Alameda Palace, noche en el corazón de Salamanca

Una prueba más de que las clasificaciones hoteleras se han quedado obsoletas, frente al auge de las plataformas digitales que conforman el nuevo ecosistema de reputación social compartida, se localiza en la universitaria ciudad de Salamanca, a 10 minutos a pie de su monumental plaza Mayor. Ahí, el constructor local Román de Pablos regenta un hotel catalogado por la institución turística castellano leonesa como de cinco estrellas cuando con el voto popular en TripAdvisor o Booking no alcanzaría siquiera las cuatro. El precio de una habitación en Alameda Palace no engaña: la noche se cotiza en torno a los 60 euros, mientras que otros establecimientos de categoría similar en los alrededores doblan esta tarifa.

Construido en el solar donde antiguamente se levantaba el palacete de la familia Prada, tanto su fachada como sus interiores remedan hoy la opulencia de la belle époque con aquellos salones imperiales de pomposas arañas suspendidas de los plafones, esos áureos pilares maestros revestidos de maderas nobles, los pavimentos de mármol rosa y unos cortinajes hollywoodianos exornados de borlas y cenefas doradas. Igual de inmaculado se presenta el restaurante Venecia, iluminado con lámparas de cristal de Murano y lencería de seda en tonos amarillos y tostados. No digamos ya la sala Pompeya, con capacidad para 475 personas, habilitada para bodas, bautizos y banquetes muy postineros.

Si toda esta escenografía se conservara como corresponde al pedigrí social, económico y político de los eventos que allí se celebran, el hotel podría muy bien ocupar el vacío que dejó en la ciudad el demolido Gran Hotel de la plaza del Poeta Iglesias, todavía añorado por muchos salmantinos de solera. Tanto ellos como los turistas traspasados por el señorío visual de la octocentenaria Universidad de Salamanca añoran una manita de pintura por aquí, un refuerzo de yesería por allá y una actualización epicúrea de los cuartos de baño. La amplitud y luminosidad de sus 103 habitaciones satisfacen a quienes buscan espacio para respirar y ventanas grandes para asomarse al vecindario. Aunque para vistas ninguna mejor que las del ático, ambientado con una piscina arriñonada, una terraza de hamacas y un bar donde tomarse el aperitivo ahora que empieza el buen tiempo.

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Todas las habitaciones incluyen: wifi gratuito, aire acondicionado, baño privado.

Valoración media en Booking: 8,7 (2.651 comentarios).

Desde 85€ por noche en Booking