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Cena en Rufino’s

El guitarrista Daniel Casares disfrutó de la playa en Salvador de Bahía y de tocar en la iglesia de La Candelaria de Río de Janeiro

El guitarrista Daniel Casares.
El guitarrista Daniel Casares.Luis Castilla

El álbum del guitarrista Daniel Casares, Concierto de Aranjuez - La luna de Alejandra, acaba de salir y ya ha cosechado numerosos aplausos. Los primeros los recibió en Brasil en 2016, donde tocó por primera vez algunos de los temas, además de hacer dúos con Toquinho y otras figuras de la música brasileña. Todo un periplo por el gran país latinoamericano, donde piensa volver próximamente.

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¿Recuerda dónde tocó?

La primera vez que interpreté La luna de Alejandra fue en la iglesia de La Candelaria de Río de Janeiro, que es del siglo XVIII. En Río también toqué en el Circo Voador, con Hamilton de Holanda. Tiene un ambiente increíble, es como un sambódromo.

¿Solamente estuvo en Río?

También en São Paulo, Brasilia y Salvador de Bahía.

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¿Y con cuál se queda?

Con Salvador de Bahía, que representa al Brasil que yo llevaba en mi imaginación. Además, estoy invitado a tocar en el Carnaval, desfilando sobre una carroza, como es tradición allí.

¿Qué impresión se llevó de las demás ciudades?

São Paulo tiene otro tinte, más de ciudad enorme, con mucho movimiento artístico interesante. Brasilia es lo menos brasileño que te puedas imaginar, llena de oficinas y ministerios.

¿Tuvo un rato para ir a la playa?

Sí, porque la mayoría del tiempo libre lo disfruté en Salvador de Bahía. Allí hay diferentes playas, algunas más salvajes y otras más exclusivas. A mí me gustan las más vírgenes.

¿Algún recuerdo entre músicos?

Uno inolvidable: en Río, un periodista nos invitó a su casa. Allí estaba el compositor brasileño Guinga y un guitarrista brutal, Marcus Tardelli. Ni ellos hablan casi español ni yo portugués, pero a través de la guitarra nos comunicábamos. También con Toquinho tengo recuerdos: tras cada concierto cenábamos en Rufino’s, un restaurante muy bueno de São Paulo.

¿Y de la comida?

El marisco y pescado me sorprendieron mucho.

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