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Basilea y la fiesta del arte

La galerista Amelie Aranguren propone varias rutas artísticas por la ciudad suiza a la orilla del Rin

La galerista Amelie Aranguren.
La galerista Amelie Aranguren.

Como responsable de la galería de arte Max Estrella de Madrid, Amelie Aranguren recorre ferias de arte de todo el mundo. Una de las más señeras es Art Basel, celebrada anualmente en Basilea (Suiza), ciudad que ella recomienda visitar a toda costa.

¿Disfrutó de Basilea aunque tuviera que trabajar? 

Mucho. Es una feria muy antigua, la meca del arte contemporáneo. A su alrededor han ido surgiendo otras pequeñas ferias alternativas también durante el mes de junio, así que la ciudad se convierte en un gran evento. Los museos, además, programan sus mejores exposiciones.

Por la noche, ¿hay algún lugar donde se reúnan los participantes? 

Sí, en la Kunsthalle. Es un centro de arte que tiene un patio al aire libre donde encienden bombillitas y sirven bebidas. Allí se junta todo el mundo. Aunque hayas tenido una cena de postín, acabas en ese ambiente verbenero tan típicamente suizo.

Sugiéranos una ruta diurna centrada en el arte.

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A mí me gusta mucho ir a la Fundación Beyeler. Su jardín es espectacular. Para mí es el museo más bonito del mundo: tiene una colección tanto clásica como contemporánea. Y una bellísima instalación de los Nenúfares de Monet que da al jardín. Otro lugar que frecuento es SALTS, a las afueras. Me gusta tomar el tranvía para llegar hasta allí: es un centro de arte alternativo menos visitado en el que invitan a artistas a sugerir propuestas específicas para ese espacio. Y después está el Kunstmuseum, que tiene tres sedes.

¿Con cuál de las tres se quedaría?

Con Gegenwart. Es la primera ampliación del edificio histórico, allí exponen las obras de los grandes del arte moderno y tiene una sala dedicada a Joseph Beuys. Además, está junto al río.

Se refiere al caudaloso Rin… 

Así es. El río es lo mejor de Basilea. Los que viven allí se compran unas bolsas-flotador llamadas Wickelfisch, donde guardan la ropa y así se pueden desplazar nadando. El efecto visual es el de miles de bolitas de colores con gente que se deja llevar. Yo me bañé también, pero sin la bolita.

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