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Lugares soñados para cuando esto pase

El cineasta Borja Cobeaga recorrerá Cantabria en caravana y la artista Julia de Castro quiere vibrar de nuevo con el folclore mexicano. Ocho personajes nos desvelan sus anhelos viajeros

El pueblo pesquero de San Vicente de la Barquera, en Cantabria.
El pueblo pesquero de San Vicente de la Barquera, en Cantabria.carlos castilla (Getty Images)

“Me iría a cualquier sitio” es lo que responde la mayoría cuando se les pregunta adónde viajarían cuando la cuarentena termine. Ocho protagonistas de distintos perfiles cuentan aquí qué escenarios les acrecienta la topofilia, ese lazo afectivo que se establece entre lugares y personas, tal como lo definió el geógrafo Yi-Fu Tuan.

La Danza de los Viejitos, tradicional de Michoacán, en una plaza de Pátzcuaro (México).
La Danza de los Viejitos, tradicional de Michoacán, en una plaza de Pátzcuaro (México).R. ELLIS (ALAMY)

Fiesta de pueblo a la mexicana

Julia de Castro (músico)

A la compositora, cantante, violinista, actriz y DJ Julia de Castro le gustan los viajes largos, como el que hizo a México, adonde está deseando regresar. “Es mi segundo país desde hace años, y cuando voy procuro instalarme durante un tiempo. Me iría de cabeza a Pátzcuaro, un pueblito que hay junto al lago homónimo en Michoacán”. Allí la artista tiene su alojamiento preferido: el hotel Armonía Holística: “Yo no soy muy de meditar, ni particularmente yogui, pero es que el sitio es de llorar de belleza. Te alojas en cabañas pequeñitas, y el dueño, que vive en una de ellas con su madre, te da un trato muy cercano”.

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No todo es reposo. De Castro confiesa que se muere por volver a vivir uno de los jaripeos locales: “Son bailes de pueblo que se organizan con frecuencia. Como una feria en la que se bebe y se baila. No hay carteles: lo anuncian pintándolo en los muros de los pueblos, indicando el día y la hora. Yo soy muy bailonga y me encanta el folclore, así que nunca falto”.

Por la sierra mallorquina

Joan Seguí (panadero y pastelero)

El ganador del premio a la mejor ensaimada del mundo, que elabora a diario en el Forn Sant Francesc, vive y hornea en Inca (Mallorca). Joan Seguí está deseando recorrer su isla de nuevo, pero también regresar a París y a Praga, para enseñárselas a su hija.

“Cuando vuelva a Palma iré sin duda a comer o cenar a los restaurantes de Santi Taura, el Dins y el Cor, y al de Andreu Genestra, cuya cocina es local con toques de autor. También volveré a pueblitos de la sierra de Tramuntana como Deià, Valldemossa y Pollença”. Y en su ruta irá de puerto a puerto: “El recorrido me gusta empezarlo en Puerto de Sóller y terminarlo en otro puerto, el de Pollença. Allí suele caer una paellita junto al mar, en cualquier restaurante, porque en todos se come bien. Y en el camino se puede ver por ejemplo el atardecer en el mirador de Sa Foradada, junto a Deià”.

Escultura 'Coche y hormigón' (1976) en el Museo Vostell Malpartida (Cáceres).
Escultura 'Coche y hormigón' (1976) en el Museo Vostell Malpartida (Cáceres).

Extremadura 'gourmet'

Helga de Alvear (galerista y coleccionista)

El próximo otoño, uno de los grandes deseos de Helga de Alvear se hará realidad en Cáceres, donde abrirá el museo que llevará su nombre y que albergará su colección de arte contemporáneo. En Extremadura el arte de hoy está vivo, y esto para ella es esencial: “El museo está proyectado por el estudio del arquitecto Emilio Tuñón. Es tres veces más grande que la fundación donde se encuentra ahora mi colección (fundacionhelgadealvear.es)”. Además, a unos 18 kilómetros de Cáceres hay otro centro de arte que recuerda con cariño: “El Museo Vostell de arte Fluxus de Malpartida me fascina. Es muy interesante porque han adaptado el viejo lavadero de lana del pueblo y lo han reconvertido en museo sin muchos cambios”. Y al preguntarle dónde se alojaría, responde sin titubeos: “Donde siempre: en el hotel Atrio, también obra de Emilio Tuñón. El restaurante tiene dos estrellas Michelin. La idea del hotel de Toño Pérez y Jose Polo es que sea más bien un restaurante con habitaciones”.

Entre volcanes y arena

Helena Rohner (diseñadora de joyas)

La diseñadora está pasando su cuarentena en Las Palmas de Gran Canaria, en la casa donde vivió su infancia. Ante la pregunta de dónde quiere volver, su cabeza se queda en el archipiélago: “Lo primero que haré será pasear por Las Canteras, la playa de Las Palmas. Tiene una barrera natural de coral que protege el agua. Es muy cosmopolita: ves todo tipo de gente por allí. Después quiero recorrer de nuevo Vegueta, la parte antigua de la capital, con sus casas coloniales de grandes balcones y patios interiores”.

Obviamente, ganas de saltar a otras islas no le faltan a Rohner: “Ahora estoy viajando a Lanzarote a través de la novela La ceguera del cangrejo, de Alexis Ravelo, que te lleva por sitios relacionados con César Manrique”. Volvería a la casa que el artista construyó en las burbujas de un volcán en Tahíche: “Cuando la vi pensé: ‘Quiero una casa redonda como esta, sin esquinas, un espacio orgánico’. Así son un poco las joyas que diseño”. También recuerda la playa de Famara, que mira a La Graciosa: “En esa isla no hay hoteles. Las calles son de arena. Es un sitio increíblemente pausado”.

Terrazas en una calle del barrio romano de Trastevere.
Terrazas en una calle del barrio romano de Trastevere.ALAMY

Belleza romana como antídoto

Manuel Vilas (escritor)

Estaba como escritor residente en la Academia de España en Roma cuando sus planes de volver a la capital italiana tras un viaje fugaz a Madrid se cancelaron por la pandemia. Lo primero que hará cuando todo esto pase es volver a su barrio romano, el Trastevere: “En concreto iré a mi restaurantito, Supplì. Sirven la comida en tavola calda, que es como un bufé. Sus clientes son sobre todo italianos, y siempre está lleno”. Después, el finalista del Planeta con Alegría irá a ver neorrealismo italiano: “Entre el Trastevere y el mercadillo de Porta Portese está el cine Nuovo Sacher. Pertenece al director Nanni Moretti y este año, por el centenario del nacimiento de Fellini, estaban reponiendo sus películas, restauradas por la Cineteca de Bolonia y presentadas por el propio Moretti”. También se dará una sobredosis de arte en la Galleria Borghese: “Es un salvoconducto, un sitio radicalmente bello y humano. Toda la zona central de Roma, la barroca, la renacentista, es como un escudo protector contra la fealdad y la trivialidad del mundo”.

Las mejores playas gallegas

María Vázquez (actriz)

Ha participado en series como Fariña y Néboa, ambientadas en su Galicia natal. Y allí se encuentra ahora, con ganas de recorrer sus paisajes: “Quiero volver pronto a la playa de Aguieira, a unos 45 kilómetros de Santiago de Compostela. Es un paraíso: un arenal muy largo y salvaje, con dunas”. La actriz opta por los planes familiares cuando viaja: “Vamos con la furgoneta. Somos un poco domingueros: nos gusta llevarnos la comida porque tenemos niños. Así que nos plantamos en la Illa de Arousa con nuestra tortilla de patatas y nuestro filete empanado, en homenaje a la infancia”.

Además de recorrer Galicia, María Vázquez no oculta las ganas que tiene de visitar a su hermana en Madrid: “Me apetece mucho pasear por la Gran Vía, ahora que tiene menos tráfico. Y comer en el mercado Tirso de Molina, que se encuentra en Puerta del Ángel. Es de barrio y han abierto restaurantitos dentro”.

Una isla que es un museo

Teresa Sapey (arquitecta)

Teresa Sapey cuenta que estos días está emulando a Xavier de Maistre, autor del libro Viaje alrededor de mi habitación. Además de este viaje interior, cuando termine el confinamiento le tienta volver a una isla única: la de Naoshima, en Japón. “Es una isla-museo. El pequeño pueblo de pescadores que había en ella sigue igual, y allí se construyó, respetando el paisaje, el Chichu Art Museum, a cargo del arquitecto Tadao Ando”.

En Naoshima las obras de arte florecen tanto como las azaleas que se ven por todas partes: “En el cuarto del hotel donde me quedé había una obra de Sol LeWitt. También vi uno de los cuadros de la serie Los nenúfares de Monet en el museo, que es subterráneo y solamente estaba iluminado por una rendija de luz cenital”. Pero lo que más le impresionó a la arquitecta de origen italiano fue el contacto directo entre el arte y la naturaleza, así como la presencia del silencio: “En ese sentido, está relacionado con esta experiencia de la cuarentena, pues la quietud ha tomado nuestras ciudades”.

No sin mi caravana

Borja Cobeaga (cineasta)

El cineasta que ha arrancado algunas de las más sonoras carcajadas oídas en la última década como director de Pagafantas y coguionista de Ocho apellidos vascos o Superlópez ha tenido que renunciar a su viaje en caravana por Asturias y Cantabria esta Semana Santa. A Borja Cobeaga, donostiarra de pura cepa, Gijón le pareció tan pintoresco como a muchos les resulta su ciudad, y allí quiere volver: “Cuando fui por primera vez al festival de cine de Gijón tuve la misma sensación que veo en la gente que visita San Sebastián. Me quedé encantado. Los bares y sidrerías de la ciudad son una maravilla”. Él no solo encuentra parecidos entre los paisajes de su tierra y los asturianos y cántabros: “La típica obsesión por comer carne y pescado a la brasa la reconozco también allí”. Se ha aficionado a la caravana, que a su hijo pequeño le entusiasma. En ella viajarán, cuando sea posible, por Santillana del Mar, San Vicente de la Barquera, Llanes y otros pueblos de la cornisa cantábrica.

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