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Aperitivo modernista en Reus

Un paseo por la ciudad natal de Antoni Gaudí y Marià Fortuny con paradas en la Casa Navàs, de Lluís Domènech i Montaner, y en el Museo del Vermut. Y al final del día, cena junto al mar en Cambrils

Patio del Museo del Vermut, en Reus, instalado en un edificio de estilo modernista y con una colección que supera las 1.300 botellas.
Patio del Museo del Vermut, en Reus, instalado en un edificio de estilo modernista y con una colección que supera las 1.300 botellas.

Algo muy especial debe de tener Reus (Tarragona) para que dos de los más fascinantes creadores de finales del siglo XIX hayan nacido y crecido aquí. Las formas de Antoni Gaudí y los colores de Marià Fortuny colman la memoria de la ciudad. De Gaudí queda la casa donde nació y vivió hasta los 16 años, la iglesia prioral de Sant Pere (de interior gótico, la más antigua de Reus, donde fue bautizado el maestro) con su bellísimo campanario, las Escuelas Pías, una estatua de bronce que representa a Gaudí niño, mucha devoción y un centro que destaca su obra y figura. Del pintor Fortuny queda menos: su casa natal y la memoria de un artista que revolucionó la pintura de su época. El paseo por la calles de Reus descubre también un destacado legado arquitectónico modernista, con 80 edificios catalogados, una oferta gastronómica mediterránea y la huella del vermut, bebida de la que la ciudad tiene mucho que decir.

Interior del Centro Gaudí de Reus (Tarragona).
Interior del Centro Gaudí de Reus (Tarragona).

9.00 Tarta de zanahoria

Comenzamos la jornada en el centro de Reus (más de 100.000 habitantes), en la plaza de les Peixateries Velles (1), a la sombra de la iglesia de Sant Pere (2). La calma invade este espacio en cualquier momento del día, pero es a esa hora de la mañana cuando más se disfruta. Alrededor se alzan antiguos edificios de viviendas de finales del siglo XIX que ciñen la plaza rectangular donde antaño se instalaba el mercado de pescado y que conserva sus antiguos pórticos y una bella entrada de estilo neoclásico. Para desayunar, nos sentamos en una de las mesas del café Simona, donde hornean unas deliciosas tartas caseras; atención a la de zanahoria.

El sonido de las cercanas campanas de Sant Pere nos acompaña por el Carrer Major hasta la plaza del Mercadal (3), auténtico meollo de Reus y en cuyo número 3 se halla la oficina de turismo. Allí nos informan que es imprescindible hacer la Ruta Modernista, que en un par de horas hilvana los grandes edificios de la ciudad, aunque no es posible visitar casi ninguno de sus fantasiosos interiores. También nos instan a recorrer el Centro Gaudí que se encuentra en el mismo edificio: 1.200 metros cuadrados dedicados al gran arquitecto del siglo XX con maquetas, audiovisuales y objetos personales para descubrir al hombre y su obra.

Fachada de la casa de Joaquim Navàs (1901), de Lluís Domènech i Montaner, en Reus.
Fachada de la casa de Joaquim Navàs (1901), de Lluís Domènech i Montaner, en Reus.Joan Capdevila Vallve

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12.00 Fachada escultórica

De vuelta a la plaza del Mercadal, nos detenemos ante la primera parada de la Ruta Modernista y el edificio más bello de Reus, la Casa Navàs (4), de Lluís Domènech i Montaner, de fachada escultórica y considerada uno de los mejores ejemplos del modernismo europeo. Domènech i Montaner construyó esta maravilla entre 1901 y 1908 por encargo de un industrial del textil reusense, quien ubicó aquí su vivienda e instaló su comercio en los bajos. La proyección internacional de Reus a principios del siglo XX, con el comercio y la exportación, se plasma en la suerte de espléndidos edificios que jalonan sus calles, no en vano en esa época era la segunda ciudad más importante de Cataluña, tras Barcelona. Conviene visitar la tienda de la Casa Navàs, perfectamente conservada. Si se desea conocer el interior de la vivienda, hay que concertar cita en la oficina de turismo; merece la pena, ya que se conserva intacta, con sus esgrafiados, mosaicos, cerámica vidriada y mobiliario.

Una mirada alrededor de la plaza nos indica que hay otros edificios notables, como la Casa Pinyol (5) (1910), de Pere Caselles, y el Ayuntamiento (6), de fachada renacentista.

13.00 La hora del vermut

Hay mucho ambiente a esta hora en la plaza del Mercadal, con sus terrazas y el pasear de la gente. Tomamos la calle de les Galanes y en un par de minutos nos encontramos frente a un edificio de ladrillo visto, también modernista, que alberga el Museu del Vermut (7) (Vallroquetes, 7). Una combinación de vino, alcohol y hierbas aromáticas para conseguir este néctar que desde hace unos años vuelve a brillar en las copas y no solo a la hora del aperitivo. Afirman que en 1892 se registró la primera marca de vermut en Reus y actualmente se cuentan más de tres importantes destilerías que lo elaboran según la receta tradicional. El museo, inaugurado en 2014, muestra una colección privada con más de 1.300 botellas, 2.000 marcas de vermut de todo el mundo, etiquetas, carteles…, que se reparten por el edificio, el restaurante, la bodega y las salas de exposición. Pedimos una de las especialidades de la casa, un combinado de berberechos, mejillones y aceitunas Espinaler acompañado con un buen vermut de Reus.

javier belloso

¿Algo ligero para comer? Andando por la calle de Santa Anna se llega al restaurante Color d’Olor de Poma (8) (Santa Anna, 24; 977 59 00 50), cálido, sencillo y agradable, con un menú de mediodía que incluye platos veganos y sin gluten. Justo al lado tienen un local en el que se pueden adquirir artículos gastronómicos de las comarcas de Tarragona, como los cada vez más valorados vinos de Montsant.

16.30 Una línea pentagonal alrededor del centro

El casco antiguo de Reus está hecho para callejear atentos a los detalles. En el Raval de Santa Anna, adosado en la fachada de la casa esquinera con la calle del Vilar, se halla una pequeña escultura (réplica de la original de finales del siglo XIX) a la que llaman Jueu del Raval (9) y que un vecino puso ahí para mofarse de su contrincante tras perder un pleito. El dédalo de calles del centro está circundado por los llamados raval, que trazan una línea pentagonal a su alrededor. Tomamos de nuevo el de Santa Anna para conocer el palacio Bofarull (10) (calle de Llovera, 15) y proseguir con la Ruta Modernista hasta la Casa Rull y la Casa Gasull (11), ambas de Domènech i Montaner, y llegar a la plaza de Prim, dedicada a otro de los hijos ilustres de Reus, el general Prim, donde se halla el teatro Fortuny (12), gran institución cultural.

18.00 El pabellón de los distinguidos

La Ruta Modernista estaría incompleta sin la visita al Institut Pere Mata (13), que Domènech y Montaner comenzó a construir en 1898 basándose en el mismo esquema de pabellones que utilizó para el barcelonés hospital de Sant Pau, una de sus obras cumbre. El Institut, todavía en activo, es espectacular. Está situado en las afueras de la ciudad y solo se puede acceder al llamado pabellón de los distinguidos (construido para los pacientes adinerados), bellísimo, con una rica ornamentación. Algunos sábados se organizan visitas teatralizadas.

20.00 A 10 kilómetros, la playa

La playa está a menos de 10 kilómetros de Reus y en Cambrils la oferta de buenos restaurantes de pescado está más que asegurada. Elegimos L’Indret de Cambrils (14) (Josep Iglesias, 40; 977 79 34 26) para degustar pescado y marisco de lonja y verduras y frutas de su huerto ecológico en su magnífica terraza a pie de playa. Tras la cena, una copa en cualquier chiringuito de playa será el colofón perfecto del día.

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