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Escapadas

El púlpito de los troles en Noruega

Acantilados, cascadas, lagos, glaciares y salientes rocosos con vistas sobrecogedoras. Un viaje en coche por las carreteras 7 y 13 de Noruega para asombrarse contemplando los fiordos e imbuirse de leyendas

Paco Nadal
El mirador de Trolltunga se eleva 700 metros sobre el lago de Ringedalsvatnet.
El mirador de Trolltunga se eleva 700 metros sobre el lago de Ringedalsvatnet.Simon Dannhauer

La línea recta puede que sea el método más rápido para ir de un punto a otro, pero no necesariamente tiene por qué ser el más interesante. De Bergen a Stavanger, los dos grandes núcleos habitados de la región noruega de los fiordos, se puede ir en un suspiro por una carretera casi rectilínea que salva rías y montañas mediante un sinfín de túneles. Llegas rápido, pero no te enteras de nada. Luego está la otra opción, la más sinuosa y sugerente, que sigue carreteras locales por el interior que serpentean entre los fiordos, que salvan collados e incluso se tienen que ayudar de ferris para cruzar brazos de mar. Es la forma más lenta, pero más recomendable, de descubrir una región donde la naturaleza aún conserva con todo derecho el adjetivo de salvaje.

Aquí van algunos lugares imprescindibles de una ruta por los fiordos más bellos del sur de Noruega, entre Bergen y Stavanger, siguiendo las carreteras nacionales 7 y 13.

Bergen

La ciudad noruega de Bergen.
La ciudad noruega de Bergen.Cn0ra

Las guías la definen como la ciudad más bella de Noruega, y no van desencaminadas. Bergen es la materialización de lo que todos hemos soñado alguna vez que debería ser una localidad portuaria del mar del Norte. Aunque más que Bergen en general, habría que decir Bryggen —el viejo puerto de la ciudad medieval—, que es la estampa por la que se ha hecho famosa esta localidad portuaria y la razón última por la que llegan hasta esta región de los fiordos miles y miles de turistas. Bergen, o lo que los turistas vienen buscando de Bergen, se explora bien en un día. El epicentro de todas las rutas urbanas es su famoso puerto, con esa maravillosa y colorida línea de fachadas de casas de madera de origen medieval, mil veces repetida en todo tipo de imágenes publicitarias, y que no por eso deja de impresionar la primera vez que se ve.

Cascada de Steinsdalsfossen, en Noruega.
Cascada de Steinsdalsfossen, en Noruega.Siegfried Schober.

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Hay que seguir las indicaciones de carretera 7 y Norheimsund para salir hacia nuestra ruta.

Cascada de Steinsdalsfossen

Poco antes de llegar a Norheimsund nos encontramos con este salto de agua de unos 50 metros. Tiene la particularidad de que puedes pasar por detrás de la cascada gracias a un sendero pavimentado. Otra curiosidad es que el salto se formó súbitamente en 1699, cuando el río cambió de curso de forma natural.

Hotel Thon Sandven

Merece la pena parar a tomar algo (o, mucho mejor, alojarse) en este edificio histórico de 1857, uno de los primeros hoteles de la comarca, al pie del fiordo de Hardanger, en Norheimsund. Lo que más enamora es el jardín con embarcadero que hay en la parte posterior, donde se puede desayunar o cenar con vistas al Samlafjorde y al glaciar Folgefonna. Un lugar de lo más romántico y evocador.

Ferri TørvikbygdJondal

Entre Bergen y Stavanger por esta ruta hay que usar tres transbordadores para salvar otros tantos fiordos. El primero de todos es el ferri ­Tørvikbygd-Jondal, que cruza el Hardangerfjorden en apenas 10 minutos.

Glaciar Folgefonna

Desde Jondal, una carretera tan estrecha que en muchos tramos no caben dos coches a la vez sube hasta el pie del glaciar Folgefonna, donde en verano se abre una pequeña estación de esquí, con un solo remonte y una sola pista por encima del glaciar. Suficiente para quitar el mono a quienes no puedan esperar a que llegue la temporada de invierno. Merece la pena subir aunque no se tenga previsto esquiar solo por los parajes que atraviesa la carretera y las espectaculares vista. Hay que pagar 80 coronas (10 euros) para subir.

Sørfjroden

Desde Jondal parte una carretera directa hasta Odda a través de túneles; es rápida, pero no se disfruta del paisaje. Quienes no lleven prisa harán bien en dar la vuelta a la península del Samlafjorden y bajar luego por el fiordo de Sørfjroden, un estrecho entrante de agua rodeado de bucólicos paisajes. A un lado se ve el agua mansa, y al otro, las numerosas plantaciones de manzanos y cerezos que han hecho famosa esta zona agrícola. Con las manzanas se fabrica una sidra local de muy buena calidad.

Mirador Trolltunga

El mirador más espectacular y adrenalínico de Noruega, junto con el famoso Preikestolen (El Púlpito), es esta plataforma de granito, que sale de manera casi imposible sobre el Sørfjroden, denominada Trolltunga (La lengua del troll). Es una de las excursiones clásicas de la zona de Hardangerfjorden. Para subir hay que llegar a Tyssedal (poco antes de Odda por la carretera 13), y subir desde allí hasta el parking de Skjeggdal. Ida y vuelta requiere al menos de ocho horas de caminata. La ventaja es que, gracias a su dificultoso acceso, hay muchísima menos gente que en el Preikestolen.

Carretera de Odda a Skare

Tras Odda, la carretera 13 se interna en un estrecho desfiladero, lleno de lagos y cascadas. Un paraje soberbio que merece la pena hacer despacio, parando en cada rincón.

Energihotellet

Vista del lago desde el hotel Energihotellet.
Vista del lago desde el hotel Energihotellet.

Ubicado en el pequeño pueblecito de Nesflaten, este singular hotel ocupa las antiguas dependencias de los trabajadores de una central hidroeléctrica. Fue construido a principios de los sesenta en el más puro diseño nórdico, ambiente que el nuevo propietario ha mantenido y mejorado. Todo es minimalismo, naturaleza… y algunas excentricidades, como la chimenea chapada en oro. Lo mejor: las soberbias vistas. Un lugar aconsejable para hacer un alto en el camino.

El Púlpito, cerca de Forsand.
El Púlpito, cerca de Forsand.D. Pearson

Preikestolen (El Púlpito)

La postal celebérrima de los fiordos noruegos está en el Lysefjord, unos 50 minutos antes de llegar a Stavanger, por la carretera 13. Los glaciares tallaron en la roca un balcón casi imposible, con una caída de 600 metros cortada a pico y una posición de lo más cinematográfica, con el estrecho y bello Lysefjord al fondo como decorado para las fotos. El parking está bien señalizado en la carretera 13 (cuesta 100 coronas; unos 12 euros). Desde allí hay dos horas y 600 metros de desnivel hasta la plataforma. Un trekking fácil, por lo que en temporada alta suele estar saturado de gente.

Llegada a Stavanger

Calle del centro de Stavanger.
Calle del centro de Stavanger.L. Vaccarella

Es la gran y agradable sorpresa de esta zona de los fiordos. Bergen tiene el puerto más bonito de Noruega, es cierto; sin embargo, el resto del casco antiguo de Stavanger supera con creces al de Bergen. Es una delicia pasear por las calles de Gamle Stavanger (la ciudad vieja), un coqueto barrio de casitas de madera blanca, e imaginarse cómo era la ciudad en el siglo pasado, cuando prosperó gracias a la industria de las conservas de pescado. Actividad que recuerda un museo instalado en una antigua fábrica en esa misma calle. También es interesante el Museo del Petróleo (situado aquí porque Stavanger es el centro logístico de las plataformas petrolíferas del mar del Norte).

Guía

Cómo ir

Información

Vueling (www.vueling.com) vuela a Bergen y Stavanger desde Barcelona. Ida y vuelta a Bergen, en julio, desde 155 euros, y a Stavanger desde 113, ida y vuelta. Desde Madrid, con escala en Barcelona.

Norwegian (www.norwegian.com) y British Airways (www.britishairways.com) son otras dos opciones para volar a Bergen desde Madrid, siempre con una escala. En julio con Norwegian, ida y vuelta a partir de 215 euros.

Turismo de Noruega (www.visitnorway.com).

Turismo de Bergen (www.visitbergen.com).

Región de Stavanger (www.regionstavanger.com).

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