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Las piscinas de hotel más alucinantes

De piletas con vistas a los Alpes suizos a un chapuzón en aguas rojas en Tailandia, diez baños idílicos

Piscina infinita del hotel The Cambrian, en Adelboden, en Suiza.
Piscina infinita del hotel The Cambrian, en Adelboden, en Suiza.

Es sabido que el universo es finito, pero ilimitado. Por ello es incorrecto denominar piscina de horizonte infinito a aquella cuyo horizonte es finito, aunque ilimitado. Más allá de su término, convengamos que este tipo de piletas se ha puesto de moda en todo el mundo por la ilusión óptica que genera el azul del agua proyectado hacia el azul del cielo o del mar. Su técnica de construcción, más compleja y costosa que las otras, obliga a situar el vertedero algunos centímetros por debajo del borde de la piscina a fin de crear el efecto visual de infinitud. Aquí seleccionamos las más espectaculares, las más deseadas, las más cotizadas para lograr el llamado efecto Instagram.

Atardecer desde el 'spa' en cascada de la Hacienda Na Xamena, en Ibiza.
Atardecer desde el 'spa' en cascada de la Hacienda Na Xamena, en Ibiza.

1 Vértigo sobre el acantilado

Ibiza

Inaugurado en 1971 por el arquitecto Daniel Lipszyc, la Hacienda Na Xamena ostensiblemente tras la última reforma llevada a cabo hace menos de una década, que proyectó hacia el acantilado, a casi 200 metros sobre el nivel del mar, un conjunto de piscinas colgantes único en su género y vertiginoso en sus formas. Desde el mar apenas se ve la estructura de un voladizo que protege el estanque superior. Desde la atalaya acuática, el azul mediterráneo no encuentra limites en su horizonte, tan exclusivo como los servicios que habilita desde la experiencia de cuatro décadas esta prodigiosa hacienda ibicenca.

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Piscina del 'resort' Amankila, en Bali (Indonesia).
Piscina del 'resort' Amankila, en Bali (Indonesia).

2 Terraza sobre el mar

Bali (Indonesia)

Si algo distingue a la exclusiva cadena asiática Amanresorts, propiedad de un antiguo cronista de viajes, es su minimalismo espiritual y su servicio más allá del lujo convencional. Amankila, que quiere decir en balinés “apacible colina”, es un mirador excepcional para una escalinata acuática que desciende hacia el mar generando, no un efecto visual de infinitud, sino un verdadero juego estroboscópico de azules, verdes (por la vegetación), pálidos (por los parterres) y grises (por los templetes). Los azules, naturalmente, corresponden a la mixtura flotante del agua, el cielo y el océano.

Panorámica invernal desde la piscina del hotel The Cambrian, en Suiza.
Panorámica invernal desde la piscina del hotel The Cambrian, en Suiza.

3 Atalaya de la montaña

Suiza

Hay bicicletas, raclette suiza, una prolija biblioteca, trineos de madera, esquí de invierno, masajes al aire libre y, por supuesto, unas asombrosas vistas de las montañas con nieves eternas para regocijo de los veraneantes. Pero la imagen más tentadora del hotel The Cambrian es lo que sobresale del spa, una piscina termal tajada sobre la ladera desde la que espíritu vaga hacia las cresterías alpinas. Aquí el horizonte sí que encuentra un límite, el de los Alpes berneses, que el servicio de acogida del hotel ha bautizado como Swiss Bliss, el edén suizo.

Piscinas del palacio Udaivilas, en Udaipur (India).
Piscinas del palacio Udaivilas, en Udaipur (India).

4 Arte piscinario

Udaipur (India)

A orillas del lago Pichola, el palacio Udaivilas evoca con todo el esplendor de sus cúpulas doradas y sus arcos alabeados un palacio en la época de los marajás del Rajastán. El lujo asiático en su máxima expresión. Porque si el servicio está al tanto del mínimo detalle y las habitaciones son esas estancias con las que soñamos por si nos toca la lotería, la plasticidad de sus nueve piscinas —algunas de ellas semiprivadas— nos transporta a otros mundos celestiales por sus infinitos reflejos en el agua. Más allá del borde, entre el lago y el cielo, se expande escultural la ciudad de Udaipur.

Piscina infinita del hotel Marina Bay Sands, en Singapur.
Piscina infinita del hotel Marina Bay Sands, en Singapur.Marc Dozier (Getty)

5 Barco de agua

Singapur

Tres torres independientes de 55 plantas aparecen coronadas por una única plataforma con forma de nave (¿o de AVE?) que se extiende a lo largo de 340 metros y sobrevuela la torre norte en unos 67 metros. De vertigo, ¿no? Dicha plataforma alberga un parque con terrazas, restaurantes, discotecas y una impresionante piscina con borde invisible de 150 metros a 200 metros del suelo, la mayor del mundo en su género. Desde el agua se domina toda la ciudad, todo el país. Y, a su vez, desde toda la ciudad, todo el país, el barco varado sobre las tres torres del hotel Marina Bay Sands representa la postal turística de Singapur.

'Resort' Reethi Rah, en Maldivas.
'Resort' Reethi Rah, en Maldivas.

6 Espejo del mar

Maldivas

Últimamente, los paraísos exóticos no son paradisiacos si no cuentan con una piscina, o varias, de horizonte infinito. El buque insignia de la exquisita cadena One & Only no podía ser menos. Junto a las Beach Villas, menos espectaculares que las Water Villas, todas con piscina privada, se extiende transversalmente a la playa de arena fina una lámina de agua en azules degradados sobre los matices verde esmeralda y azul marino del atolón Male, en pleno océano Índico. Habrá quién se pregunte con tanta pesca, tanto buceo y tanto cóctel de colores para qué perder el tiempo en la rigidez minimalista de esta piscina tan postalera.

Piscina del lujoso hotel Amirandes, en la isla de Creta (Grecia).
Piscina del lujoso hotel Amirandes, en la isla de Creta (Grecia).

7 Un templo griego

Creta (Grecia)

Adoración al lujo. En el templo que representa la piscina sin límites del hotel Amirandes, el altar de este exclusivo hotel es el Mediterráneo de olivar y arena, de sol y playa, de cielo y mar. El tabernáculo corresponde al sofá balinés del oficiante, el primero que haya cogido sitio al amanecer. Los reclinatorios, donde no hay genuflexión, son hamacas diseminadas por las naves arteriales. Si en el rito romano católico se procuran dos inclinaciones formales, la liturgia veraniega griega exige una única postura, la horizontal, que es el rito de la felicidad extrema. Mientras Júpiter vigila en las alturas, Neptuno guarda el agua para la espiritualidad del baño.

Piscina flotante en el lago de Como, en Italia, del Grand Hotel Tremezzo.
Piscina flotante en el lago de Como, en Italia, del Grand Hotel Tremezzo.

8 Flotar en un lago

Italia

Costumbre inveterada en este hotel de época es enviar postales de sus lujosas instalaciones plantadas a orillas del lago de Como, en Italia. Ahora las postales son digitales y se envían desde la aplicación móvil del Grand Hotel Tremezzo, que aseguran unos insólitos selfies del verano en el agua. Nadie se resiste a descender hasta el lago y zambullirse en las aguas de una piscina que, a su vez, flota sobre las aguas del lago. El contraste es extraordinario y merece un recuerdo digital. Los más serios prefieren, sin embargo, una cena a la luz de las velas orquestada por el chef Gualteiro Marchesi.

Piscina de aguas rojas del Library Resort, en Tailandia.
Piscina de aguas rojas del Library Resort, en Tailandia.

9 La piscina roja

Tailandia

Con solo 26 años de edad, Kasemtham Sornsong y Tirawan Songsawat iniciaron su matrimonio con un emprendimiento vacacional de un gusto tan exquisito como su formación en el arte del diseño les exigía. El minimalismo del Library Resort es espiritual, profundamente asiático en las formas, exquisitamente relajado en el fondo. Dan ganas, nada más entrar, enchufarse al rojo —de las hamacas, de las sombrillas, del agua de la piscina— para leer un libro hasta el final. No conviene dejarlo para mañana. La biblioteca del hotel, que por algo se llama así, es vasta y diversa en ejemplares. El resto de palabras pertenece a la belleza natural de Chaweng Beach, en la isla tailandesa de Koh Samui.

La piscina más grande del mundo, en el hotel San Alfonso del Mar, en Chile.
La piscina más grande del mundo, en el hotel San Alfonso del Mar, en Chile.

10 El piscinón

Valparaíso (Chile)

Situado en la costa de Algarrobo, a orillas del Pacífico, San Alfonso del Mar ostenta el récord de ser la piscina más grande del mundo. Es una laguna artificial de un kilómetro de largo y tres metros de profundidad en la que no solamente se practica el baño, sino también el submarinismo, el windsurf y la navegación a vela. Sus ocho hectáreas de agua se depuran gracias a un procedimiento de saturación de oxígeno a presión que utiliza cien veces menos productos químicos de lo habitual, por lo que su sostenibilidad está acreditada por los organismos pertinentes. Y por si el invierno austral se presenta crudo, las instalaciones comprenden un acuario y una pirámide vidriada bajo la que se encuentra una piscina de agua climatizada.

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