Golosa frutosidad

Neo es una de las bodegas más atractivas y dinámicas de Ribera de Duero. Música y vino (Rock&Wine) se fusionan en este singular proyecto, comandado por tres amigos con mucha marcha, encabezados por Javier Ajenjo, y flanqueado por el imaginativo Iván Izquierdo, director de proyectos, y el eficaz enólogo Julio César Conde. En su corta (20 años), pero intensa historia han conseguido rozar la excelencia con su vino más destacado, Neo Punta Esencia. Algo posible gracias a un excelente viñedo de tempranillo plantado en vaso, en la zona de La Horra, cuyas viejas y cuidadas cepas apenas producen 1.500 kilos por hectárea. Sin embargo, tiene un diseño tradicional, donde todo se apuesta a la calidad de la uva y la bondad de la añada, y con la barrica nueva de roble francés jugando un importante papel. Por eso resulta un tanto sorprendente que la música rockera se acompañe de tanto clasicismo. No son buenos tiempos para largas maceraciones, fuerte concentración y apuntalamiento de la estructura con una crianza de 30 meses.

Pese a ello, el vino sigue mostrando la poderosa y elegante honestidad de su composición aromática, donde la abundante y madura fruta negra silvestre compotada dialoga a tres voces con los tostados, las especias y los balsámicos. Suculento, la golosa frutosidad pugna por ganar protagonismo, que sin duda ganará con más tiempo en botella.