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La verdadera ruta del bacalao

La traductora Ana Flecha vivió un tiempo en la ciudad de Bergen y sigue con saudades de sus viajes por el norte de Noruega

La traductora Ana Flecha.
La traductora Ana Flecha.

Pasó un año en un pueblito noruego enseñando español, para después vivir un tiempo en Bergen. Ahora traduce narrativa de esta lengua escandinava al castellano y sigue con saudades de sus viajes por Noruega, como esta excursión al norte del país.

¿Qué esperaba ver en el Norte?

Yo siempre había querido ir a la isla de Senja y a Tromso. Cuando mi madre vino a visitarme un verano, decidimos ir juntas. Imaginaba montañas escarpadas, paisajes sin árboles, sol de medianoche…

¿Fue fácil llegar hasta el Ártico?

Desde mi pueblo, Flekke, viajamos en autobús y en ferri hasta Bergen. De ahí tomamos un avión al sur, a Oslo, para por fin volar al extremo norte, a Tromso. En carretera habríamos tardado cuatro días.

¿Qué es lo mejor de Tromso?

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Merecen la pena los secaderos de bacalao. Son estructuras de madera de las que se cuelga el pescado para ponerlo a secar. Parecen tendederos. Están en la costa, al aire libre. En otro sitio secan las cabezas para hacer pienso; ves kilómetros de ellas…, dan bastante miedo.

¿Se les pegó el olor?

No lo recuerdo, pero sí es cierto que cuando trabajé en el Museo Hanseático de Bergen había bacalao expuesto para los visitantes y la ropa sí que acababa oliendo.

A la hora de comer, el bacalao será el plato estrella. Exacto. Se puede comer de varias formas: le das con un martillo, lo rompes y lo chupas. Así lo comían los vikingos. O lo sumergen en agua para hidratarlo. En Navidad lo meten en sosa cáustica para que quede gelatinoso, después lo lavan muchas veces y se lo comen. Pero yo no lo he probado. Lo que sí compramos a un paisano fue un bacalao seco entero para traerlo a España.

Y nos falta la islita…

A Senja fuimos en barco desde Tromso. No la vimos entera porque en Noruega son muy ecológicos: apenas intervienen en la naturaleza, así que no hacen túneles en las montañas y hay que dar muchas vueltas para llegar a un sitio. Senja tiene todos los paisajes noruegos: montañas, fiordos y playa.

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