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Diderot y la regla del perejil

El enciclopedista francés nació en Langres, una villa amurallada de la región de la Champaña-Ardenas donde desde una panadería hasta una carnicería llevan su nombre. Visita a su casa natal y al Museo de las Luces

El café Le Foy, en la plaza Diderot.
El café Le Foy, en la plaza Diderot. Turismo de Langres

Entre la Borgoña y la Champaña surge Langres, una población no solo interesante por sus vinos y murallas, sus quesos y cuchillos. El 5 de octubre de 1713 nació allí Denis Diderot, el hombre que alumbró la Enciclopedia y muchas obras que elevaron la razón, un pensador adelantado a su tiempo y que ya desde muy temprano mostró su compromiso con las ciencias experimentales y su desapego de la religión, como cuando escribe en su Carta sobre los ciegos: “Es muy importante no confundir el perejil con la cicuta, pero creer o no creer en Dios carece de importancia”.

08.30  Paseo bajo los tilos

Diderot solía levantarse a las cinco de la mañana para pasear por Blanchefontaine (1, pinche sobre el mapa para verlo ampliado), una fuente hoy conocida como Grenouille, extramuros de Langres (www.tourisme-langres.com). Aquel paisaje, donde templaba sus ideaciones, era “el más bello del mundo”. El paseo entre hileras de tilos se inicia tras una gran verja de hierro forjado. Diderot se sentía feliz allí, muy de su terruño.

09.30  Las rutas de la Galia

En Langres ponen Diderot a una panadería, una carnicería, una cafetería (o brûlerie, donde se hacía la torrefacción), y a la calle y la plaza principales. Su nombre triunfa aunque Langres sea una acrópolis que guarda más tesoros. Fue encrucijada clave de las rutas de la Galia, y frontera crucial del reino de Francia, Para ser una villa de unos 9.000 habitantes, casi como en sus momentos de esplendor, tiene “la catedral más alta al norte del Loira”. Es San Mamés (2), del siglo XII, un tardío románico conjugado con un temprano gótico cluniacense, y un ejemplo de arte borgoñón.

10.30  El único Museo de las Luces

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Patio de la Maison des Lumieres, museo dedicado al enciclopedista.
Patio de la Maison des Lumieres, museo dedicado al enciclopedista.François Nascimbeni

En 2013, con motivo del tricentenario del nacimiento de Diderot, se inauguró el único museo de Francia dedicado a las Luces (www.maisondeslumieres.org). Enclavado en el palacete Du Breuil de Saint Germain (3), permite efectuar un viaje por el siglo que marcó el fin del rancio antiguo régimen. Manuscritos y brújulas, esculturas y pinturas, jalonan la visita. Y siempre presente, el pensamiento de Diderot, codirector junto a D’Alembert de los 17 volúmenes de la Enciclopedia más los 11 de láminas. En las salas se plasman las obras y los viajes de Diderot, especialmente el que hizo a Rusia invitado por Catalina la Grande. Un hallazgo es El prendimiento de Doña Mencía de la Mosquera, un cuadro de François André Vincent inspirado en un episodio de Historia de Gil Blas de Santillana. Narra el asalto de unos bandidos a la carroza de la noble dama. Diderot leyó esa novela picaresca de Lesage en 1781 y la recomienda a su hija como un remedio contra la tristeza: “Administrar tres tomas de Gil Blas todos los días, mañana, tarde y noche”.

12.00  El cartel que despista

Mapa de Langres
Mapa de LangresJavier Belloso

Diderot vivió en Langres sus primeros 15 años de vida, y luego desde París hizo tres largas visitas. En la antigua plaza Chambeau, hoy plaza Diderot (4), se alza la estatua del gran enciclopedista. Y a un lado, en el número 9, su casa natal, donde ahora abre Baby Boutique, una tienda de ropa infantil. No ponen placa de Diderot, mientras la hay en una casa de enfrente, en el número 6, donde se asegura que en ese lugar nació Diderot. La Sociedad Republicana de Instrucción mandó poner ese rótulo en 1880. Más tarde se supo que ahí fue más bien donde Didier, el padre de Diderot, tenía su taller de cuchillos, bisturíes y escalpelos. Y donde Denis Diderot y sus hermanos vivieron parte de su infancia. En los bajos del inmueble hay una tienda de tabaco y periódicos.

13.00  Champán en la vieja frutería

Al principio de la plaza se ubica el caserón del Colegio de los Jesuitas, que pasó a llamarse Colegio Diderot (5), por quien fuera su alumno más dotado y al final más crítico. Justo enfrente de la iglesia jesuita, siempre cerrada, abre el Bar des Caves (6). Hasta hace poco se llamaba Aux Caves Espagnoles. La actual patrona tiene una foto de 1911 donde se ve que ahí mismo estuvo el Jardin d’Espagne, una tienda de frutas y verduras donde luego el catalán Bernard Trías puso un bar. Hoy se puede tomar una copa de champán (Frédéric Gallois) por tres euros, cosa que ni mucho menos ofrecen todos los bares de Langres.

14.00  Queso cremoso y dorado

Quesos típicos de Langres, en la Champaña francesa.
Quesos típicos de Langres, en la Champaña francesa.Nocilas Leser

Una idea para comer en Langres es ponerse junto a la estatua de Diderot, a ver si a uno le ilumina, en la terraza de Le Foy (7). Tiene una ortografía peculiar, que no es hígado (foie), ni fe (foi). Es el nombre que le puso el antiguo propietario de este local, un griego que lo calcó de un café que había cerca del Palais Royal de París. En el Foy a uno le llega el momento de catar los quesos locales, con su corteza de color naranja y con su pasta cremosa y dorada. El colmo es si ese queso ha sido afinado con un marc de champagne.

15.30  Claroscuros de ribera

El Museo de Arte e Historia de la ciudad (8) (www.musees-langres.fr) está enclavado en la antigua iglesia de Saint Didier. Modernizado con ingenio en 1996, atesora valiosas piezas de tiempos galo-romanos. Destaca la estatua de Togatus, un cónsul con una toga cuyos pliegues de mármol pentélico parecen ondularse como si fuesen de paño. Impresiona el mosaico de 50 metros cuadrados de un Dionisos desnudo, hecho con teselas de mármol de diez colores, de canteras desde Lusitania al Asia Menor. En la sección de pintura sobresale Jesús entre los doctores, un cuadro de Ribera de 1613. Se prestó al Prado para la muestra El joven Ribera en 2011.

17.00  Extras con arcabuces

Langres es una de las ciudades más fortificadas de Francia (con sus 3.5 kilómetros de murallas, 12 torres y 7 puertas). Eso convierte su casco antiguo en un lujo para el paseante. La Torre de Navarra (9) es la de más prestancia, con sus 120 metros de altura y 30 de diámetro. Ese enorme cono de piedra, que sirvió como polvorín, debe su nombre a que se edificó en terrenos de los condes de Champaña, quienes a su vez eran reyes de Navarra. Ahí se ha instalado un museo y es de donde parten visitas guiadas por las murallas. En verano hay recreaciones bélicas, con extras que hacen de arcabuceros.

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