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Amberes, más barroca que nunca

La ciudad de Rubens celebra el festival cultural Amberes Barroca 2018. Un recorrido por sus museos, edificios clásicos y contemporáneos y por el barrio de los diamantes

Las oficinas portuarias de Amberes proyectadas por Zaha Hadid.
Las oficinas portuarias de Amberes proyectadas por Zaha Hadid.Hufton and Crow (age)

Hay muchas y buenas razones para viajar a Amberes: es el centro mundial del comercio de diamantes, una ciudad a la vanguardia de la moda, tiene un patrimonio artístico indiscutible y, pese a todo, ha sabido conservar el encanto y tranquilidad de una ciudad pequeña. Este año, además, hay que visitarla para empaparse de Barroco, con mayúsculas y a lo grande: la ciudad de Rubens celebra el festival cultural Amberes Barroca 2018, y lo hace por todo lo alto, para sumergir a propios y extraños en este estilo artístico exagerado e intenso.

Más información
Consulta la guía Lonely Planet (lonelyplanet.es) de Bélgica y Luxemburgo.

Amberes es la gran capital del barroco y mucho más: es la segunda ciudad de Bélgica y su mayor puerto; es la capital de lo cool y del arte. También presume de haber creado la primera Bolsa del mundo, en 1531; el primer periódico, en 1606, y de haber levantado el primer rascacielos de Europa, en 1928. Con este dinamismo y creatividad ha sabido resurgir una y otra vez, e incluso tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial aún conserva un valioso casco medieval con muchos cafés, una fortaleza y una impresionante catedral, que se complementan con modernos museos de vanguardia y una de las mejores escenas artísticas y de diseño de Europa.

Exterior de la Casa-Museo de Rubens.
Exterior de la Casa-Museo de Rubens.ekin yalgin (getty images)

Rubens y el Barroco

Desde este 2018 la ciudad ha decidido rendir un homenaje a su hijo más ilustre, Peter Paul Rubens, y a su legado cultural. Gracias al pintor, el barroco es un símbolo de esta localidad belga. Amberes Barroca 2018 se ha concebido como una especie de diálogo entre el barroco de Rubens y los artistas contemporáneos, en forma de exposiciones performances y otros eventos: una excusa como otra cualquiera para acercarnos a la ciudad y al personaje.

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La fiesta ha comenzado este mes de junio y se alargará hasta el año 2020, cuando se inaugure el nuevo Rubens Experience Centre y se de por cerrado el Festival Barroco.

El XVII fue el gran siglo de oro de esta ciudad flamenca, que se convirtió en el hogar de grandes artistas, entre los que Rubens destacó por encima de todos. El barroco fue la corriente artística y cultural que triunfó en toda Europa con su estética grandilocuente y recargada que buscaba sobre todo sorprender e impresionar al espectador. De esta época dorada son los principales monumentos de la ciudad, alguno de ellos ligado directamente a la figura de Rubens, como la Casa-Museo de Rubens. Este año, la Rubenshuis amplía su colección privada, resalta la vida y el trabajo del pintor e inaugura el jardín y el pórtico de la casa después de haber sido restaurados con todo mimo.

Para seguir la ruta por los rincones más ligados al barroco, la ciudad ha preparado un recorrido guiado, Baroque electifies, que puede ser una primera toma de contacto con esta corriente artística. Otra ruta guiada está ligada directamente a Rubens, y visita los lugares en los que vivió o frecuentó hasta las iglesias que exponfen su obra. Pero el festival va más allá de este artista y recuperará otros personajes de la época como la desconocida y enigmática Michaelina Wautier, una artista de la misma época que se hizo famosa cuando las pintoras femeninas eran una auténtica rareza. Se puede ver la interesante exposición sobre el personaje y su obra en el museo MAS. El festival también se enriquece con artistas barrocos contemporáneos, como los que se podrán conocer en la exposición Experience Traps del Museo Middelheim, representando todo tipo de disciplinas, pero siempre inspirados en la arquitectura paisajística barroca.

Edificio del museo MAS de Amberes (Bélgica).
Edificio del museo MAS de Amberes (Bélgica).getty images

Del barroco al arte contemporáneo

Amberes no solo es la ciudad del barroco. La pintura clásica de todas las épocas se reúne en el KMSKA, una de las mejores pinacotecas de Europa (cerrada actualmente por renovación), situada en un monumental edificio neoclásico de finales del siglo XIX.

Lo contemporáneo se ha convertido en otra de las señas de identidad de la dinámica y creativa Amberes. El museo MHKA está considerado uno de los mejores centros de arte contemporáneo del país y alberga una de las principales exposiciones del festival barroco. En el FoMU se reúne una magnífica historia de la fotografía contemporánea. Aunque el gran museo hoy por hoy es el MAS, abierto en 2011. Este edificio de 10 plantas es un museo-galería en el que cada piso se centra en un tema concreto y lo ilustra con medios diversos, que van desde pinturas de los maestros antiguos hasta objetos tribales o instalaciones de vídeo. No hace falta pagar por subir por las escaleras mecánicas externas hasta la azotea del MAS y contemplar una magnífica vista de Amberes.

Una de las salas de la casa Plantin-Moretus, sede de la primera imprenta del mundo.
Una de las salas de la casa Plantin-Moretus, sede de la primera imprenta del mundo.De Agostini (getty images)

Un paseo por el Casco antiguo

Varias casas-museo albergan colecciones artísticas e interiores medievales de valor incalculable. Resultan impresionantes y tienen un encanto particular. Si solo podemos ver una, la mejor es la casa Plantin-Moretus, un museo excepcional que es patrimonio mundial de la Unesco. Se trata de la sede de la primera imprenta del mundo, y museo desde 1876. El edificio medieval y el patio ajardinado de 1622 justifican la visita. Unos manuscritos de valor incalculable y unos tipos móviles originales la convierten en una experiencia inolvidable. A esto se le añade una biblioteca preciosa con libros muy valiosos y una colección de pinturas en la que no falta Rubens.

Hay otras casas interesantes, como la Rubenshuis; la Rockoxhuis, casa del mecenas de Rubens y humanista del siglo XVII; Nicolaas Rockox, la casa neogótica que alberga la colección artística de Mayer van den Bergh, con obras excepcionales, y otros edificios destacados como la Maagdenhuis, hoy museo de arte sacro, que de 1553 a 1828 funcionó como orfanato y asilo infantil.

Sin salir del casco antiguo, ni del entorno rubeniano, conviene completar el circuito barroco visitando la excepcional iglesia barroca de San Carlos Borromeo, diseñada para exponer los grandes lienzos de Rubens (que hoy están en Viena).

Vestíbulo de la estación Antwerpen-Centraal, de 1905 y recientemente remodelada.
Vestíbulo de la estación Antwerpen-Centraal, de 1905 y recientemente remodelada.getty images

Diamantes, animales y trenes

En torno a la estación principal del tren encontramos varios de los lugares más representativos de Amberes, empezando por la propia estación, Antwerpen-Centraal, de 1905, que es una de las referencias imprescindibles para moverse por la ciudad. Está considerada una de las estaciones de ferrocarril más hermosas del mundo y ahora, tras una reforma integral reciente, resulta además muy funcional. Muy cerca de allí, el zoo de Amberes es uno de los más antiguos del mundo (1843), pero tiene instalaciones muy modernas y un programa de conservación pionero.

Y la tercera joya de esta zona es Diamant, donde se concentra el 80% del comercio mundial de diamantes en bruto. Los cuatro severos edificios de las lonjas están en dos calles peatonales (Hoveniersstraat y Schupstraat) fuertemente vigiladas, donde se encuentran también bancos indios, empresas de transporte especializadas, “hervidores” de diamantes y el organismo regulador de la industria, el HRD Antwerp. Hoy este sector está dominado por los indios, pero tradicionalmente estuvo en manos de judíos ortodoxos, cuya imagen con abrigos negros, sombreros de ala ancha y largos tirabuzones eran una estampa muy característica de Amberes. La cuidad perdió dos tercios de su población judía durante la Segunda Guerra Mundial.

Interior del museo instalado en la terminal de embarque del puerto Red Star Line, en el que se recuerda la historia de la inmigración.
Interior del museo instalado en la terminal de embarque del puerto Red Star Line, en el que se recuerda la historia de la inmigración.Michael Jacobs (getty images)

De cervezas y barcos

Más de dos millones de pasajeros salieron de Amberes en barcos de la Red Star Line entre 1873 y 1934, en su mayoría con destino a Estados Unidos. Hoy se recuerda la historia de esta emigración masiva en el museo instalado en la terminal de embarque (cerrado hasta el 21 de septiembre), con fotografías, recreaciones y objetos en una exposición que emociona. La torre de observación del Red Star Line Museum brinda vistas magníficas y es también una referencia a la chimenea original del edificio, que guiaba hasta los muelles a los pasajeros que llegaban a la estación Antwerpen-Centraal.

Otro museo interesante e interactivo es el de la histórica fábrica de cerveza de Amberes, De Koninck, un templo a la bebida favorita de la ciudad y un ejemplo de arquitectura industrial de principios del siglo XX. Hay circuitos autoguiados que terminan inevitablemente en degustación de cerveza y en la inevitable tienda para comprar.

Una de las calles del barrio para las compras de Meir.
Una de las calles del barrio para las compras de Meir.chris mueller (getty images)

Arte y moda en Amberes

Siempre a la vanguardia de la moda, Amberes supo revolucionar el arte en el siglo XVII y lo sigue haciendo hoy. Por un lado, luce un perfil dominado por uno de los chapiteles de piedra más espectaculares de los Países Bajos y casas-museo medievales. Por otro, es una ciudad dinámica con museos de vanguardia, una intensa vida nocturna y el prestigio de ser una de las capitales europeas del diseño. El territorio de los fashionistas está un poco alejado del casco antiguo, en Sint-Andries y continúa hasta t’Zuid, la zona de la vida nocturna y los museos.

El papel de Amberes como uno de los líderes mundiales en el sector de la moda se remonta a finales de la década de 1980, cuando los provocativos pases celebrados en Londres y París catapultaron a la fama a media docena de graduados en Diseño por la Real Academia de Amberes.

La figura más prominente del grupo, conocido como Los Seis de Amberes, es Dries Van Noten, con sus coloristas vestidos bohemios. El artista conceptual y diseñador Walter Van Beirendonck, creador de vestuarios para estrellas del rock y bailarinas, mezcla la ropa discotequera más delirante y futurista con ideas posmodernas que abarcan desde la biotecnología hasta los extraterrestres. Y los diseños intemporales de Ann Demeulemeesters dan primacía al monocromatismo, con frecuencia centrados en el negro.

En el espacio de unas pocas calles podemos encontrar decenas de boutiques de diseñadores junto con una gran variedad de ropa urbana, outlets, tiendas de ropa vintage y establecimientos de grandes cadenas. Es una concentración muy cómoda para los compradores. Basta con pasear por la Nationalestraat, Lombardenvest, Huidevettersstraat y Schuttershofstraat, sin olvidar Kammenstraat para ropa de calle y diseñadores emergentes.

Las oficinas portuarias de Amberes, proyectadas por la arquitecta Zaha Hadid, inauguradas en septiembre de 2016.
Las oficinas portuarias de Amberes, proyectadas por la arquitecta Zaha Hadid, inauguradas en septiembre de 2016.Peter Braakmann (getty images)

Del barroco al ‘art nouveau’

En Zurenborg nos espera otra Amberes muy diferente a la del casco antiguo. La elegancia de este barrio residencial se debe a que fue una de las pocas zonas con planificación urbanística; su rico conjunto de fachadas belle époque, neoclásicas y art nouveau data de 1894-1914. Los balcones de hierro forjado, miradores, azulejos de pizarra, vidrieras y mosaicos suelen ponerse al servicio de un tema determinado. Por ejemplo, en el número 11 y 30 de Waterloostraat unos mosaicos celebran la batalla de Waterloo, y en el cruce con Generaal Van Merlenstraat los mosaicos representan las cuatro estaciones. Otra de las casas más representativas es la Casa de los Girasoles, probablemente la más refinada de todas, con formas orgánicas y remolinos pintados de blanco, negro y dorado.

También encontramos algunas obras maestras aisladas del art nouveau en t’Bootje, detrás del KMSKA, una extravagante casa que parece la proa de un buque con un sorprendente balcón esquinero (cerrado actualmente por renovación). Pero el edificio más cautivador de la ciudad es probablemente el Help U Zelve, construido en 1901 por los arquitectos Van Asperen y Van Overbeke como sede central del Partido Socialista, que se adorna con mosaicos de trabajadores del campo —desnudos— y forjados sinuosos con motivos orgánicos y ventanas curvas.

Ya fuera de su entorno medieval, barroco y art nouveau, Amberes ha seguido inspirándose e innovando y prueba de ello es la nueva y excéntrica arquitectura de los últimos años, como las oficinas portuarias de Zaha Hadid o el Palacio de Justicia, que se distingue por sus relucientes velas de titanio. Obra de Richard Rogers, el edificio no llegó a alcanzar la relevancia arquitectónica que esperaba la ciudad.

Vista de la ciudad de Amberes desde el río Escalda.
Vista de la ciudad de Amberes desde el río Escalda.getty images

El puerto de Amberes

Estamos en el este de Flandes, en un puerto bien protegido por el ancho estuario del Escalda. Y este puerto al que Amberes debe su razón de ser es una de sus visitas más atractivas y sorprendentes. Debido a sus enormes dimensiones, la experiencia de atravesarlo en coche es increíble. El cuarto complejo portuario más grande del mundo (el segundo de Europa después de Róterdam) es un surrealista laberinto de grúas, patios de carga, pilas de contenedores, muelles, tuberías, vías ferroviarias, depósitos de mercancías y refinerías petroquímicas que se extiende hasta la frontera holandesa, todo cuidadosamente colocado entre los restos de herbosos pólderes.

Hay cruceros cortos y largos que permiten hacerse una idea del puerto y lo que comporta. Resulta curioso ver los restos de algunos de los pueblos que con la ampliación del puerto en la década de 1960 quedaron abandonados. De la mayoría solo queda una torre de iglesia o un molino de viento, a excepción de Lillo, con dos calles y 40 habitantes, que se ha conservado dentro de una antigua fortaleza a orillas del Escalda. En asombroso contraste con su entorno industrial, la pequeña plaza del pueblo se anima cuando los cafés instalan sus terrazas en las soleadas tardes de domingo.

Mas información en www.lonelyplanet.es y en la guía Lonely Planet de Bélgica y Luxemburgo.

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