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El noreste palentino, en coche

Ruta por la zona donde la Meseta se arruga y se convierte, tras una amable transición geológica, en la Cordillera Cantábrica

La entrada de la iglesia rupestre de Olleros de Pisuerga.
La entrada de la iglesia rupestre de Olleros de Pisuerga.Eduardo Riol

La provincia de Palencia es uno de esos territorios indefinidos de la Península cuyo nombre lleva siempre a la confusión. Parece que haya que ponerle siempre un apellido -"al lado de Burgos o Valladolid"- o pronunciar muy fuerte la P para no pensar que se trata de la provincia levantina. Con inmensos campos de cereales, cielos tridimensionales y, al norte, montañas solemnes y amplios valles, se mantienen poco explotada por el turismo: un secreto, además de un placer, para el turista que huye de las masas y desea disfrutar de carreteras y monumentos casi para uso propio. 

Esta ruta en coche propone un recorrido heterodoxo por el noreste de la provincia, por las comarcas del Boedo, la Valdivia y la Braña, allá donde la Meseta se arruga y se convierte, mediante una amable transición geológica, en la Cordillera Cantábrica. Desde Palencia, la autovía A-67 permite plantarse en menos de una hora en Aguilar de Campoo, donde se recomienda dormir la noche anterior. Además, la Oficina de Turismo facilita información sobre los monumentos de la provincia y sus horarios de visita, que cambian según la estación.

Ya en ruta, tomamos el desvío a la C-627 desde Herrera de Pisuerga y, después de unos kilómetros, llegamos a nuestro primer destino: Moarves de Ojeda. Aquí se halla una de esas emblemáticas y diminutas iglesias románicas por las que es conocido el norte palentino. La puerta sur está decorada con un espectacular friso que muestra el apostolado y el Pantocrátor.

Continuamos hacia el norte y tomamos la P-222, en dirección a Santibáñez de Ecla. En poco tiempo encontraremos el desvío al Monasterio de San Andrés del Arroyo. Su deslumbrante claustro románico de influencia cisterciense incluye tallas alegóricas en piedra maravillosas. A la par están, ya lo verán, las explicaciones sui generis de la monjas bernardas que muestran con amor su lugar de residencia. La visita incluye un museo etnográfico y la iglesia adyacente. Para redondear la visita se recomienda comprar pastas, todas las que puedan, son gloriosas.

Guía

Dormir

Hotel Castilla Vieja. Av. de Casado del Alisal, 26, 34001 (Palencia). +34 979 74 90 44

Hotel Eurostars Diana Palace. Av. Santander, 12, 34003 (Palencia). +34 979 01 80 50

Hotel Valentín. Av. Ronda, 23, 34800 (Aguilar de Campoo). +34 979 122 125

El Convento de Mave, 34402 (Santa María de Mave). +34 979 123 611

Información:

Oficina de Turismo de Palencia. Calle Mayor Principal, 31. +34 979 706 523

Oficina de Turismo de Aguilar de Campoo. Plaza España, 30, 34800. +34 979 123 641

Después nos dirigiremos hacia Olleros de Pisuerga, junto a la carretera N-611, en dirección a Aguilar. Aquí está la antiquísima iglesia rupestre de los santos Justo y Pastor. Fascina contemplar la falsa bóveda de cañón y las columnas. Los amantes de los espacios naturales pueden desviarse al espacio natural de Las Tuerces, una versión local de la conquense Ciudad Encantada, así como el Cañón de la Horadada, excavado por el río Pisuerga que lo cruza lozano.

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Más tarde llegaremos a Aguilar de Campoo, dinámica capital del norte de la provincia y afamada villa galletera, presidida por un castillo que impone respeto. Vale la pena visitar el monasterio de Santa María la Real, la colegiata de San Miguel y pasear por el pintoresco casco medieval. Luego ya tocará darse a los placeres mundanos. Para las raciones y tapas, lo mejor son los bares del siempre animado paseo de la Cascajera, junto al Pisuerga. Y para comer bien dos propuestas: los restaurantes Cortés (calle del Puente, 39; +34 979 125 080) y El Barón (El Pozo, 14; +34 979 123 151). En cuanto a compras y regalos, hay que ir a Viarce, una tienda fascinante –en realidad dos, cada una a un lado de la plaza de España (números 22 y 47; +34 979 125 920)– con objetos de decoración preciosos y a precios muy golosos.

Después de la comida, retomamos la ruta conduciendo hasta Revilla de Pomar por la N-627 y la PP-6301, ya en la comarca de la Valdivia. Nos aguarda la Cueva de los Franceses, una formación kárstica de grandes dimensiones y variedad de relieves rehabilitada y modernizada para el turismo desde hace pocos años. 

Las vistas desde el Valle de Valderrible.
Las vistas desde el Valle de Valderrible.Eduardo Riol

Al salir de las profundidades respiraremos aire fresco en el cercano Mirador de Valcabado. Para llegar hasta él hay que cruzar un páramo desolado por la carretera PP-6222; al fin de la carretera el vértigo del cántabro valle de Valderrible se abre de golpe ante nuestros pies, con vistas a la Cordillera Cantábrica y al verdor de los hayedos que se desparraman por la ladera hacia el río Ebro. En días claros (que son muchos) las vistas son espectaculares. Una versión a pequeña escala de este valle la encontraremos en el próximo espacio natural de Covalagua.

La ruta continúa de vuelta a Aguilar y, desde allí, por la P-220, a Revilla de Santullán, donde se encuentra una de las iglesias románicas más bonitas del norte palentino. Después seguiremos hasta Barruelo de Santullán, capital de la Braña y pueblo minero que en sus años dorados llegó a tener más de 9.000 habitantes. Su población ha caído en picado desde entonces y, mientras que algunas casas permanecen bien pintadas y conservadas, otras con unas preciosas galerías de madera se hallan en un estado ruinoso. Como testigo de tiempos mejores está el entretenido y pedagógico Centro de Interpretación de la Minería, que repartido en diversos edificios incluye un museo, un centro cultural y una visita a las minas.

Si se dispone de más tiempo se puede recorrer un precioso paseo peatonal envuelto en bellos bosques de roble hasta Brañosera. Y los más valientes pueden continuar en coche hacia el collado de Somahoz y tomar la carretera que conduce al tétrico refugio del Golobar: un proyecto de Parador de Turismo que no prosperó y que hoy se alza ruinoso a la sombra de la solemne Sierra de Híjar y el Pico Valdecebollas. 

DÓNDE DORMIR:

OFICINAS DE TURISMO:

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