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Almería, calma al pie de la Alcazaba

Tapeo por la calle Real, pescadito del puerto en el restaurante La Lonja, un baño en el ‘hammam’ Almeraya y música en vivo en La Guajira junto al recinto amurallado árabe del siglo XI

Los baños del hotel Aire, en Almería.
Los baños del hotel Aire, en Almería. Juan Serrano Corbella

Buen clima, gente sociable y callejera, el tapeo (con tapa gratis) como santo y seña, el mar a la vista. Eso es Almería, de 195.000 habitantes, a lo que se une la Alcazaba o el agradable paseo de la Rambla, eje norte-sur que une el poniente y el levante urbano como una cremallera bien diseñada. ¿Recomendación para el viajero? No se quede en lo evidente, rasque un poco porque debajo del hormigón de la superficie hay muchísima historia (la ciudad fue fundada en el año 955 por Abderramán III) y rincones muy bonitos.

javier belloso

9.00 Desayuno con vistas al mar

Almería disfruta de una temperatura promedio de unos 18 grados y es una de las ciudades españolas con más horas de sol anuales, cerca de 3.000, con lo que, por una mera cuestión de probabilidad, el viajero tiene muchas papeletas para poder sentarse en alguna terraza del paseo marítimo de Carmen de Burgos (1) bajo un cielo azul y con vistas al mar en cualquier época del año. El Café París se encuentra en pleno meollo, pero merece la pena alejarse un poco y desayunar en Maricastaña (avenida del Cabo de Gata), donde también se puede tapear. La Trattoria del Mar, El Rincón de Yebra, El Portón de la Bahía o las Terrazas Almadrabillas (la una para comer, la otra para el café, ambas en la plaza de los Periodistas) son otras posibilidades. El paseo marítimo arranca en realidad en el Cable Inglés (2) (un bien de interés cultural ejemplo de la arquitectura del hierro construido según las directrices de la escuela de Eiffel a principios del XX) y el pequeño parque urbano a sus pies (con el monumento a los 142 almerienses víctimas del Holocausto) y llega hasta la Universidad, a unos siete kilómetros hacia levante.

12.00 El parque de las Familias

Remontando ciudad adentro la avenida del Mediterráneo, que confluye con el paseo marítimo en la zona de El Palmeral, con el Auditorio Maestro Padilla (en la plaza de Alfredo Kraus) como edificio significativo, se llega al parque de las Familias (3) (avenida del Mediterráneo, 71): un enorme y bien equipado espacio lúdico para niños que en 2016 recibió el Columpio de Oro al mejor parque infantil de España.

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El Museo Arqueológico Provincial de Almería.
El Museo Arqueológico Provincial de Almería.Luis Asín

13.00 Bares con historia

El casco antiguo de Almería (4) zigzaguea entre la calle Real, la plaza del Ayuntamiento y el parque de Nicolás Salmerón, y simplemente hay que pasearlo. La plaza de Bendicho, con el antiguo palacio de los Puche y la antigua Casa de la Música; la casa del poeta José Ángel Valente; los archivos Histórico y Municipal. Y si es con una caña en la mano, pues mejor. El centro está trufado de bares históricos como El Quinto Toro (Juan Leal, 6) o Casa Puga (Jovellanos, 7). Acompañando a este último han surgido otros como La Mala (­Real, 69), La Consentida (plaza de Antonio González Egea), Entremares (calle de las Tiendas, 31) o El Jurelico (Jovellanos, 12), que brujulean entre los conventos de las Puras y de las Claras y han convertido la calle Real y aledaños en epicentro del tapeo. En los alrededores de la catedral-fortaleza (5), del XVI, una bodega clásica como Montenegro (plaza del Granero, 3) convive con recién llegados como Patio de Vecinas (Arco, 3) y con un coqueto hotel-boutique, Catedral, con restaurante y barra. Los Aljibes Árabes tienen encima la terraza de la peña El Taranto (Tenor Iribarne, 20). El Alcázar (Ricardos, 7) y su famosa plancha de pescado se asoma al paseo y a la Puerta de Purchena, con la Casa de las Mariposas (6) como faro y los refugios de la Guerra Civil (7) (plaza de Manuel Pérez García) en su subsuelo.

14.00 Subasta tras los ventanales

Nos detenemos en el parque Nicolás Salmerón (8) camino del puerto pesquero, donde aparece un restaurante con mucho sabor: La Lonja (9) (carretera de Málaga, s/n), con vistas espectaculares del muelle; los comensales que alargan la sobremesa pueden ver, a un lado, los barcos llegando a puerto y, a otro, la subasta del pescado. Enfrente, al otro lado de la carretera, y siempre a rebosar, el café bar Los Sobrinos (carretera de Málaga, 29).

15.30 A la hora del té

La Alcazaba (10) (siglos X-XI), con sus tres recintos amurallados (el último, del XVI) y el Parque de Rescate de la Fauna Sahariana a sus espaldas, en el barranco de La Hoya, cerró 2016 con nuevo récord: más de 281.000 visitantes. Su tirón turístico y un creciente orgullo de pertenencia a la Almedina, el barrio que reposa a sus pies, del que arranca la ciudad, comienza a revitalizar la zona tras años de abandono. El restaurante-tetería Almedina (11) (Paz, 2) se instaló aquí hace 15 años, y la reciente apertura de la tetería Almedina Baraka (Almanzor, 27), con la misma filosofía de servir tés, comidas y tapas marroquíes a cualquier hora del día que su hermana mayor y unas vistas impresionantes desde sus terrazas, confirma que la apuesta de hace tres lustros fue acertada.

El Cable Inglés, cargadero de mineral que unía la estación con el puerto, fue terminado en 1904 y es un extraordinario ejemplo de arquitectura industrial en hierro.
El Cable Inglés, cargadero de mineral que unía la estación con el puerto, fue terminado en 1904 y es un extraordinario ejemplo de arquitectura industrial en hierro.Lucas Vallecillos (Age fotostock)

16.30 Una piscina en la azotea

La plaza del Ayuntamiento, o Plaza Vieja, con su Monumento a los Coloraos (El Pingurucho), dedicado a quienes se alzaron en 1824 contra el absolutismo de Fernando VII y a favor de la Constitución de 1812, acoge el elegante hotel Aire (12), con piscina en la azotea y baños árabes que prometen “un viaje de sensaciones”. El pequeño hammam Almeraya (13) (Perea, 9), cerca de la calle musulmana-judía de las Tiendas, también es tetería y organiza espectáculos y actuaciones musicales. De ahí seguimos por la ruta cultural almeriense hasta el Museo Arqueológico Provincial (14) (carretera de Ronda, 91), de los arquitectos Ángela García de Paredes e Ignacio Pedrosa, que centra su exposición permanente en las dos grandes culturas prehistóricas que distinguen la provincia: Los Millares y El Argar.

21.00 Cena en la avenida

En los alrededores de la avenida del Mediterráneo se encuentran los dos centros comerciales de la ciudad y restaurantes como el reciente Espacio Gastronómico Tony García (15) en el Avenida Hotel Almería (avenida del Mediterráneo, 281), el pequeño y exquisito Salmantice (Costa Balear, 16) o la Dehesa Gastronómica, tienda y restaurante especializado en ibéricos (Haza de Acosta, 58). Después de la cena, música. Clasijazz (16) (Maestro Serrano, 9) es una activa sala de conciertos en marcha desde 2012, junto con La Guajira (Cruces Bajas, 1), que también nació ese año y tiene a su favor su ubicación, a los pies de la Alcazaba, con grandes vistas desde su terraza. Los viernes, flamenco abierto al público en la cueva de El Morato (17) (Manuel Vicente, s/n).

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