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Taiwán, una isla termal

La situación geográfica de Formosa, entre placas tectónicas, ha generado más de cien manantiales reconocidos a nivel internacional

Valle termal de Beitou, en Taipéi (Taiwán).
Valle termal de Beitou, en Taipéi (Taiwán).DANIEL GARCÍA

La situación geográfica de Taiwán ha creado las condiciones perfectas para que a lo largo de la isla asiática florezcan más de cien lugares en los que disfrutar de baños termales. Cada fin de semana los manantiales en los que está permitido el baño se llenan de turistas y locales ávidos por poner sus cuerpos en remojo y disfrutar de los saludables beneficios de estas aguas. Además de los baños públicos existe una amplia oferta de hoteles, spas y otros establecimientos que redirigen el flujo de estas peculiaridades hidráulicas de la naturaleza a sus instalaciones para ofrecer una experiencia más privada.

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Las aguas termales de Taiwán están compuestas por diferentes elementos químicos. Dependiendo de la zona, el visitante se puede encontrar con manantiales en los que predomina el carbonato de sodio, el hierro o el azufre, entre otros. Sin salir de Taipei el viajero podrá visitar algunas de las más famosas, para ello no tiene más que acercarse a Beitou, uno de los distritos de la capital taiwanesa. En esta área norteña de la isla el hedor de los sulfuros es un elemento común del entorno. Es el mejor lugar para conocer de primera mano la cultura termal en la isla de Formosa y, además, algunas de estas localizaciones constituyen parajes llenos de magia y elementos fantásticos, como es el caso del valle termal de Beitou.

Museo de las aguas termales, en Taipéi (Taiwán).
Museo de las aguas termales, en Taipéi (Taiwán).d. garcía

Más allá de su capital, la isla cuenta con un sinfín de lugares para relajarse y dejar que la piel se arrugue como los garbanzos. En el este se encuentra Ruisui, un pequeño municipio rural salpicado por decenas de alojamientos con aguas termales propias y un pintoresco sabor tradicional. En dirección sur el visitante llegará a Chihpen, otro de esos poblados inundados por manantiales de aguas cristalinas habilitados para el baño.

La cultura termal es tan mayúscula en Taiwán que hasta cuenta con un museo propio sobre el tema. Ubicado en Beitou, el museo de las aguas termales ofrece un recorrido por la historia y las prácticas de estas zonas tan intrincadas en el imaginario taiwanés. El edificio en el que se emplaza el museo albergaba unos baños públicos en el pasado.

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