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En los cafés de Budapest

El último libro de viajes del escritor Sergi Bellver debe su origen a los tres meses que pasó en la capital húngara

El escritor Sergi Bellver.
El escritor Sergi Bellver.

Este otoño, Sergi Bellver anda saltando por la Península y Baleares para presentar Variaciones sobre Budapest (La Línea del Horizonte, 2017), un libro de viajes que combina la crónica, el dietario personal y el ensayo literario. El texto debe su origen a los tres meses que el autor pasó en la capital húngara.

¿Planeó su estancia en Budapest a conciencia?

La verdad es que yo iba por una semana nada más, a visitar a una amiga. Pero me dejaron un apartamento en un barrio obrero y allí me quedé.

¿Qué estación del año le tocó vivir?

Fueron dos: el otoño de 2015 y la primavera de 2017. Budapest tiene un clima muy seco con cuatro estaciones muy marcadas y un invierno gélido. El otoño es esplendoroso.

Cuéntenos su vida cotidiana allí.

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Me levantaba temprano para escribir. Después de comer salía a dar vueltas casi a diario. También iba mucho al Instituto Cervantes, porque la biblioteca tenía un buen fondo de literatura húngara traducida al castellano.

¿Se dejaba caer por algún café a leer?

Sí, porque en Budapest ese plan es casi obligatorio. Me gustaban el New York y el Gerbeaud, los dos más decimonónicos. También iba al Muvesz, que está frente a la ópera.

¿Y la música?

Intenté descubrir a los músicos de allí. Repasé a Liszt, pero también descubrí a algunos violinistas húngaros y al compositor contemporáneo Mihaly Vig, que ha escrito las bandas sonoras de algunas películas de Béla Tarr.

Le daría tiempo a diseñar sus rutas personales por Budapest.

Me interesaba particularmente descubrir la periferia, porque en el centro monumental había mucha gente, aunque aún no haya saturación turística. Algo que hacía de vez en cuando era subir a un tranvía sin pensar adónde me llevaba, y una vez que me había perdido, me bajaba y ya veía qué hacer. También monté en el único ferrocarril de cremallera que hay en Budapest, la línea 60. Es un tren que funciona desde 1874 y que sube hasta las colinas de Buda, en la orilla derecha del Danubio.

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