Santiago de Chile es una de esas ciudades que parecen construidas para quitar la respiración. En este caso, sobre todo, por su ubicación, a los pies de la Cordillera de los Andes y totalmente rodeada de montañas. Hay muchas cosas que hacer en la capital de Chile, pero lo primero es sentir la ciudad subiendo a sus cerros —como el de San Cristóbal y el de Santa Lucía— y comprendiendo su dimensión y privilegiada ubicación. Después, disfrutando de sus tranquilos parques, que aquí abundan y son siempre agradables gracias al clima sin apenas lluvias. Y, por último, dejando que cada rincón de Santiago de Chile sorprenda, con un fondo único de montañas y naturaleza.
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