Alondra Villas & Suites, un oasis con casitas de campo en Lanzarote

Lanzarote ofrece una diversidad de alojamientos inimaginable. Y eso que su gran ideólogo turístico, César Manrique (1919-1992), estrechaba con un pincel los límites de las edificaciones que debían caracterizar el paisaje hospitalario de la isla canaria. No ya porque su aspereza volcánica requiera un desarrollo humano suave, ni porque su reducido territorio le impida expandirse más allá de la frontera natural del mar, sino porque en la mente del artista anidaba una poética habitacional de volúmenes contenidos y arquitectura mimetizada con el entorno. Una verdadera proclama de la sostenibilidad medioambiental.

Con ese ideario, Pablo Rivero Correa y su familia han levantado su emprendimiento vacacional como un complejo de viviendas en esa línea contenida y pictórica que promulgó el genial artista lanzaroteño. Las espaldas desniveladas de Puerto del Carmen, en el litoral sureste de la isla, sirven de freno al mundanal ruido y se constituyen en el oasis propicio para unas vacaciones en familia o de amores tardíos. Situadas a 500 metros del mar, las 41 unidades conforman una multimodalidad de alojamientos que incluye 13 suites, 19 villas, 5 grandes villas y 5 casitas de campo, algunas de ellas con piscina privada y servicios de gran lujo.

Un espacio central con láminas de agua rodeadas de camas balinesas sirve de escenario instagrameable para la celebración de eventos múltiples. A su vera se sitúa el restaurante dirigido por Luis León, en el que también se sirve el desayuno al borde de la piscina, y un pequeño hammam (baño árabe) con una extensa carta de masajes y tratamientos faciales.

Los dormitorios, con sus respectivos salones y ajardinamientos, son de película por lo estruendoso de sus dimensiones, la prodigalidad de su equipamiento, el alto grado de intimidad obtenido y los generosos acristalamientos que introducen el paisaje hasta las camas, todas de buen porte y gramaje. Su interiorismo no deja indiferente a nadie, ni a los que buscan el boato de los muebles aristocráticos y las chimeneas viejas, ni a los que prefieren flotar en la sencillez de las esteras, los sillones de ratán y los pavimentos de madera listada.

Con este mismo guion ejercen los dueños del complejo, a quienes no se les caen los anillos por departir con los huéspedes y procurar con su propio servicio que la estancia les resulte años después inolvidable.

Todas las habitaciones incluyen: televisión de pantalla plana, barbacoa, aire acondicionado, baños de mármol con bañera de hidromasaje y ducha, cocina totalmente equipada y lavadero con lavadora.

Valoración media en Booking: 9 (404 comentarios).

Desde 94€ por noche en Booking