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Nuestro crítico elige su hotel barato y su hotel caro preferidos en España

Experiencias únicas y muy diferentes en dos alojamientos de precios dispares. La clave del éxito no está escrita

Interior del hotel Les Cols Pavellons, en Olot (Girona).
Interior del hotel Les Cols Pavellons, en Olot (Girona).

Un asombroso hotel caro

Les Cols Pavellons (Olot, Girona). Habitación doble: 340 euros

Está catalogado como una pensión. Pero Les Cols Pavellons (Avenida de les Cols, s/n; +34 699 81 38 17), en Olot (Girona), es uno de los establecimientos con el precio medio más alto de España. Y este año ha sido merecedor de la más elevada distinción internacional por su diseño: el Premio Pritzker, que es el Nobel de arquitectura, ganado por el estudio RCR, de los arquitectos Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramon Vilalta.

Cuando Judit Planella se lo encargó no tenía la más remota idea de que tocaría el cielo a diario en estos pabellones de cristal que hoy constituyen su casa y la de cientos de viajeros llegados de todas partes del mundo. Pero sí tenía claro que la hospitalidad no es pura necesidad fisiológica de aposento, sino un recreo psicológico de los sentidos. Ella perseguía un sueño único, una aproximación al concepto de no lugar. Y obtuvo de los arquitectos hoy laureados una ensoñación incorpórea de la belleza entre cristal. Judit lo declama con estas palabras poéticas: “Estar solo ante la noche y el vacío, refugiado entre muros donde lo opaco y los reflejos del cristal se mezclan en un virtuoso juego de luces y agua, para volver a sentir aspectos de la naturaleza que creíamos olvidados”.

La ubicación

Una de las curiosidades de este alojamiento es su paradójico emplazamiento: el polígono industrial de Olot. Porque es muy fácil construir un hotel de lujo en un paisaje tan relevante como el del parque natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, por ejemplo. Pero hacerlo entre factorías requiere mucho talento.

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La cama

Fachada de la Venta de Ulzama, en Navarra.
Fachada de la Venta de Ulzama, en Navarra.

No existe. Les Cols es un no lugar. Sobre el pavimento de vidrio transparente flotan unas colchonetas viscoelásticas de color esmeralda que se transforman en sofá, tapiz o cama. Aparece y desaparece. Se abre o se cierra. El huésped decide. Y por la noche se vuelve nido para, en su horizontalidad, ver pasar la Luna.

El desayuno

Tampoco hay desayunador en este no lugar. Los huéspedes no se encaminan hacia la primera colación del día, sino que es esta la que viene a ellos. La anfitriona lo sirve en los pabellones a la hora convenida. Productos locales elaborados para la casa. Aromas y sabores en concierto sensorial con su alma de cristal.

Y un encantador hotel barato

Venta de Ulzama (Ulzama, Navarra). Habitación doble: 70 euros

Muchos recordarán aquella sinuosa carretera del puerto de Belate, entre Pamplona y San Sebastián, atestada de camiones. El viaje se hacía tan largo que nadie soslayaba una parada en la Venta de Ulzama. Entre chupitos, humo de tabaco y olor a gasolina, el asfalto cedía su dominio al paisaje verde de Navarra y a la hospitalidad de la familia Díez de Ulzurrun, cuarta generación de hosteleros hoy representada por Felisa Goñi y su nuera Inma Berberena.

El túnel de la autopista evita ahora el ascenso al puerto y, con ello, la posada se ha quedado aislada en un hayedo. Hogar, atención y buenos alimentos retienen al viajero en busca de soledad. Las anfitrionas se la aseguran con elegante discreción. Un regusto a venta vieja asciende por las escaleras. Un piso primero, luego el otro. La habitación 206 es quizá la más coqueta, con sus cabeceros de madera, viguería a la vista y ventanuco. Si el tiempo acompaña, nada como ensimismarse bajo el porche con un pacharán. A poco que se respete el silencio, una manada de 20 ciervas propiedad de la venta saldrá de la espesura a buscar esparcimiento en la campa.

Ubicación

Pasar la noche en medio de una nevada como las que azotan esa zona del Prepirineo navarro es una experiencia inolvidable. En verano, la fachada exhibe balcones prendidos de geranios y dentro de la venta las labores de encajes envuelven las resmas de pañuelos en las habitaciones.

La cama

Las sucesivas reformas han dejado la venta en un estado actual de revista al que no se le puede criticar ya ni aquella decoración de miriñaques que endulzaba la noche antaño. Especialmente satisfactoria es la cama matrimonial de la habitación 103, desde la que admirar los montes de hayas que resguardan el caserío.

El desayuno

En los bajos de la venta descubrimos una auténtica factoría de leche cuajada. Es el plato fuerte del postre y de los desayunos. Elaborada con las mismas piedras candentes utilizadas hace más de un siglo, esta cuajada artesana tiene fama de ser la mejor de Navarra. Especialmente si doña Felisa pone el pote sobre la mesa.

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