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Murcia, capital Génova

Unidas por la historia, la gastronomía, la cultura y, sobre todo, por el carácter de sus habitantes, Murcia y Génova son ciudades hermanas desde 2021. Y este mes celebran todo lo que tienen en común con una de las fiestas más pintorescas del calendario murciano: el Entierro de la Sardina

El Entierro de la Sardina de Murcia, declarado de Interés Turístico Internacional, conocerá su primera versión genovesa el 21 de mayo.
El Entierro de la Sardina de Murcia, declarado de Interés Turístico Internacional, conocerá su primera versión genovesa el 21 de mayo.JOAQUÍN ZAMORA

Tierras de aventureros ilustres, encrucijadas culturales desde que los siglos tenían un dígito romano, Murcia y Génova trazan una línea imaginaria sobre el Mediterráneo para intercambiar sus tesoros. Aquí van los cinco más palpables con apenas asomarse a ese puente aéreo. Solo queda elegir fecha para comparar y (no) elegir.

1. Música, fuego, y un millón de juguetes volando

La fiesta está en el ADN de los murcianos, y también en el de los genoveses. Y es precisamente la del Entierro de la Sardina la elegida para demostrarlo el próximo 21 de mayo. Será la primera vez que este pasacalles declarado de Interés Turístico Internacional saldrá de las fronteras de la ciudad española para llenar de magia las calles de su hermana italiana. Además del color de las tradicionales carrozas de los sardineros y la música de las agrupaciones musicales no faltarán las risas y empujones entre los asistentes, provocados por el célebre lanzamiento de juguetes a lo largo del recorrido, que hace de esta fiesta algo único en el mundo. Para esta ocasión ya están preparados un millón de juguetes.

El pasacalles cierra la semana de la Fiesta de la Primavera, una especie de prórroga de la Semana Santa. Muchas de sus carrozas tendrán réplica en la ciudad italiana.
El pasacalles cierra la semana de la Fiesta de la Primavera, una especie de prórroga de la Semana Santa. Muchas de sus carrozas tendrán réplica en la ciudad italiana.

La Quema de la Sardina y un castillo de fuegos artificiales alcanzarán la catarsis, como en la versión original. Genoveses y visitantes acabarán con la piel enrojecida, se cuidarán de no acabar con un pequeño chichón en la cabeza y, sobre todo, derrocharán ganas de visitar la región española. Algo mucho más fácil hoy gracias a las distintas fórmulas que la Concejalía de Cultura, Turismo y Deporte ha desarrollado para proyectar Turísticamente a Murcia en el mercado italiano.

2. El comercio de la seda, motor de la historia común

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Génova, capital de la Liguria, es la la sexta ciudad más poblada de Italia. Murcia, capital de la región homónima, es la séptima de España. Las dos capitales están unidas por la historia con un lazo que las hizo hermanas ya en la Edad Media: el comercio. Concretamente la exótica Ruta de la Seda, la principal conexión económica, cultural y científica entre Oriente y Occidente, unió, también, estas dos ciudades en las páginas más desconocidas de los libros de historia.

El puerto de Génova atesora varios barcos de la época dorada de la navegación, como esta réplica de un galeón español. Ya en el siglo XII, el comercio marítimo unió estas dos costas.
El puerto de Génova atesora varios barcos de la época dorada de la navegación, como esta réplica de un galeón español. Ya en el siglo XII, el comercio marítimo unió estas dos costas.Getty Images/iStock

Desde Génova entraban en la península materias primas como telas de oro y seda, tintes, trigo o especias. Y Murcia era la puerta de salida hacia Génova y desde allí a Europa de productos locales como higos, aceite, miel, arroz, lino, lana, cuero o carne.

3. De la uva al olivo y del trigo a la albahaca

La conocida dieta mediterránea, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, se basa en los productos vegetales: pan y otros cereales; la uva, el vinagre y el vino y, como gran símbolo mediterráneo, la aceituna y el aceite de oliva. En la gastronomía murciana los pescados tienen un papel protagonista. La dorada y el mújol; los salazones: mojama, huevas de mújol y atún de hijada, que se suelen acompañar como aperitivo con habas crudas o almendras fritas, entre otros platos como el caldero, los michirones, el arroz y conejo o el conejo con patatas al ajo cabañil.

Los lazos entre el arroz caldero y la salsa de pesto serán menos exóticos a raiz del hermanamiento.
Los lazos entre el arroz caldero y la salsa de pesto serán menos exóticos a raiz del hermanamiento.

En Génova, la versión de la dieta mediterránea ofrece joyas como la salsa pesto, su aportación más universal, a base de albahaca, piñones, aceite y ajo; la focaccia, la farinata –tan típica como la pizza en Nápoles– elaborada a base de garbanzos. Los pansoti, la forma local de comer pasta rellena –parecidos a los ravioli– o las célebres frutas confitadas son otras de las delicias que hay que probar obligatoriamente en una visita a la capital de Liguria.

4. Una vida cotidiana alegre y hedonista

El Mediterráneo baña sus costas y su cultura impregna las dos ciudades. La vida al aire libre es parte del ADN de los habitantes de la ciudad italiana, y tiene en el Puerto Antiguo de Génova, una magnífica plaza junto al mar su centro neurálgico. Allí se puede disfrutar de actividades culturales y de ocio, admirar las más bellas vistas de la ciudad y su puerto y conocer algunos de los imprescindibles marcados en la lista de todo visitante, como el Acuario de Génova o el impresionante Galata Museo del Mar. Parada obligada: un plato de pasta al pesto en la Plaza de San Bernardo.

En Murcia, por su parte, el inmejorable clima hace que la vida “de puertas afuera” sea algo natural para sus gentes, y desde el primer minuto para todo el que la visita. Alrededor de la Plaza Cardenal Belluga, o la conocida Plaza de las Flores se concentran cada día murcianos y visitantes para disfrutar de los edificios históricos más representativos e importantes, sin olvidarse de unas tapas y una cerveza bien fresca. No te vayas de Murcia sin probar las marineras, la tapa murciana por excelencia: una rosquilla con ensaladilla rusa y una anchoa encima. O los matrimonios: armoniosa pero efímera unión de una anchoa y un boquerón ensartados en un palillo. Ojo: para que sean matrimonios auténticamente murcianos, la anchoa siempre sobre el boquerón.

5. El vínculo de las catedrales con sus barrios

La Catedral de Murcia, consagrada a Santa María, y la de Génova, dedicada a San Lorenzo, son el corazón de las dos ciudades. Alrededor de ellas fueron desarrollándose las dos ciudades, su historia entrelaza las vidas y relaciones de sus habitantes. Y tanto las propias catedrales como las plazas y calles que las rodean han sido al lo largo de los siglos el escaparate de ambas ciudades, desde la época medieval hasta hoy mismo.

La Santa Iglesia Catedral de Santa María, Catedral de Murcia, es una de las piezas clave del barroco español.
La Santa Iglesia Catedral de Santa María, Catedral de Murcia, es una de las piezas clave del barroco español.Getty Images/iStock

Visitar la catedral, pasear por sus calles medievales, tomar algo en los lugares más típicos y auténticos es algo que nos hace entender por qué Génova y Murcia son, verdaderamente, ciudades hermanas donde tanto sus habitantes, como quienes las visitan, se sienten realmente como en casa.

¿'Genovizar' Murcia, o 'murcianizar' Génova?

El reciente hermanamiento de las dos ciudades se inspira en la recuperación del espíritu de la Ruta de la Seda, el corazón del comercio medieval, que unía el mundo no a base de conquistas bélicas, sino a través de los más civilizados contactos comerciales y culturales. Recuperar la genovesidad en el mundo, restableciendo relaciones con los lugares donde comerciaron sus antepasados es el objetivo de las últimas propuestas turísticas genovesas, que han dado lugar a un proyecto común entre Génova y Murcia. Urbact: interactive cities, entre otros proyectos, utiliza el poder de las redes sociales como impulso del turismo entre las dos ciudades.

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