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En el zoco de Doha

El director de la película 'Las ovejas no pierden el tren' viajó a la capital de Qatar y vivió la experiencia de los grandes centros comerciales

El cineasta Álvaro Fernández Armero.
El cineasta Álvaro Fernández Armero.

Los protagonistas de la última película de Álvaro Fernández Armero, Las ovejas no pierden el tren, están inmersos en “un viaje que no se acaba nunca”. Forman parte de ese contingente de parejas jóvenes-pero-no-tanto que se mudan al campo pero están todo el día en la ciudad. “Ella, Inma Cuesta, va cada día de Valdeprados, Segovia, a Madrid, y él, Raúl Arévalo, se queda en casa y se sube por las paredes”, explica el realizador, que también está detrás de la serie de Antena 3 Algo que celebrar.Hace algo más de un año, el trabajo le llevó a pasar un tiempo bastante más allá de Segovia. A Doha, capital de Qatar.

¿Qué se le había perdido por allí?

Pues me pidieron que rodase unos documentales cortos para la televisión catarí, de gente joven inspiradora. Los cataríes tienen tanto dinero que apenas tienen necesidad de trabajar y les preocupa que la juventud se amodorre.

¿También había mujeres entre esa gente inspiradora?

Sí, pero las tenía que rodar una mujer directora. Ese tema es delicado. En mi equipo había mujeres y nunca te llegas a acostumbrar a que los hombres no las saluden, no las miren a los ojos…

Me imagino que le instalarían en un hotelazo.

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No, yo estaba en el zoco de Doha. Justo enfrente de donde yo me alojaba estaban construyendo una ciudad nueva para el Mundial, todo con edificios gigantescos. Al menos era octubre y las temperaturas soportables, como Madrid en julio. Ellos dicen: “Tenemos seis meses de invierno y seis meses de infierno”.

¿Qué planes tenía para después del rodaje?

Los expatriados que viven allí se pasan el día en los centros comerciales porque no hay mucho más que hacer. Yo a veces también iba, pero con el equipo salíamos a cenar por el centro de Doha. Sin alcohol, claro. Mi sitio preferido era un restaurante libanés fantástico. Es raro porque comen como bestias, muchísimo, y no te acabas de acostumbrar a eso de pasar el cordero con zumos o con agua. Te falta el vino, claramente. Ah, bueno, y también vi exposiciones. Ahora quieren convertir Doha en el centro del arte para todo Oriente Próximo y como tienen tanto dinero alquilan colecciones enteras de museos europeos. Vi una de Damien Hirst en el Museo de Arte Moderno. Muy chocante.

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