De fiesta por el Rin
El violonchelista Daniel Acebes nos descubre los mejores sitios para escuchar música y tomar una cerveza en la ciudad alemana
Tras estudiar violonchelo clásico en diversos conservatorios de Europa, Daniel Acebes emprende un proyecto más rockero llamado El Chelista, en el que también mezcla electrónica y voz. Aquí recuerda lo que más le gustó de Düsseldorf, ciudad alemana en la que vivió durante sus años de estudiante.
¿Qué encantos tiene Düsseldorf?
Es multicultural y acogedora, y tiene mucho ambiente. Al centro lo llaman “la barra de bar más grande del mundo”. Y después está el Rin, que es navegable.
¿Paseó en barco por él?
Sí, además de cargueros, en verano navegan ferris y embarcaciones de alquiler para fiestas por horas. Puedes ir por el río hasta Colonia, por ejemplo.
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Me ha mencionado los bares…
Sí, muchos son las típicas Brauereien o fábricas de cerveza donde sirven platos de codillo. Son salas enormes, con muchos camareros que siguen sirviendo cerveza mientras no les pides que paren. En verano están los Biergärten, terrazas muy bonitas. Sacan fuera las barras y cada mesa larga tiene su grifo de cerveza.
¿Había mercado navideño?
También, y servían el clásico Glühwein, vino caliente y especiado para combatir el frío. También sonaban canciones melódicas alemanas de los años sesenta un poco kitsch. Es un estilo pop, al que llaman Schlager, y lo cantan vestidos con el atuendo bávaro.
La ciudad tendría un gran parque.
Sí, Hofgarten. Yo vivía al lado. Es el parque urbano más antiguo de Alemania.
¿Algún castillo?
El de Federico I Barbarroja. Las ruinas están justo a la orilla del Rin, en una zona llamada Kaiserswerth, donde hay mucha vegetación.
Como músico, ¿qué lugares frecuentaba?
Sobre todo el Tonhalle, el auditorio de la ciudad. Era un antiguo planetario y la bóveda es como una vidriera. Allí toqué con la orquesta de cámara de Essen. Pero también frecuentaba el Fox Bar, al lado de casa, para tocar chelo eléctrico y guitarra amplificada.