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El delfín ‘Pechocho’

El diseñador Guille García-Hoz recuerda un viaje a Baja California durante el cual jugó con un delfín como si fuera un perro y cenó en la mesa de al lado de Cindy Crawford

El interiorista y diseñador Guille García-Hoz, que tiene abierto un espacio de cerámicas y textiles en la calle de Pelayo, 43, en Madrid, es un enamorado de la región mexicana de Baja California. Nos cuenta su último periplo por la zona.

Viajar hasta allí desde México DF es todo un peregrinaje.

Sí. Nosotros fuimos hasta Los Mochis en el chepe, que es el Ferrocarril Chihuahua-Pacífico, un tren que va por las Barrancas del Cobre. Lo tomamos en Chihuahua y fuimos parando en distintos lugares. Durante el trayecto hicimos tirolina por las montañas… Una pasada.

Y al llegar a Los Mochis, ¿alguna aventura?

Ahí fue donde atraparon al Chapo Guzmán…, pero nosotros a quien conocimos fue al delfín Pechocho [precioso]. Vive cerca de unos manglares, en una zona preciosa, nada turística: la ensenada El Bichi. Le tiras un palo y el delfín lo agarra y te lo trae, como un perrillo. Nuestra amiga Renée, que es mexicana, fue quien nos habló de él.

Y después tuvieron que cruzar el mar.

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Claro, para llegar a la península de Baja California. Lo hicimos en ferri. Y una vez allí fuimos bajando en un coche que alquilamos. Nos perdimos varias veces, pero el paisaje era increíble: el cielo estaba color de rosa y se veían las siluetas de los cactus. Es todo bastante desértico, aun cerca de la costa. Hasta cuando estás perdido es maravilloso. Y cuanto más te sales del rollo turístico, más apasionaste.

Suena fascinante… e irreal.

Sobre todo la Bahía de los Sueños, un lugar que antes se llamaba la bahía de los muertos, pero le cambiaron el nombre para que no sonase tan lúgubre. Allí había una casa donde un hombre se había construido su propio parque temático alrededor. Tenía moáis de la isla de Pascua, una reproducción de Chichén Itzá, las pirámides de Egipto… Nosotros estábamos navegando en un barco y lo veíamos desde allí.

No puedo creer que no haya miles de turistas.

Eso no ocurre hasta llegar a Los Cabos (Cabo San José y Cabo San Lucas). Está pensado para los estadounidenses. De hecho, hay diferencia de precios según si eres lugareño o turista. Fuimos a un restaurante estupendo de productos ecológicos llamado Flora’s Farm donde solo te hablan en inglés. Y en la mesa de al lado teníamos a Cindy Crawford.

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