_
_
_
_
_

Guía secreta para descubrir el Ampurdán

En septiembre, el estilo y la tranquilidad se unen en esta zona gerundense

Esta tierra es como ese amigo íntimo que nunca te lo contó todo y que de pronto te suelta algo increíble y te aporta una sensación de descubrimiento infinita". Patrick Beau vive constantemente sorprendido en Begur, donde regenta el hotel Hanoï, cuyo nombre hace honor a su origen medio vietnamita. Admira el carácter discreto del Ampurdán (Empordà) que revela sus bellezas poco a poco, como aquel "patio o jardín secreto que nunca te imaginarías encontrarte tras una gruesa puerta antigua". En busca de estas sorpresas nos adentramos en un rincón único de la provincia de Girona, la zona más norteña de la comarca del Bajo Ampurdán. Un lugar rico en detalles para el buen vivir donde el viajero puede descubrir preciosas calas en la zona costera, un paisaje interior cambiante, pueblos repletos de joyas de la arquitectura medieval y una gastronomía exquisita. Y, con un poco de suerte, conocer a algunos de los artistas afincados en la zona, porque, como afirma Patrick Beau, esta región "sigue atrayendo a pájaros de plumajes brillantes y especiales, como músicos, pintores, actores, escritores y demás bichos creativos. Todo ello crea el aura del lugar".

Cien kilómetros para saborear los detalles del buen vivir. De Begur a L'Estartit, pasando por el interior del Bajo Ampurdán, hospitalidad, paisajes y gastronomía a un ritmo distinto.

La ruta empieza con ganas de buscar sitios y gentes especiales, en el hotel Hanoï. De aspecto colonial, pisar el suelo de baldosas modernistas del establecimiento y recorrer sus salones y patios es como entrar en otra dimensión en la que el tiempo no existe. Junto a su mujer, Marijo Mullier, Patrick Beau ha cuidado todos los detalles intentando respetar los materiales originales. Este pequeño hotel de tan sólo ocho pulcras y bonitas habitaciones consigue una atmósfera casera donde la clientela se mueve con libertad. Además, hospedarse aquí ofrece la posibilidad de conocer Begur, una de las localidades más bellas de la Costa Brava, cerca de las calas de Aiguablava, Tamariú, Sa Riera, Sa Tuna y Aiguafreda.

Desde el Hanoï, bajando por la carretera hacia las playas se llega a Aiguafreda, una deliciosa calita donde se sitúa el hotel-restaurante Sa Rascassa. Los dueños, Óscar Górriz y Merche Fernández, llevaban años acariciando el sueño de disfrutar de una vida más sencilla, lejos de la locura cotidiana en Barcelona y las presiones del trabajo de publicista de él. Lo consiguieron en la Semana Santa de 2002, cuando inauguraron el hotel -con cinco habitaciones y restaurante- a 40 metros escasos del mar. Desde entonces han tratado de convertirlo "en un lugar sencillo, cómodo y cuidado donde todo resulta fácil y el trato es cercano. La cocina es sencilla, fresca, con platos que no necesitan ser explicados e ingredientes de toda la vida".

Llanuras de Gualta

Desde Begur hacia el interior, el paisaje cambia y aparecen las llanuras de la zona de Gualta. Entre los entrañables pueblos de Pals y Torroella de Montgrí, pasado el cruce de Peratallada a la izquierda, se gira a la derecha por un caminito de tierra para encontrar un sorprendente cartel de "Hotel" bajo la fachada de una diminuta iglesia. Indica el camino hacia Lindos Huéspedes, anteriormente castillo y más tarde masía porticada y molino arrocero.

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Situado en plenos arrozales, estamos ante un oasis donde se respira una extraña tranquilidad. Junto al espectacular jardín se puede ver el río que pasa por el hotel, un desvío del Ter que fluye hasta desembocar en la playa de Pals. La tradicional piedra de la masía choca con el color azul índigo de las flores, los bancos del jardín, la cama doble con mosquitera y demás ornamentos que decoran la terraza.

Entrar en Lindos Huéspedes es encontrarse con amplios espacios y una decoración singular realizada por su propietaria, Ángeles García Giró, quien revela que, a pesar de que el hotel sólo lleva abierto dos años, la búsqueda y restauración de los muebles estaba en marcha desde mucho antes. En la entrada arranca una escalera que sube a un gran patio azul con barandilla, salpicado de limoneros. Las habitaciones se distribuyen a su alrededor. Son amplias y cómodas, y sus ventanas regalan buenas vistas.

Cerca de Lindos Huéspedes hay un pequeño huerto y un sendero marcado por un bosquecillo de bambúes que parece sacado de un cuento. Si lo seguimos encontramos el Comedor Verdor, un restaurante ubicado en un pajar junto a un huerto con plantas aromáticas cultivadas sin productos químicos. Se sirven a la carta verduras y aliños. "La materia prima está muy cuidada, el pan es casero y el pescado llega del puerto de Palamós", comenta Mercedes Echevarría, una de las dos almas del local junto a la cocinera Olivia Vidal.

Saliendo de Lindos Huéspedes, cruzando la carretera y cogiendo el desvío a Peratallada y luego a Fontclara está el hotel Prado Rebelde, regentado por Federico Carrasco, que acoge a clientes gays y lesbianas sin exclusión de público heterosexual o familias. Recomendable por su hospitalidad, en él se organizan actividades y salidas nocturnas (como fiestas cubanas o baños termales). También se diseñan a medida otras propuestas de ocio, desde tertulias hasta navegar o hacer excursiones a caballo.

Al caer el sol, cerca de los campos de golf, se puede disfrutar de las refrescantes noches del Ampurdán en Mas Sorrer, un insólito bar de jazz situado en un campo de girasoles. Su dueño, Gerard Argemie, lo montó cuando, por problemas respiratorios, no pudo continuar con su verdadera vocación: tocar el saxofón. En Mas Sorrer, los girasoles iluminados brillan en la noche. "El planteamiento es evitar el aspecto comercial, y crear un lugar donde yo mismo iría a tomarme una copa", afirma el dueño, a quien le gusta rodearse de gente como el diseñador de moda de Salamanca Pepín, que tiene una tienda en la masía junto al bar.

Continuamos el viaje hacia el interior y nos acercamos a la tienda de antigüedades de Antonio Ortinez, en Corçá. Charlando con él descubrimos a un artista que conoce su oficio y encuentra piezas por toda España y Francia. Su gusto por las antigüedades le viene desde sus años de estudiante en Florencia. No sólo se limita a la venta de antigüedades, además recupera piezas sueltas y compone muebles a medida según las necesidades y gustos del cliente, reinventando su función.

Otra vez en la carretera, nos adentramos en una zona más escondida del Bajo Ampurdán y nos topamos enseguida con Pedrinyá, un diminuto lugar donde la recoleta iglesia románica de San Andrés (del siglo XI) conmueve por su sencilla belleza frente a la que crece un cuidadísimo huerto-jardín. Es el momento de tomar un respiro y mirar el paisaje que invita a la introspección.

Un Bib Gourmand

Siguiendo la ruta se llega hasta Madremanya, localidad que acoge al restaurante-hotel La Plaça, cuya excelente cocina está calificada con un sello Bib Gourmand en la Guía Michelin. Su construcción se hizo por etapas, un apartamento por año. El resultado son 11 suites con chimenea, sala de estar, terraza, cuarto de baño, Internet y televisión, con o sin cocina, y habitaciones con terraza. La decoración, realizada por Assumpta Puig, propietaria, es impecable, cómoda y con un toque rústico. Ninguna habitación es igual. "Queremos que los clientes se encuentren como en su casa, intentamos atender sus deseos en un ambiente de familiaridad", afirma Jaume Vidal, copropietario junto a su mujer del negocio, que cuenta con unas vistas privilegiadas al paisaje ampurdanés.

La calle Mayor de Madremanya, nombre de origen romano que significa madre naturaleza, es una vía romana que enlazaba Ampurias con Barcelona y Lérida. Saliendo de Madremanya y tomando la carretera hacia la derecha llegamos a San Martí Vell, donde se encuentra La Riera, un elegante y romántico restaurante que ocupa una masía con un jardín de grandes árboles y un majestuoso tilo bajo el que se cobijan las mesas. Su dueña, Casiana Ahumada, llegó a este pueblo en 1975, en busca de un lugar donde afincarse con su familia tras desistir de regresar a su Argentina natal. Fascinada por "el paisaje, la arquitectura y la nobleza de los materiales locales", quedó atrapada por el lugar y buscó una casa que restauró y decoró con muebles procedentes de los pueblos de la región. "De la cocina francesa de los inicios, el restaurante fue evolucionando hacia sabores de mayor arraigo local, dando prioridad a los productos de temporada", comenta la dueña. En La Riera se enorgullecen de tener una clientela que se siente a gusto y de haber llegado, en ocasiones, a verdaderas relaciones de amistad.

Volvemos sobre nuestros pasos para pasar de largo Madremanya y seguir la carretera que lleva a Monells, un precioso pueblo medieval. En su plaza central porticada, antigua sede del mercado del pueblo, nos topamos con L'Hostalet 1701, una antigua casa hotel-restaurante en la que Xavi Roxa y Neus Artigatras lograron plasmar sus años de dedicación a las antigüedades y la hostelería. Todos los muebles están a la venta, y, además, tiene dispuesta una tienda de antigüedades en la planta baja. Las dependencias del hotel cuentan con piscina y jacuzzi donde el cliente puede también recibir masajes. En la planta superior se sitúan un delicioso restaurante con aspecto de comedor casero, una galería y una terraza con patio interior y las habitaciones. En la tercera planta: el salón, la biblioteca y un bar, donde el cliente se sirve y apunta sus consumiciones. "Desayunar es un lujo, con pastas recién hechas, embutidos y pan caseros, detalles que sólo se encuentran en el campo y que Neus disfruta preparando. El truco es utilizar productos frescos de los payeses del pueblo", cuenta Xavi Roxa, que recomienda el lugar a quienes buscan días de tranquilidad lejos del bullicio, con la posibilidad de seguir senderos y caminos agradables a pie o en bicicleta.

Hacia el norte

Subiendo hacia el norte se llega a Sobrestany, ya muy cerca de la frontera comarcal con el Alto Ampurdán y a un paso de la costa. Allí visitamos a Álex Filella y su pareja, Isabel López de Lamadrid. Vinieron de Barcelona y se instalaron en una masía rodeada de animales. Él es experto en la organización de fiestas a medida, que realiza en lugares especiales si hace falta, según los gustos y necesidades del cliente, ya sea un particular o una empresa. A ella le gusta trabajar sin prisas, lejos del ajetreo de la ciudad. Diseña exquisitas piezas únicas de joyería en plata y elementos naturales, como semillas, piedras o materiales encontrados.

Cerca de Sobrestany, en Tor, podemos volver a disfrutar de la noche ampurdanesa en La Devesa de Tor, en una antigua masía. Lo más llamativo es su decoración barroca; incluso el barroco versallesco está representado en este curioso lugar, donde se mezclan elementos dispares: sillas de leopardo y cebra, un frontal de iglesia a modo de barra... Todo ello distribuido en tres salas: la íntima, la clandestina y el cielo. Una jaima en el jardín, la cena fría y los cócteles made in La Devesa ponen la guinda a este local diseñado con mucho amor por sus dueños, Santiago Ristol y Pilar Aymerich.

El hotel-restaurante La Plaça, en la localidad gerundense de Madremanya, en el Bajo Ampurdán, tiene el sello Bib Gourmand de la Guía Michelin, que premia los locales con una buena relación calidad-precio.
El hotel-restaurante La Plaça, en la localidad gerundense de Madremanya, en el Bajo Ampurdán, tiene el sello Bib Gourmand de la Guía Michelin, que premia los locales con una buena relación calidad-precio.PERE DURÁN

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_