El Canchorral 2018, un trago irresistible

Un buen ejemplo de cuando la modestia de un proyecto vitivinícola alumbra resultados excelentes. Modestia por la ubicación del viñedo, en las empinadas laderas graníticas de Monforte de la Sierra, a casi 900 metros de altura; modestia porque modestas son las ocho variedades, tintas y blancas, que conviven mezcladas en la viña; modestia porque los creadores del proyecto, César Ruiz, Bosi Jiménez, Miquel Udina y Alberto Martín, no buscan el éxito empresarial ni el premio económico, sino reivindicar la idoneidad del terruño y la particularidad de las cepas ancestrales en las olvidadas tierras de la serranía salmantina. Solo por todo esto el vino merece la atención del crítico. Pero es que, además, el resultado es sorprendentemente bueno.

Con una sencilla enología tradicional, que incluye la fermentación de racimos enteros en pequeños depósitos abiertos, y una crianza de 10 meses en barricas usadas de roble francés de 300 litros, logran que este tinto fascine con una inesperada y vibrante polifonía aromática de acordes frutales, contrapunteados por cálidas notas tostadas y especiadas, mientras se va descubriendo la sutil presencia floral y el frescor de las hierbas silvestres balsámicas. Una irresistible invitación al trago, que confirma en boca lo que promete en la nariz.