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24 horas en... Derry

Un verano para las artes

La ciudad norirlandesa de Derry (o Londonderry) muestra este año su cara más alegre y acogedora como Capital de la Cultura de Reino Unido, con un programa de 170 eventos

Vista del puente de la Paz, en Derry (Irlanda del Norte).
Vista del puente de la Paz, en Derry (Irlanda del Norte).Andrés Campos

Unos la llaman Derry; los otros, Londonderry. Unos rezan en la catedral católica de San Eugenio; los otros, en la protestante de San Columba. Unos ondean la bandera tricolor irlandesa; los otros, la Union Jack británica. Unos prefieren vivir en la margen izquierda del Foyle; los otros, en la derecha. Derry, o Londonderry, sigue siendo una ciudad dividida, pero en paz; una ciudad de 107.000 habitantes llena de cruces, lápidas y murales estremecedores, aunque también de alegres carteles que anuncian conciertos y festivales, porque este año, para compensar tantos sin ilusiones, es Capital de la Cultura de Reino Unido. Puede que el arte no cure las heridas de Irlanda del Norte, pero quizá sí ayude a aliviar el dolor.

9.00 Puente de la Paz

 Para acercar a las dos comunidades se construyó en 2011 el espectacular Peace Bridge (1), un puente peatonal largo (235 metros) y sinuoso como el camino que ya han recorrido y aún les queda por recorrer hasta llegar a la reconciliación total. Junto al puente, en la margen derecha, otro símbolo: Ebrington (2) , antiguo cuartel del Ejército británico convertido en plaza pública, mirador ribereño y punto caliente del año cultural. Aquí se halla The Venue (3), el pabellón por el que ya han pasado el Royal Ballet y la London Symphony Orchestra. También aquí se expondrán las obras de los finalistas del siempre polémico Premio Turner de arte moderno (a partir del 22 de octubre) y se anunciará el ganador (el 2 de diciembre, siempre un artista que no supera los 50 años).

10.00 Tras las murallas

Interior del Tower Museum, en Derry, que relata la historia de la ciudad.
Interior del Tower Museum, en Derry, que relata la historia de la ciudad.Andrés Campos

Al otro lado del puente, en la orilla izquierda, se alza Guildhall (4), la casa consistorial neogótica (1890), con una réplica del Big Ben en su torre y 65 preciosas vidrieras que han sufrido lo suyo: un incendio y dos bombas. A su vera, sobre una colina, se apiña la ciudad antigua dentro de un recinto amurallado de un kilómetro y medio de contorno, con 8 puertas y 24 cañones. Es la única muralla urbana que se conserva en Irlanda. Y está también de celebración, porque se erigió hace 400 años, en 1613, cuando los colonos londinenses se asentaron en el lugar de Doire (robledo, en irlandés), dando nombre a Londonderry e inicio a una tormentosa relación entre vecinos católicos y protestantes. Todo esto se explica bien, con gran despliegue audiovisual, en el Tower Museum (5) (Union Hall Place, s/n), que está en la esquina norte de la muralla, muy cerca de Guildhall, y donde, además de penas, se recuerdan historias simpáticas, como la de Amelia Earhart, la primera aviadora que cruzó sola el Atlántico (1932) y que, en lugar de aterrizar en París, como tenía previsto, cayó en un pastizal de Derry.

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11.00 Catedral de San Columba

Paseando sobre la muralla se ve de lujo la ciudad y se ubica todo rápido, como sobre un mapa. En lo más alto se levanta desde 1633 la catedral anglicana de San Columba (6), que es el edificio más antiguo de Derry y un lugar doblemente sagrado para los protestantes, porque aquí están enterrados muchos que murieron durante el asedio del católico Jacobo II en 1689. Al lado, pegado a la muralla, se acurruca el pequeño barrio de The Fountain (7), donde 400 protestantes resisten en esta orilla católica del río, con sus banderas británicas, su viejo grito de guerra (“No surrender”, algo así como “No a la rendición”) pintado en las paredes y sus altas vallas metálicas, por si las moscas.

12.00 Bogside y el Domingo Sangriento

Murales en el barrio de Bogside ("estás entrando en la Derry libre", se lee).
Murales en el barrio de Bogside ("estás entrando en la Derry libre", se lee).Andrés Campos

Otro lugar que produce escalofríos, no más verlo desde la muralla, es el barrio de Bogside, con sus grandes murales dedicados —no solo, pero sobre todo— al recuerdo del llamado Domingo Sangriento. El domingo 30 de enero de 1972, 15.000 manifestantes que se habían reunido aquí para reclamar la igualdad de derechos entre católicos y protestantes (los cuales, pese a ser minoría, gobernaban la ciudad) fueron tiroteados por el Primer Batallón de Paracaidistas del Ejército de Reino Unido, muriendo 14 de ellos. Ninguno iba armado. En el Museo de Free Derry (8) (Glenfada Park, 55; entrada adultos, 3,50 euros), John Kelly, hermano de una de las víctimas, muestra a los visitantes los jerséis taladrados por las balas, la ropa de bebé con que se taponó una herida, las pancartas ensangrentadas…

13.30 El pueblo de los artesanos

Aparte de una señora muralla y una historia complicada, Derry tiene unos grandes almacenes de 1830, entre los más antiguos del mundo: Austin’s (9). Sus columnas parecen egipcias, y su escalera, grande y escorada, un homenaje al Titanic. También curioso es The Craft Village (10), un pueblecito de artesanos dentro de la ciudad amurallada donde se puede comprar cristal tallado, libros antiguos, joyas celtas… y comer escuchando a los músicos callejeros en el multicultural Café del Mondo o en el Boston Tea Party, local famoso por su tarta de manzana.

15.30 Olimpiada musical

Después de comer ligero, como aquí se estila, apetece dar un garbeíllo hasta la catedral católica de San Eugenio (11), cuya picuda torre de 78 metros descuella al norte de Bogside. Casi a sus pies se encuentra el Cultúrlann Uí Chanáin, centro cultural galardonado en 2011 con el premio Stirling de arquitectura y sede este año del festival All-Ireland Fleadh (del 11 al 18 de agosto), considerado como las olimpiadas de la música tradicional irlandesa.

Javier Belloso

19.30 Para todos los públicos

Dos escenarios concentran la mayor parte de la oferta teatral y musical de la ciudad: el moderno Millennium Forum (12) y The Playhouse (13), que mucho antes que teatro fue colegio de monjas. Ambos se hallan cerca de la puerta de Ferry Quay, la zona más comercial y ajetreada. Los jóvenes, sin embargo, prefieren el Nerve Centre (14). Y para los niños siempre hay algo especial en el Waterside Theatre (15).

20.30 Calamares picantes y música

Detrás de Guildhall, en la antigua aduana, el restaurante de moda Custom House (16) (Queen’s Quay, s/n) abre sus puertas hasta las once de la noche, que aquí es tardísimo, casi una hora loca. Soberbios los calamares picantes. En el vecino The Exchange (también en Queen’s Quay) se sirven buenas carnes y pescados al grill, pero solo hasta las nueve de la noche. En la orilla contraria del Foyle, la referencia gastronómica es Browns (17). Para tomarse luego unas pintas de Guinness, con música en vivo, el sitio ideal, céntrico y genuino es Peadar O’Donnell’s (18), en Waterloo Street. Y para irse a la cama sin tener que coger el coche ni matarse a andar, el City Hotel (19), con vistas al puente de la Paz.

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