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Comer
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El Invernadero, la enciclopedia vegetal de Rodrigo de la Calle

En su nuevo local de Madrid, el chef sirve las hortalizas fermentadas, en espuma o crudas

Sala del restaurante El Invernadero, de Rodrigo de la Calle, en Madrid.
Sala del restaurante El Invernadero, de Rodrigo de la Calle, en Madrid.Santi Burgos
José Carlos Capel

Ni soy vegetariano ni practico el veganismo, cocino las verduras porque me gustan”, afirma Rodrigo de la Calle. En su restaurante, trasladado a Madrid en primavera desde su anterior ubicación en Collado Mediano, el cocinero se ha rodeado de elementos estéticos verdes para aislarse del asfalto. Pocos profesionales de la alta cocina almacenan en su memoria gustativa una enciclopedia vegetal de semejante envergadura. Maneja brotes, raíces y primicias con la misma desenvoltura que recurre a verduras orientales, hierbas silvestres, trufas, frutos secos o mezclas de especias. Siempre sin posturas radicales. Hace años se atrevió a invertir la jerarquía de las proteínas para convertir las salsas de origen animal en guarnición de los vegetales; creó el movimiento Gastrobotánica, y hasta hace poco ejerció de asesor del desaparecido Joël Robuchon para el diseño de platos vegetales de la cadena Atelier del gran cocinero francés.

Puntuación: 7,5
Pan7,5
Bodega7
Café

8,6

Ambiente8
Aseos7,5
Servicio6,5
Cocina7,5
Postres7,5

Ninguna de sus composiciones en El Invernadero es fruto del azar. Fermenta y encurte las hortalizas, las hierve o las saltea, las convierte en cremas o espumas y las sirve crudas. Bajo el concepto Vegetalia ampara propuestas, no todas igualmente conseguidas, que arriesgan a veces en armonías extremas. Sobre una tostada de pan de arroz y hongos con crema de aguacate ahumado, ralla trufa dulce de Hungría para emular la sensación de un fuagrás vegetal con las notas terrosas de la trufa. Otro de sus clásicos, el tartar de remolacha, lo presenta en versión renovada con arándanos, espuma de vinagre japonés y pimienta rosa.

Plato de cebolla y algarrobo del restaurante El Invernadero, en Madrid.
Plato de cebolla y algarrobo del restaurante El Invernadero, en Madrid.Santi Burgos

A menudo se inspira en recetas tradicionales. La lechuga trocadero con espuma de queso azul a la ficocianina, plato discreto, surge de las clásicas endibias con roquefort. Y sus judías verdes sobre el puré de patatas de Robuchon con salsa demi glas y trufa uncinatum nace de las vainas con patatas al ajillo. El menú prosigue con un arroz en caldo de cocido, setas shiitake y berros de jardín. Continúa con el símil de ajo blanco con almendras tiernas y pasta de soja amarilla con borrajas, y concluye con los salsifíes al jugo de tendones de vaca. Al final aguarda la sopa china 100% vegetal con setas enoki y shimeji.

En suma, un desfile de sensaciones que desmitifica el papel de los vegetales en la alta cocina del futuro.

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Ninguno de sus postres (crema helada de remolacha azucarera con trufa dulce; natillas de melocotón con coco) desmerece, al contrario. Ni tampoco sus panes, ni las bebidas fermentadas y jugos de la casa.

El Invernadero

  • Dirección: Ponzano, 85 (Madrid).
  • Teléfono: +34 628 93 93 67.
  • Web: elinvernaderorestaurante.com
  • Cierra: cerrado domingo, lunes y festivos.
  • Precio: entre 75 y 150 euros por persona. Menús: Vegetalia Power (12 platos con bebidas y café), 135 euros. Vegetalia (misma extensión que el Vegetalia Power, pero sin bebidas), 95 euros. Vegetalia Lunch (solo mediodía, 8 platos con copa de vino, pan y café), 65 euros.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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