El agua es el alma de Granada, también del Albaicín. Hubo sólo en este barrio más de 50 aljibes, y se conservan casi la mitad, alguno tan evocador como el de San Miguel (junto a San Miguel Bajo). En el Aljibe del Rey (placeta del Cristo de las Azucenas, por detrás de Santa Isabel) se está ultimando un Centro de Interpretación del Agua para mostrar la sabiduría de los árabes en estas materias.

- El Hammam se encuentra junto al Darro y la iglesia de Santa Ana (902 40 99 02; www.hammamspain.com/granada). Santa Ana, 16. Tiene ocho turnos diarios todos los días de la semana y es preciso reservar turno (958 22 99 78); el baño más quiromasaje y aromaterapia cuesta 20 euros; sólo baño: 13 euros. Tarifa horario especial (10.00, 12.00 y 15.00), lunes a viernes: 17 euros.

4 Un palacio y una leyenda

Las monjas de Santa Isabel la Real ocupaban, además del convento fundado por la reina católica, un palacete árabe, ahora desgajado y restaurado. Es Dar al Horra, o Casa de la Honesta, ya que sirvió de retiro a la madre de Boabdil (repudiada por el padre, Muley, quien se había enamorado de la cristiana cautiva Isabel de Solís). El palacete (que se visita con entrada gratuita) ocupa el solar del fabuloso palacio de los ziríes, o alcazaba Cadima, donde estaba el mítico Gallo del Viento. El escritor estadounidense Washington Irving recogió la leyenda popular y titula así uno de sus Cuentos de la Alhambra: el gallo del viento era una veleta que portaba una maldición; el día que fuera destruida, todo el reino nazarí se vendría a la ruina, cosa que efectivamente se cumplió.

- El Palacio de Dar al Horra (958 02 78

00) está en el callejón de las Monjas, s/n. Se puede visitar de lunes a viernes, de 10.00 a 14.00; la entrada es gratuita.

- El convento de Santa Isabel (a espaldas de Dar al Horra, 958 27 78 36) se visita lunes, miércoles y viernes, de 10.00 a 13.30 y de 16.00 a 18.00, y sábados, de 10.00 a 13.00.

5 Zocos y mercadillos

Desde hace relativamente poco, las calles de Calderería Vieja y Calderería Nueva (o cuesta de San Gregorio) se han convertido en un auténtico y genuino zoco. Los dueños de los negocios compadrean en árabe y los vecinos se refieren familiarmente a estas cuestas como "Marruecos", o también "las teterías" (por la abundancia de ellas, algunas con posibilidad de fumar en narguile o pipa de agua). Los bastoncillos de sándalo e incienso impregnan el aire, y junto al aroma de kebabs y pasteles, y el abigarramiento de lámparas, alfombras y cachivaches morunos contribuyen a crear la ilusión de estar en un zoco magrebí. Más arriba, en la plaza Larga, corazón del Albaicín, se monta cada sábado por la mañana un mercado de vituallas que tiene mucho de mescolanza oriental. En el Mirador de San Nicolás (y en menor medida en otros) instalan sus puestos de artesanía hippies y rastas que han tomado ese repecho como territorio tribal.

6 Restaurantes con vistas

Morayma fue una mujer hermosa y desgraciada, el único amor del rey chico Boabdil, la cual sufrió las trifulcas familiares de la última dinastía nazarí, y murió en el destierro de las Alpujarras, poco antes de que la familia real fuera expulsada al norte de África. Su historia triste puede leerse en la carta del restaurante Mirador de Morayma, uno de los mejores balcones sobre la Alhambra. El restaurante, aparte de ofrecer platos moriscos y granadinos de alta calidad, es un carmen delicioso y también un museo: por los diversos comedores, en vitrinas, pueden verse piezas originales de cerámica, tallas y monedas de época árabe sobre todo, además de buenos cuadros costumbristas. No será raro sorprender, en la mesa de al lado o en algún reservado, a políticos y famosos de paso por la ciudad. Los martes por la noche se puede saborear además flamenco de calidad. Una cocina parecida y similares vistas se pueden disfrutar en Las Tomasas, bajo el mirador de San Nicolás. Por cierto, si uno quiere llevarse un dulce sabor de boca, en el convento de las Tomasas (que dan nombre a la calle) y también en el de las Bernardas (abajo, en la carrera del Darro, entrada por la calle de la Gloria), las monjas venden a través del torno golosinas confeccionadas por ellas.

- Mirador de Morayma (958 22 82 90;

www.alqueriamorayma.com). Cercano a la cuesta del Chapiz, en la calle del Pianista García Carrillo, 2. Precio medio: unos 30 euros por persona.

- Las Tomasas (958 22 41 08) está bajo el mirador de San Nicolás (carril de San Agustín). Ofrece cocina casera y burguesa granadina. Alrededor de 30 euros.

7 ¿Iglesias o mezquitas?

Cuando la rendición de Granada había en el Albaicín 26 mezquitas. Doce de ellas fueron transformadas en iglesias, y gracias a eso, algo se salvó. Por ejemplo, en la iglesia del Salvador (que era la mezquita Mayor del Albaicín y, según escribió Hieronymus Münzer en 1494, más hermosa que la mezquita Mayor de Granada) se conserva íntegro el patio de los Limoneros, ceñido por doble galería de arcos almohades (del siglo XIII). La iglesia se visita como museo, con una colección de arte sacro repartida por varias dependencias. La segunda mezquita convertida en iglesia fue la de San José, transformándose el alminar en campanario; ésta es actualmente la torre más antigua de Granada. También eran mezquitas las actuales iglesias de San Cristóbal, San Bartolomé, San Miguel Bajo o San Nicolás. Junto a esta última se encuentra, desde julio del año pasado, la mezquita Mayor de Granada, abierta todos los días al culto musulmán, y cuyos jardines pueden visitar los paseantes de manera gratuita; anexo a la mezquita, el Centro de Estudios Islámicos se abrió en julio de este mismo año. La comunidad islámica en Granada se calcula en unos 15.000 fieles.

- La Colegiata de Nuestro Salvador, abierta al culto católico, se puede visitar en horario de museos pagando 0,75 euros.

- La mezquita Mayor de Granada (958 20 25 26), abierta todos los días al culto musulmán, abre gratuitamente sus jardines a todos los visitantes de 11.00 a 14.00 y de 16.30 a 18.15.

8 De copas y trasnoches

La movida granadina, que antes gravitaba de forma monopolista en torno a la calle de Pedro Antonio de Alarcón, se ha mudado en buena parte a las faldas del Albaicín. La calle de Elvira, plaza Nueva y carrera del Darro son ahora la zona por excelencia, donde se encuentra de todo, desde el tapeo más convencional hasta secretos para iniciados. Por ejemplo, en la placeta Toqueros, la peña La Platería organiza veladas flamencas sólo para entendidos. En la carrera del Darro, El Rincón de San Pedro y Fondo Reservado (junto al palacio de Santa Inés) son los preferidos por la comunidad gay y lesbiana. En Rabo de Nube y La Bella y la Bestia, también a orillas del Darro, sirven tapas (aunque no las pidas) con las copas. En torno a la calle de Elvira, El Enano Rojo sirve actuaciones en vivo de jazz y funk, y Eshavira (Postigo de la Luna, 2), actuaciones de flamenco y jazz, a veces emulsionados.

- Éstas y otras ofertas de ocio se pueden consultar en la Guía de Granada (www.guiadegranada.com), editada mensualmente y que se vende en quioscos por 0,85 euros.

Las calles de Calderería Vieja y Calderería Nueva (en la fotografía) se han convertido en un  zoco donde las teterías y restaurantes de <i>kebab</i> se mezclan con tiendas para comprar lámparas, alfombras y otros objetos.
Las calles de Calderería Vieja y Calderería Nueva (en la fotografía) se han convertido en un zoco donde las teterías y restaurantes de kebab se mezclan con tiendas para comprar lámparas, alfombras y otros objetos.M. RUIZ
La Alhambra, vista desde el mirador de San Nicolás, una de las panorámicas más afamadas del Albaicín.

Interior de una tetería en  la calle  Calderería Nueva, en el barrio del Albaicín, en Granada.
La Alhambra, vista desde el mirador de San Nicolás, una de las panorámicas más afamadas del Albaicín. Interior de una tetería en la calle Calderería Nueva, en el barrio del Albaicín, en Granada.M. RUIZ

GUÍA PRÁCTICA

Dormir

- El Ladrón de Agua (958 21 50 40). Carrera del Darro, 13. Doble, de 90 a 175 euros; torreón Generalife, 175 (todos los precios, sin IVA). Desayuno: 8 euros.

- Casa del Capitel Nazarí (958 21 52 60; www.hotelcasacapitel.com). Carretera Aceituneros, 6. La doble, 85 euros; desayuno: 8 euros.

- Casa de los Migueletes (958 21 07 00; www.casamigueletes.com). Benalúa, 11. De 129 a 199 euros; suite Junior, 229 euros; suite Alhambra, 349.

- Palacio de Santa Inés (958 22 23 62; www.palaciosantaines.com). Cuesta de Santa Inés, 9. La doble, de 105 a 125 euros; suite Alhambra, 240.

- Casa Morisca (958 22 11 00; www.hotelcasamorisca.com). Cuesta de la Victoria, 9. Doble, de 111 a 140; habitación mirador, 166 euros.

Información

- Turismo de Granada (958 22 59 90, 958 24 71 28; www.granadatur.com).

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