48 horas en Hong Kong

Desde la entrega al Gobierno británico en 1997 de la soberanía de la ex colonia británica (siete millones de habitantes), pocas cosas han cambiado en Hong Kong. Bajo la formula 'un país, dos sistemas', la metrópoli financiera china, junto con Shanghai, disfruta de un estatus denominado región administrativa especial por el que se mantiene como uno de los núcleos del comercio mundial.

El nuevo aeropuerto, diseñado por Norman Foster, es una de las mayores obras de ingeniería civil del mundo. Construido sobre la isla artificial ganada al mar de Chep Lap Kok, cuenta con más de 140 tiendas y 288 mostradores de facturación, repartidos en un área de 516.000 metros cuadrados fácilmente accesible gracias a sus 110 escaleras y rampas mecánicas. Si a esto le sumamos su excelente situación geográfica, en el centro del Lejano Oriente, Hong Kong se convierte en un punto idóneo de escala a cualquier punto del este de Asia y Oceanía.

El aeropuerto no es la única obra de Foster en Hong Kong. En el barrio central está el altivo Hong Kong & Shanghai Bank, un edificio de 41 pisos construido en 1986 como símbolo de la economía capitalista en el Pacífico, y uno de los edificios más caros de su época: más de 90 millones de euros. En ambos destaca la transparencia de su concepción formal, oculta tras una apariencia de alta tecnología.

Ofrecemos 10 pistas para conocer y disfrutar de la ciudad:

1. Contemplar el amanecer en el Hong Kong Park, donde cientos de personas practican taichi a primera hora de la mañana. Si lo desea, la oficina de turismo ofrece al visitante una clase gratuita.

2. Para combatir el jet-lag, nada mejor que una sesión de digitopuntura en alguno de los centros de masaje de la HKSB (el equivalente cantonés de la ONCE), donde masajistas ciegos practican esta terapia de 2.000 años de antigüedad.

3. Subir en funicular al pico Victoria para admirar espectaculares vistas de la ciudad y de los nuevos territorios. Esta panorámica, una de las más impresionantes de Asia, puede disfrutarse también de noche, cuando los miles de luces y neones publicitarios envuelven la ciudad en una atmósfera especial.

4. Probar el dim sum, comida típica cantonesa (el equivalente a las tapas) servida en cestas de bambú.

5. Dada la especial orografía del centro de la ciudad, sobre la ladera de una montaña, el Ayuntamiento de Hong Kong ha construido un sistema de escaleras mecánicas que une diferentes barrios. Se recomienda subir hasta el punto más alto -unos 20 minutos- para luego bajar paseando por Hollywood Road, la zona de anticuarios; Lan Kwai Fong, lugar de diversión nocturna, y la zona de Central, el espacio de compras por excelencia.

6. Ver las carreras nocturnas de caballos de Happy Valley, donde la pasión por el juego y el amor por el deporte del pueblo chino se entremezclan con inusitado fervor.

7. Comprar en alguno de los muchos mercadillos. De visita recomendable son Birds Market, con más de 60 puestos de pájaros cantores; el mercado de las flores, y Stanley Market, donde podrá encontrar todo tipo de recuerdos y artículos de imitación.

8. Ir a la isla de Lantau y visitar la figura de Buda sentado al aire libre más grande del mundo. Y disfrutar de la exuberante vegetación que lo rodea.

9. Tomar café al atardecer en el hotel Regent de Kowloon, uno de los más lujosos de Asia, para contemplar el regreso de los sampanes al puerto tras la jornada de pesca.

10. Coger el ferry Kowloon-Isla de Hong Kong para contemplar el perfil de la ciudad con los rascacielos iluminados al anochecer.