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Las mejores alitas de pollo

Diez restaurantes españoles que actualizan esta clásica tapa de bar

José Carlos Capel
Alitas de pollo de corral del restaurante Arzabal (Madrid), cortadas y con el hueso visto para facilitar su degustación.
Alitas de pollo de corral del restaurante Arzabal (Madrid), cortadas y con el hueso visto para facilitar su degustación.

Las alitas atraviesan momentos de auge. En pocos años han salido del nicho que siempre han ocupado en las barras de los bares españoles para saltar a las mesas de lugares dirigidos por chefs destacados. Uno de los primeros en incorporarlas a su repertorio fue Paco Roncero, en las mesas de Estado Puro.

Ahora su recetario crece día a día. Se guisan, se adoban, se marinan, se cocinan al vacío, se aderezan con aliños típicos o con especias orientales. Y también se fríen, la receta más frecuente. Se toman como tapa o, incluso, como plato principal. En algunos lugares presumen de que proceden de pollos de corral. Cuando están bien tratadas son deliciosas. Ideales para mordisquear y compartir. Un campo abierto a la imaginación.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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