¿Cuáles son los imprescindibles en la maleta de Carme Ruscalleda?
Incansable y metódica, la cocinera catalana que cierra este sábado el restaurante Sant Pau siempre viaje con una paleta de colores
“En mi maleta no falta nunca el cargador para el móvil, ni la lista impresa del plan del viaje, los restaurantes reservados, rutas interesantes… También llevo siempre una libreta y un boli, incluso tengo paleta de colores de viaje”, cuenta la chef catalana Carme Ruscalleda, cuyas manos no solo cocinan, también dibujan y pintan.
De joven quería ser artista, pero cambió “las bellas artes de la pintura por las de la cocina”. Y la verdad, confiesa, le ha dado la oportunidad de crear ese mundo gastronómico en el que brilla desde hace 30 años, cuando cruzó la calle que separaba la charcutería familiar y convirtió junto a su marido, Toni Balam, un hostal con vistas al mar en el restaurante Sant Pau, en su localidad natal de Sant Pol de Mar (Barcelona).
La cocinera es una trabajadora incansable, ordenada y metódica y sobre todo práctica. Además de los tres objetos imprescindibles que siempre lleva en su maleta, incluye atuendo informal: camisetas coloristas, vaqueros, cazadora, zapatillas cómodas. Y nunca se olvida sus originales pendientes de motivos culinarios (qué también adquiere en los países o ciudades que visita).
Japón siempre está en su agenda viajera (en noviembre o en mayo), ya que en la capital nipona hay una exitosa réplica de su restaurante del Maresme. El año que viene Sant Pau Tokio, en Nihonbashi, cambiará su ubicación al hotel Kitano. Hoy la chef suma siete estrellas Michelin con sus tres restaurantes de Tokio, Barcelona y Sant Pol de Mar. Pero la que ha sido durante varias temporadas la cocinera con más estrellas del mundo (este año a la par con la francesa Anne-Sophie Pic) perderá tres este sábado 27 de octubre, cuando cierre Sant Pau. "No nos jubilamos, nos reinventamos”, dice Ruscalleda, que mantendrá en el lugar una “cocina estudio” para seguir “explorando nuevos caminos”.
Boletín
En 2019 una exposición antológica en el Palau Robert de Barcelona repasará la historia ejemplar de esta mujer autodidacta que logró llegar al Olimpo culinario.