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Fuera de ruta

Caribe africano en Senegal

El lago Rosa, la isla de Gorée y el delta del Saloum. Más las playas cercanas a Saly Portudal, al sur de Dakar

Pablo Linde
Una calle de la ciudad senegalesa de Saint Louis.
Una calle de la ciudad senegalesa de Saint Louis. Aldo Pavan

En Senegal hay una hora menos que en España, pero no merece la pena atrasar el reloj. Para comenzar a disfrutar de un viaje al país africano, primero hay que quitarse de la cabeza conceptos tales como horarios, prisas, puntualidad o estrés. La actitud vital relajada recuerda a la del Caribe, igual que el modelo turístico de Saly Portudal, a 70 kilómetros al sur de Dakar.

Este “Caribe africano” da la posibilidad de combinar un aterrizaje suave en el África negra (en un país estable, seguro y muy hospitalario) con las vacaciones de resort más tradicionales: todo incluido con piscina, playa y actividades variadas. Y con algunas ventajas. A saber: poco más de cuatro horas de vuelo y un destino mucho menos explotado turísticamente.

La playa de Yoff, en Dakar.
La playa de Yoff, en Dakar. Tim White

¿La mejor fecha para ir? A finales de noviembre comenzó la temporada de temperaturas que superan holgadamente los 30 grados en las horas centrales y muy suaves durante el resto del día, con la época de lluvias superada y la cantidad de mosquitos a la baja. Es, no obstante, un verano de días cortos; a las 18.30 comienza a anochecer. He aquí otra ventaja de no atrasar el reloj: atardece una hora más tarde, los biorritmos no se alteran y se ahorran esperas. “A los europeos les mata el tiempo y aquí matamos el tiempo”, resume un senegalés que conoce bien el Viejo Continente.

La caribeñización se traduce en hoteles confortables que simulan cabañas de estilo africano con posibilidad del “todo incluido”, excepto el alcohol, disponible en casi cualquier bar o restaurante a pesar de ser un país de mayoría musulmana. Eso sí, a precios europeos. Playas de arena dorada, aguas agradables sin ser tan turquesas ni cálidas como en otras latitudes y excursiones en barca, quad o moto acuática son recurrentes en la zona.

El modelo de Saly trae consigo, inevitablemente, una atenuación de la africanidad del entorno. En los hoteles, por ejemplo, predomina la comida europea y el turista se puede encontrar con una cena de ambientación española con tortilla de patatas, gaspacho andaluz y chocolate con churros servida por camareros vestidos con algo parecido a una chaqueta de torero.

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Para toparse con África hay que salir de la comodidad de la cabaña, recorrer calles de pavimento intermitente, rascar en los pueblos de alrededor para comer los sabrosos arroces típicos del país (el thiebou djene es la “paella senegalesa”) y aprovechar la cercanía a Dakar (entre una y dos horas en función del tráfico) para adentrarse en una de las ciudades más occidentales del continente, una capital caótica y colorida, con mercados callejeros en cada esquina en los que se venden desde neumáticos hasta pescado fresco.

El lago Rosa.
El lago Rosa. Doelan Yann

Un día de excursión, aunque escaso, puede bastar para dar una vuelta por el centro y visitar la isla de Gorée (a 20 minutos en ferri), lugar desde donde salían barcos negreros a América; un pequeño trozo de tierra tranquilo, sin coches, de casas de todos los colores que fue designado patrimonio de la humanidad por su belleza y simbolismo. Desde la puerta sin retorno salieron millones de africanos tratados como ganado a los que les esperaba la muerte o una vida esclavizados.

Con base en Saly también quedan a mano insólitos parajes naturales, como el lago Rosa, a solo unos minutos al norte de Dakar. Es un estanque de agua de color chicle gracias a una cianobacteria que fabrica un pigmento para resistir una concentración de sal que le proporciona efectos de flotación similares a los del Mar Muerto. Y hacia el sur, a poco más de dos horas de Saly, está el parque natural del Delta del Saloum, otro patrimonio de la humanidad senegalés ideal para recorrer en barca rodeado de decenas de especies animales y vegetales.

Con una buena planificación, a partir de cuatro días pueden ser suficientes para esta combinación de relax piscinero, cultura africana y parajes naturales. Si no retrasó el reloj, acuérdese a la hora de volver: los despegues de los aviones deben de ser de las pocas cosas que suceden a la hora prevista en Senegal.

Guía

Información

  • Ferrys a la isla de Gorée: salen del puerto de Dakar desde las 6.15 hasta las 22.30, cada hora y media, aproximadamente.
  • Turismo de Senegal
  • Vacunas: es recomendable la de la fiebre amarilla. También la de la hepatitis A y B y tétanos, así como tratamiento contra la malaria, que tiene carácter endémico en Senegal.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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